Insolación de Emilia Pardo Bazán
Tanto jabón llevan ustedes en las suelas del calzado como nosotros. Es una hipocresía detestable eso de acusarlas e infamarlas a ustedes con tal rigor por lo que en nosotros nada significa.
|
Insolación de Emilia Pardo Bazán
Tanto jabón llevan ustedes en las suelas del calzado como nosotros. Es una hipocresía detestable eso de acusarlas e infamarlas a ustedes con tal rigor por lo que en nosotros nada significa.
|
Insolación de Emilia Pardo Bazán
A cada higiénica operación y a cada parte de su cuerpo que quedaba como una patena, Asís creía ver desaparecer la marca de las irregularidades del día anterior, y confundiendo involuntariamente lo físico y lo moral, al asearse, juzgaba regenerarse.
|
La sirena negra de Emilia Pardo Bazán
El cuerpo de mi sirena no es blanco, su pelo no es rubio: tiene su forma lo indeterminado de los senos sombríos de donde sale, y su melena se parece a la inextricable maraña de las algas, suspensas, enredadas y penetradas por esta luz líquida.
|
El encaje roto de Emilia Pardo Bazán
Todo en ella quería alborotarse, quería la expansión de mocedad verde y golosa de los sabores del vivir. Y cuando una mujer siente tal instinto, gana un relucir especial de hermosura. Parece como si la alumbrasen por dentro luminarias de alegría.
|
La sirena negra de Emilia Pardo Bazán
La mayoría de los hombres hace surgir de la oscura profundidad el amor. Mi visión, confusamente alumbrada por la fosforescencia de las ondas, es de muerte, y su boca, al acercarse a mi boca, la cuajaría en eterno hielo... El cuerpo de mi sirena no es blanco, su pelo no es rubio: tiene su forma lo indeterminado de los senos sombríos de donde sale, y su melena se parece a la inextricable maraña de las algas, suspensas, enredadas y penetradas por esta luz líquida. Creo verla ascender despacio, ávida y amenazadora, como si me dijese: "Eres mío, no me huyas...". |
La sirena negra de Emilia Pardo Bazán
En árida llanura amarilla, cercada por un anfiteatro de montañuelas calvas y telarañosas, iba atardeciendo muy despacio. Crepúsculo interminable; del cielo cárdeno parecía descender lluvia de ceniza sutil; y el sol, que detrás de los cerros se ponía, era un globo sin calor, medio apagado, enorme, una pupila de cíclope agonizante.
|
La sirena negra de Emilia Pardo Bazán
No sé qué tienen, en las horas que preceden al amanecer, sobre todo en invierno, cuando la noche es más noche, las calles de una capital populosa. Detrás de las imponentes puertas de los palacios; detrás de las ventanas, parecidas a ojos que dejaron caer sus párpados al adormirse -¡qué infinito misterio! ¿Por qué esta suspensión de la vida, en toda la ciudad a la vez?-. La multitud recogida en sus dormitorios, míseros o confortables, ¿no está realmente como si hubiese muerto? ¿No es cada alcoba, cerrada y tibia, una antesala del sepulcro? Y este silencio, esta paz letal de la noche, ¿no es el único período delicioso, dulce, apacible de las veinticuatro horas que tejen el giro diurno? |
La sirena negra de Emilia Pardo Bazán
La noche no me ofrecía sino impresiones "de color sombrío", como las palabras leídas por el Dante sobre el dintel de la puerta del infierno. Sin embargo, de análogas impresiones se sacan obrillas aplaudidas, donde el vicio y la borrachera son temas regocijados.
|
La gota de sangre de Emilia Pardo Bazán
Un olor es una cosa viva, o al menos un duende que se nos mete en el ánimo y lo conturba, y lo posee, y lo embriaga. Yo perdí la razón y me entregué a la sugestión del perfume. Abrió ella lentamente los ojos, suspiró, y con impensado movimiento, echó a mi cuello los brazos...Una sonrisa silencioa florecía en el rojo cáliz de su boca sangrienta, y en el negro abismo de sus pupilas, un reflejo infernal me atraía y me espantaba.
|
La gota de sangre de Emilia Pardo Bazán
El retrato de Chulita, hecho por un pastelista de moda, se ostentaba sobre el sofá. El artista, muerto muy joven, había traducido fielmente aquella expresión enigmática de los oscuros ojos, aquella sangrante frescura de la boca, y, además, el modelado exquisito de un busto perfecto, diminuto como el de una niña, diabólicamente virginal, que señalaba el ceñido traje, de forma imperio, de gasa rojiza realzado por cinturón y bordados de plata oxidada. ¡Oh mujer, señuelo del espíritu del mal! ¡Bajo esa gracia tuya late el hervor de la gusanera del sepulcro!
|
Emilia Pardo Bazán
-Pues no viaje usted por tierras; explore almas. No hay vida humana sin misterio.
|
La gota de sangre de Emilia Pardo Bazán
Para combatir una neurastenia profunda que me tenía agobiado -diré neurastenia, no sabiendo qué decir-, consulté al doctor Luz, hombre tan artista como científico, y opinó sonriente: -Usted no necesita cuidarse...sino todo lo contrario. -¿Descuidarme? -Casi...Tratamiento perturbador. Hacer cosas que presten a su vida violento interés. Lo que padece usted es atonía, indiferencia: le falta estímulo. ¿No podría usted enamorarse? |
|
La madre naturaleza de Emilia Pardo Bazán
Ni menos se desviaron sus rostros, tan cercanos, que él sentía el aletear de mariposa de los párpados de ella, y el cosquilleo de sus pestañas curvas.
|
Los Pazos de Ulloa. La madre naturaleza de Emilia Pardo Bazán
...el que nada produce, nada enseña, ni nada aprende, de nada sirve y nada hace.
|
|
Insolación de Emilia Pardo Bazán
Mareo,alcohol,insolacion...¡Pretextos,tonterías!...Lo que pasa es que me gusta,que me va gustando cada día un poco más,que me trastorna con su palabrería...y punto redondo...Cuando se va reflexiono y caigo en la cuenta;pero en viéndole...acabóse,me perdí!
|
Insolación de Emilia Pardo Bazán
“El hombre siempre es más viejo porque nosotros vivimos, ¿te enteras? Y vosotras no.”
|
Insolación de Emilia Pardo Bazán
“No hay nada más peligroso que lo reprimido y oculto, lo que se queda dentro.”
|
Insolación de Emilia Pardo Bazán
“ Toros: sale a relucir aquello de las tres fieras, toro, torero y público; la primera, que se deja matar porque no tiene más remedio, la segunda que cobra por matar; la tercera, que paga para que maten, de modo que viene a resultar la más feroz de las tres.”
|
Fue publicada en ...