Kristin Hannah

"Y no dejas de querer a una persona cuando está herida. Te haces más fuerte para que se pueda apoyar en ti."

¡Y los libros! Nunca había visto tantos. Le hablaban en susurros de mundos inexplorados y amigos aún por conocer y se dio cuenta de que no estaba sola en este mundo nuevo. Sus amigos estaban ahí, mostrando sus lomos, esperándola como siempre habían hecho.

El amor no se diluye ni muere, pequeña. La gente dice que sí, pero no. Si le amas ahora, le amarás dentro de diez años y de cuarenta. Puede que de una forma distinta, una versión más atenuada, pero es parte de ti ahora. Y tú de él.

Si decía que no en ese momento, quedaría demostrado que Leni podría llevar una vida sensata, con el tipo de amor que nadie compararía nunca con la heroína, y que jamás lloraría hasta quedarse dormida.

Y no se deja de querer a una persona cuando está herida. Te haces más fuerte para que se pueda apoyar en ti. Me necesita. A las dos

Creo que fue la madre Teresa quién dijo que la soledad es la peor pobreza que hay

Leni sabía que no era nada bueno, que no era normal en una relación de padre y madre comparar tu amor con una droga que puede vaciarte el cuerpo, freírte el cerebro y dejarte muerto

El depredador por naturaleza podía parecer que se domesticaba e incluso se volvía amigable, lamiéndote el cuello con cariño y frotándose contra ti para que le rascaras la espalda. Pero sabías, o deberías saber, que estabas viviendo con un animal salvaje, que un collar y una correa junto con un cuenco de comida podría amansar los actos de la bestia, pero que no podían cambiar su esencia. En una milésima de segundo, en menos tiempo que el que se necesitaba para tomar aire, ese lobo podía retomar su naturaleza y girarse mostrando los colmillos.

Para hacer amigas de verdad tienes que arriesgarte. A veces las personas te decepcionarán, las chicas pueden ser muy crueles las unas con las otras, pero no puedes dejar que eso te detenga. Si te hacen daño, te levantas, desempolvas tus sentimientos y vuelves a intentarlo.

Isabelle siempre había sido una persona de reacciones sencillas. Alguien la dejaba atrás, ella le seguía. Alguien le decía que no podía hacer algo, lo hacía. Convertía cada obstáculo en una puerta.

Con la sabiduría que dan el tiempo y los años, Tully lo sabía. También sabía que el amor no se evapora. Perdía intensidad, tal vez; también peso, como unos huesos abandonados al sol, pero no desaparecía.

"No les ha dicho que los quiere. Le había dado miedo que al decirlo se echasen todos a llorar aún más, y por eso se ha callado las preciadas palabras, las únicas que de verdad importan"

Fuera donde fuera la recibían multitudes, y en ninguna parte se sentía más aislada que en compañía de personas que la adulaban, que le daban coba, pero que en realidad no la concocían

Le quería tanto, con tanta desesperación, que sentía como si la estuviesen reteniendo bajo el agua y necesitara oxígeno.

Leo libros sobre sitios que apenas puedo imaginar y me pierdo en viajes a tierras extrañas para salvar a chicas que no sabían que, en realidad, eran princesas.

A pesar de la animación de la ciudad, hay una quietud, una paz que te cautiva. En París con una copa de vino uno puede sencillamente ser.

Claro que puedes enamorarte. Basta con que te des permiso.

Pero Leni sabía que, a veces,uno se aferra a lo que puede para mantenerse a flote. Y puede que toda esa ropa negra fuese un escudo, una forma de decirle a la gente:

Todo ese tiempo, papá le había estado enseñando a Leni los peligros del mundo exterior. Lo cierto era que el mayor peligro estaba dentro de su propia casa

-¿Estas diciendo que es culpa tuya?



- Eres demasiado joven para entenderlo. Él no ha querido hacerlo. Simplemente... hay veces que me quiere demasiado