“No hubo mujeres en Vietnam”. Con esa frase lapidaria negaban reconocimiento y ayuda a las mujeres, muchas enfermeras, que sirvieron en Vietnam durante la guerra. “No luchasteis”. No, puede ser que no sirvieran en el campo, pero sí desde luego lo hicieron en los hospitales de campaña. Este libro nos cuenta la historia de Frankie, una joven de buena familia que estudia Enfermería y decide alistarse para poder ir a la guerra a ayudar a su manera. Vamos a seguirla durante el tiempo que sirve salvando vidas, y acompañando y aliviando a quienes es imposible salvar, y vamos a ver cómo es la vuelta a casa. Una vuelta a un hogar que está empezando a ver esa guerra con unos ojos muy distintos a los del comienzo del conflicto. Es una novela que me ha gustado mucho, porque la autora escribe muy bien y sabe atraparte entre las páginas del libro. Es muy emocionante, tanto por el ritmo de la novela como por los sentimientos que provoca su lectura. Hay partes que se pueden clasificar de gores. Hay partes horrorosas, directamente. De cerrar el libro llorando, respirar un poquito y seguir. También me ha enfadado mucho. Porque pasó y porque sigue pasando. No ya el no reconocimiento de las mujeres y de las víctimas colaterales de una guerra, si no que siga habiendo este tipo de conflictos en el mundo. Me ha gustado mucho cómo habla de las secuelas de la guerra, lo que se hizo en EEUU en contra de la misma, cómo se empezó a abordar el síndrome de estrés postraumático… Lo que no me ha gustado tanto y ha hecho que no me encante, es el peso que tiene el romance en la historia y el cómo está llevado, la importancia que se le ha dado y lo poco que me lo he creído. Ha hecho que sea bastante predecible, pero bueno, no desmerece la novela ni su mensaje. Así que recomendado. Es una lectura dura, interesante y que reconoce el trabajo de las mujeres en Vietnam. Más reseñas en Instagram @mi.taburete + Leer más |