Adentrarme en "Los pilares de la tierra" de Ken Follett ha sido una experiencia literaria que ha superado todas mis expectativas. Follett, reconocido por sus thrillers de espionaje, se adentró en el año 1989 en un territorio completamente nuevo con esta obra épica ambientada en la Inglaterra del siglo XII. Desde el primer capítulo, la novela cautiva con su combinación de minuciosa investigación histórica y personajes profundamente complejos y memorables. Es una novela para leer sin prisas. Si sois lectores impacientes, puede que esta lectura no sea para vosotros. La trama se centra en la construcción de una majestuosa catedral en la pequeña comunidad rural de Kingsbridge, un proyecto que abarca varias décadas. La historia comienza con Tom Builder, un maestro constructor cuya vida da un giro radical tras la muerte de su esposa Agnes. Con una determinación inquebrantable, Tom recorre el país en busca de trabajo para mantener a su familia, hasta que una serie de eventos lo lleva a Kingsbridge. Paralelamente, conocemos a Phillip, un joven monje cuya astucia y capacidad de liderazgo lo llevan a convertirse en el Prior de Kingsbridge. La muerte del rey Enrique I y la consecuente lucha por el trono entre Maud y Esteban de Blois sumen a Inglaterra en un periodo de caos y guerra civil, un trasfondo que influye directamente en los destinos de Phillip y Tom. La reconstrucción de la catedral, destruida por un incendio, se convierte en el centro de sus vidas y en un símbolo de esperanza y fe para la comunidad. Follett retrata con maestría los desafíos políticos y económicos de la época, desde las luchas de poder entre la Iglesia y el Estado hasta el desarrollo temprano de gremios y mercados. La evolución de Kingsbridge, de un modesto pueblo a un próspero centro comercial, está narrada con un detalle impresionante, consiguiendo que viviera con la gente del pueblo cada triunfo y cada adversidad. Los personajes de esta novela son tan variados como inolvidables. Además de Tom y Phillip, encontramos a figuras como Aliena, una mujer decidida a proteger el legado de su familia; Alfred y Jack, hijo e hijastro de Tom, que heredan su pasión por la construcción y que nunca terminan de entenderse; y los antagonistas William Hamleigh y el obispo Waleran, cuyas intrigas añaden una constante tensión y conflicto. Cada personaje está retratado con tal profundidad que sus fortalezas y debilidades las puedes casi tocar, haciendo que sus historias sean profundamente personales y emotivas. Esto tiene su parte buena y mal, pues lo pasé muy mal cada vez que el cruel William hacía de las suyas. Por este motivo me es imposible darle las 5 estrellas. La narrativa de Follett es tan ambiciosa como el vasto escenario en el que se desarrolla. Al igual que otras grandes sagas familiares, "Los pilares de la tierra" explora una amplia gama de emociones y características humanas: amor y odio, lealtad y traición, valentía y cobardía. Esta riqueza emocional, combinada con el detallado contexto histórico, crea una obra que es tanto un viaje personal como una crónica de la época. Este drama extraordinario y convincente merece un lugar especial en cualquier estantería. "Los pilares de la tierra" es más que una novela; es una epopeya que te captura desde el primer capítulo y no te suelta hasta el final. Cada personaje, sea bueno o malo, dejará una huella imborrable en tu memoria, y la monumental catedral de Kingsbridge se convertirá en un símbolo perdurable de la perseverancia y el ingenio humano. ¡Un libro absolutamente imprescindible! + Leer más |