La mañana de un terrateniente de León Tolstoi
Pensemos juntos, amigo mío. Dices que sientes vocación por la vida rural, que quieres la felicidad para tus campesinos y que esperas ser un buen patrón. Debo decirte: 1) que sólo cuando nos hemos equivocado de vocación, sabemos cuál es la verdadera; 2) que es más fácil conseguir la felicidad propia que la ajena; y 3) que para ser un buen patrón es necesario ser una persona fría y severa, algo que difícilmente conseguirás ser, aunque intentes parecerlo.
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