Una trama que prometía mucho, con la exquisita narración a la que nos tiene acostumbrados el autor, pero que se me ha quedado a medias en todo.
Para empezar, el protagonista es lo más soso, insulso y sin sangre del mundo y no he conectado en ningún momento de la lectura con él. Cero.
El resto de personajes aparecen poco y tampoco he empatizado con ninguno demasiado. Hay uno de los secundarios que lo tiene todo para convertirse en un súper personaje, pero como todo lo demás en el libro se queda en el intento.
La trama tiene un ligero aire a Tesis, la película. Si la habéis visto y habéis leído el libro lo habréis notado y, de hecho, el autor nombra a la famosa película en un momento dado de la narración. Pero también se queda en eso, un ligero aire.
Al principio consiguió engancharme, hacía la mitad avanzaba por inercia con ganas de acabar y en las últimas páginas he tenido la sensación de final precipitado, con varios detalles sin resolver o resueltos a medias y con una sensación de prisa constante. No sé, no me ha convencido. Pensé que todo iba a hacer clic y a encajar, pero se me han quedado muchas cosas en el aire.
Total, que el conjunto no me ha gustado y ya os digo que es una pena porque el anterior libro de Pablo Rivero, Penitencia, me encantó, pero este se me ha quedado en un quiero y no puedo.
Le seguiré la pista al autor porque su forma de narrar me gusta y, pese a todo, engancha, pero este desde luego no pasa a ser de mis libros favoritos de él.
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