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El diablo en la botella de Robert Louis Stevenson
Así, al menos, tendrás compasión del pobre Keawe y comprenderás lo mucho que te amaba; tanto, que arriesgó el infierno por tenerte, y lo mucho que te ama todavía, el pobre desdichado, puesto que todavía puede sonreír cuando te mira.
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El club de los suicidads, El diamante del Rajá de Robert Louis Stevenson
Las personas hablan con ligereza del amor. Por mi parte niego que sea una pasión poderosa. La pasión fuerte es el temor: con él debe uno jugar si se quieren probar los mejores deleites del vivir.
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El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde de Robert Louis Stevenson
A veces pienso que si lo supiéramos todo, nos gustaría más morirnos.
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La flecha negra de Robert Louis Stevenson
Y por primera vez comprendió el juego desesperado al que jugamos en esta vida, y cómo, cuando se ha hecho una cosa, ya no se puede cambiar con la penitencia.
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El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde de Robert Louis Stevenson
Cada día, y con la ayuda de los dos aspectos de mi inteligencia, el moral y el intelectual, me acercaba más a esa verdad cuyo descubrimiento parcial me ha llevado a este terrible naufragio y que consiste en que el hombre no es solo uno, sino dos.
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El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde de Robert Louis Stevenson
Pienso, de ahora en adelante, llevar una vida de extremo recogimiento, y no deberás sorprenderte, ni dudar de mi amistad si con frecuencia mi puerta está cerrada hasta para ti. Tienes que dejarme seguir el difícil sendero de mi vida.
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El diablo en la botella de Robert Louis Stevenson
Todo el mundo los evitaba; los niños se alejaban de ellos corriendo y gritando; los católicos se hacían cruces al pasar junto a ellos
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El diablo en la botella de Robert Louis Stevenson
Vieron las casas blancas de la ciudad bordeando la costa entre árboles verdes, y, por encima de todo ello, las montañas y las nubes de Tahití, la isla prudente
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El diablo en la botella de Robert Louis Stevenson
Veía las hogueras brillar delante de él con los ojos de la imaginación; su alma se encogió y la luz se transformó en tinieblas
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El diablo en la botella de Robert Louis Stevenson
Napoleón fue dueño de esta botella, y gracias a ella llegó a ser el rey del mundo; pero la vendió al final, y esa fue la causa de su fracaso
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El diablo en la botella de Robert Louis Stevenson
Su cristal ha sido templado en las llamas del infierno
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La isla del tesoro de Robert Louis Stevenson
En el mapa aparecían algunas adiciones posteriores, sobre todo tres cruces con tinta roja, pero en escritura pequeña y fina, muy distintas a los garabatos trazados por el capitán, se leían estas palabras: "GRUESO DEL TESORO, AQUÍ".
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Secuestrado de Robert Louis Stevenson
...Por último, añadía que adjuntaba uno de los carteles en que se nos describía. Lo leímos con mucha curiosidad y no sin bastante temor, en parte porque era como verse uno en el espejo y en parte como mirar por el cañón del arma de un enemigo para juzgar si apuntaba bien. |
Secuestrado de Robert Louis Stevenson
-...Hay muchos falsos y mentirosos que se sientan en las iglesias de nuestra parte del país y que pasan por ser buenas personas, cuando tal vez sean mucho peores que ese pobre infeliz equivocado que va por ahí derramando sangre, señor Balfour. Sí, ya le digo que podríamos aprender una lección de estas gentes.
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Secuestrado de Robert Louis Stevenson
Esperanza no tenía ninguna, sino tan sólo una negra desesperación y una especie de ira contra el mundo que me llevaban a querer vender mi vida al precio más caro que me fuera posible.
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Secuestrado de Robert Louis Stevenson
La oscuridad, en contraste con el destello, parecía haberse redoblado; y eso no era todo, ya que ahora inquietaban mis oídos y confundían mi mente una gran agitación de murciélagos en la parte superior de la torre , bestias inmundas que a veces volaban hacia abajo y me golpeaban en la cara y el cuerpo.
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La isla del tesoro de Robert Louis Stevenson
Con buenos vientos, que estoy seguro de que los tendremos, la travesía será rápida y sin dificultades. Encontraremos el sitio, y después, ah, después, habrá tanto dinero que podremos revolcarnos en él. Viviremos en el mayor de los lujos el resto de nuestros días.
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El club de los suicidads, El diamante del Rajá de Robert Louis Stevenson
¿Acaso hay algo en la vida que decepcione tanto como lograr lo que se quiere?
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El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde de Robert Louis Stevenson
Uno pone en fórmula una pregunta y es lo mismo que empujar una piedra. Está usted sentado plácidamente en lo alto de un monte y allá va la piedra, poniendo otras en movimiento, y a lo mejor un pobre infeliz, el que menos se podía imaginar, recibe el golpe en la cabeza, en el propio jardín de su casa, y su familia tiene que cambiar de apellido. No, señor; he hecho de ello una regla: cuanto más huele, menos preguntas.
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¿En qué país nació Stevenson?