Y así finiquitamos “Kimetsu No Yaiba”, un manga que me ha hecho mucha compañía desde este verano hasta ahora. Creo que la reseña me va a salir un poco desestructurada, ya os aviso.
¿Y qué decir de su tomo final? Lo siento, pero no ha terminado de convencerme. A grandes rasgos no me ha desagradado, pero me he quedado con la sensación de que este manga podría haber sido más, mucho más. La precipitación que han tenido los últimos volúmenes y todo lo que acontece en ellos le ha pasado factura totalmente. No voy a negar que los últimos capítulos han sido intensos, pero que muy intensos. Como me lleva pasando desde hace dos o tres tomos, he sufrido mucho leyendo, viendo cuán agónico era la lucha entre los cazadores de demonios y el terrible Mugan. La tensión podía cortarse con un cuchillo, y ha habido momentos en los que tenía que parar de leer para respirar, ya que pasaban muchas cosas y todo muy intenso. Eso era lo mínimo que esperaba de este dice el desenlace, y hay que reconocer que la autora nos lo ha dado con creces.
El final de Mugan…Solo podría describirlo como un sí y no. Sí, porque este malo se ha hecho de rogar para desaparecer. Y se lo ha puesto muy difícil a sus combatientes. Extremadamente difícil. Hay que reconocérselo. Y también porque justo al final la autora sabido humanizarle pero de una forma en la cual no le quita ningún ápice de su maldad. No he intentado evangelizar, cosa que ha hecho con otros enemigos a lo largo de su historia. Y eso es algo que he agradecido especialmente. Gotouge-sensei ha sabido jugar con eso muy bien, haciendo que Mugan se vea vulnerable, pero sin que el lector llegue a compadecerle por muy poco. Porque al final, pese a todo, ha seguido siendo el malo malísimo de la historia hasta su último aliento.
Hubo un momento en que pensé que eso iba a estar muy bien llevado. Y más cuando la autora se sacó de la manga un golpe de efecto al hacer que en sus últimos suspiros convirtiera en demonio al agonizante Tanjiro, protagonista del manga. Y es eso lo que más me ha desilusionado de este final.
La conversión de Tanjiro en demonio me parece un giro de tuerca muy interesante y que bien llevado podría haber cambiado totalmente el panorama del manga. Y no solo eso. Podría haberle dado algo que he notado que le falta como norma general: hacer algo que no fuera para nada tópico en un shonen, que resultara impactante y lo cambiara todo totalmente. Lo siento, pero estas aventuras me han parecido demasiado previsibles a grandes rasgos, por más que la autora haya compensado todo esto con grandes dosis de tensión y luchas de lo más crudas.
Volviendo al tema de Tanjiro… me da mucha rabia que esto haya pasado en el último volumen y que se haya cerrado tan deprisa y corriendo. No sabes cuánto. Para mí eso daba por lo menos para un arco más o para varios capítulos más. Y no sé, me esperaba algo impactante en plan que Tanjiro matará a alguno de sus amigos o que ellos tuvieran que acabar con él. Lo siento, pero este elemento me ha parecido muy desaprovechado. Extremadamente desaprovechado. Sobre todo porque se ha cerrado de una forma “ relativamente fácil”(Ya sabéis, la lucha fue corta pero intensa). Lo único positivo que le veo a esto es que por fin ha permitido que Nezuko pueda tener su momento de gloria. Después 23 volúmenes ya era hora, también os digo. Sin olvidar a Kanao, que la mujer ha podido lucirse un poco más, pero no mucho. Y por supuesto que esto también se aplica a Inosuke y Zenitsu en todo el tomo.
Y por último el capítulo final. Pues más de lo mismo. Ha tenido cosas que me han gustado, y cosas que me han dejado un poco “pues OK“. A ver, la idea central me ha gustado. Demostrar que después de todo el sufrimiento y todo el esfuerzo nuestros protagonistas lograron llevar una vida tranquila y estable, la cual se extendió para sus descendientes. Y que todos los sacrificios tuvieron su recompensa al regalar a las generaciones futuras un mundo tranquilo y sin demonios. En serio, me ha parecido muy bonito. Todo esfuerzo tiene su recompensa .Pero por otro lado, que haya dado un salto de siglos en el futuro para la llegar a la actualidad y demostrar a los descendientes de los protagonistas, que no dejan de ser la reencarnación de sus antepasados, tengo que reconocer que no acabo de verlo. Me parece un poco innecesario, la verdad. Hubiera preferido ver más de como Tanjiro y cia salían adelante, se casaban y llevaban vidas normales. Lo hubiera valorado más. Porque ahora, en pocas páginas, nos presentan a un porrón de nuevos personajes que no han tenido tiempo de decirme ni mucho ni nada.
¿Y qué puedo decir de este final y de este manga como conclusión? Que hay muchas cosas en esta historia que se me han quedado muy poquito, elementos a los que se le podría haber dado muchísimo más. Y tengo la sensación de que Gotouge-Sensei ha sido plenamente consciente de ello, y he intentado solucionarlo deprisa y corriendo en los últimos capítulos. Se le agradece el esfuerzo, pero no ha bastado para hacer de este un manga plenamente satisfactorio, por lo menos para mí.
Creo que lo que más me ha dolido es la cantidad de personajes desaprovechados, que podían haber aportado mucho más a la historia. Ese es el caso de Gennya, su hermano y (tengo que decir que este es el caso que más me duele) el de la hermana de la protagonista, Nezuko. Y son solo unos ejemplos. A todo esto, algo que comenté en una reseña anterior: todos aquellos que comparan el vínculo fraterno entre los hermanos Kamado con el de los Elric de FMA… deberían volverse a leer ese manga o leérselo bien. Lo siento, pero si hay algo que me repatea que me ha repateado mucho de este manga es que percibo que los personajes no han terminado de desarrollarse completamente, muchos de ellos se han quedado a medio gas. También tengo que decir que de todos ellos solo hay dos que me han logrado emocionar mínimamente. El resto, aunque en su mayoría me han gustado… ni fu ni fa casi ninguno. Que a lo mejor es cosa mía, pero como que no. Y me parece una pena, porque bases para ello había. Si hay que reconocerle a la autora es que sabe hacer caracteres muy cercanos y humanos.
De hecho, Tanjiro como protagonista no me ha dicho nada nunca. Creo que tuvo cierta evolución en los primeros capítulos, pero se ha pasado el resto del manga totalmente estancado emocionalmente. Me gusta pensar que en esto tuvo la culpa que fuera el primer manga de Gotouge-sensei. Y que en el siguiente trabajo va a mejorarlo. Y también hay que tener en cuenta que la rapidez con la que se ha finalizado la historia ha pesado mucho. No ha dado tiempo a que las cosas se hagan bien en este sentido.
Para finalizar, debo decir que estoy muy contenta de haberme leido “Kimetsu no Yaiba”. Me ha gustado, me ha enganchado y entretenido, y me ha dado buenos momentos (muchos de ellos enfocados en sufrir 😭). Y creo que el estilo de dibujar de Gotouge-sensei ha mejorado bastante tomo a tomo sin perder su sello personal. No voy a negar que no será el manga de mi vida, pero lo recordaré con cariño. Además que no he acabado con él, porque ahora empezare a verme la versión en anime, que la tenía muy pendiente (además, hay un libro de historias cortas que no descarto coger en algún momento). Y creo sinceramente que ha habido otros mangas que también lo han petado fuertemente siendo bastante inferiores a él. Es un manga que entretiene y cumple bastante bien, pese lo rápido de su final y a sus deficiencias.
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