Los premios Planeta siempre vienen revestidos de polémica: que si tienen o no calidad, que si son mediáticos, que si se dan a nombres conocidos, que si están dados… Y este año mucho más al saber quiénes estaban detrás del pseudónimo Carmen Mola. A mí, sinceramente, me da igual que determinada novela haya o no ganado un premio, la leeré si me atrae: con los Planeta a veces disfruto y otras veces no. Y respecto a quienes están detrás del pseudónimo, sinceramente, me da igual si son uno, dos o tres personas, hombres, mujeres o extraterrestres. Lo único que me importó de los premios de este año es que la finalista era la novela de una de mis autoras favoritas, la gran Paloma Sánchez Garnica, y la ganadora la autora o autores de una trilogía de novela negra que me había hecho disfrutar mucho. Por eso decidí leerla y por eso os traigo hoy mis impresiones.
Madrid en el año 1934 está asolado por el cólera y sufre de una tremenda inestabilidad política. El rey Fernando VII ha muerto hace poco y su hija Isabel II, que a la sazón sólo tiene tres años, es la nueva reina con su madre como regente. Carlos el hermano del rey no está de acuerdo con la abolición de la ley sálica y, con él, gran parte de la población. Consecuencia: el país vuelve a dividirse entre los carlistas y los isabelinos que es tanto como decir entre conservadores y liberales. Por si fuera poco, empiezan a aparecer niñas salvajemente asesinadas: torturadas y desmembradas. Niñas que importan poco porque viven en los arrabales, pertenecen a familias pobres. La policía no investiga pero la gente del pueblo está aterrorizada: hablan de una bestia, de un animal, quizás un oso.
En esta situación, conoceremos a dos hermanas que acaban de quedarse huérfanas: Lucía y Clara. Lucía, la mayor, que apenas tiene catorce o quince años, cuida a su hermana haciendo lo que tenga que hacer para darle de comer: robar, lo que sea. Pero cuando entra en casa de un cura que acaba de fallecer y se lleva un candelabro y un extraño anillo, las cosas se le van a complicar mucho.
Si polémico ha sido el conocimiento de quiénes se esconden detrás del pseudónimo, no lo menos lo está siendo el mismo libro. Como suele pasar con los Planeta, es uno de los libros más vendidos y leídos del momento. En el momento de escribir esta reseña tiene ya casi dos mil valoraciones en Goodreads, algo increíble. Y, como muchas veces pasa, las posturas sobre él se sitúan en los extremos aunque finalmente y en cómputo total roza las cuatro estrellas. Justo las que le he dado yo.
Y es que a mí el libro me ha gustado. Eso sí, no es como pensaba que iba a ser: ni mejor ni peor pero sí distinto. Yo pensaba que iba a ser una novela negra situada en el pasado: en concreto, la búsqueda de un asesino en serie conocido como la bestia. Pero cuando más o menos en la página 200 ocurre algo, me quedé a cuadros. ¿y ahora qué? Pues a partir de ahí, la novela muestra que es algo más que la búsqueda de un asesino que se dedica a descuartizar niñas y toma un derrotero que yo no había previsto. No os voy a hablar de cuál es, tendréis que descubrirlo por vosotros mismos si decidís leer la novela.
Sí que os diré que no os esperéis algo similar a la trilogía que ha hecho famosa a Carmen Mola porque poco o nada tiene que ver. Por una parte, por la época y la trama en sí. Por otra, por el estilo: la trilogía es mucho más bestial que esta novela. Hay escenas en esas tres novelas que pueden llegar a ser muy desagradables. Por supuesto, también en La bestia hay alguna escena que se las trae pero, en mi opinión, no son tantas ni tan fuertes como las de la trilogía. También es verdad que soy lectora de novela negra y he leído a autores muy explícitos; supongo que para los no aficionados al género, sí que las escenas duras de este libro pueden llegar a serlo mucho.
Tampoco el ritmo es tan acusado como en la trilogía. De hecho, aunque se está calificando como thriller histórico, yo no me atrevería a denominarlo de tal manera porque el ritmo es medio. Sí que hay momentos en los que se acelera bastante pero ni mucho menos como hacía en la trilogía. Con esto no quiero decir que sea lento ni mucho menos: a mí me ha enganchado desde la primera hasta la última página, me ha tenido absorta y entretenida y no he echado a faltar nada. Pero en mi opinión, thriller no es.
En cuanto a los personajes, Carmen Mola no tiene compasión. Os aconsejo no encariñaros con ninguno porque telita, no deja títere con cabeza. Todo gira en torno a Lucía y Clara, especialmente a Lucía. Habrá varios personajes que intentarán ayudarla o, por el contrario, acabar con ella. A Lucía le he cogido mucho cariño y también me ha gustado mucho Diego, el periodista que no ceja en su empeño de averiguar quién es la bestia porque está convencido de que no es un animal. Hay bastantes personajes y en ellos aparecen reflejados todas las clases sociales, las más desfavorecidas como Lucía, Clara, prostitutas, pero también periodistas, policías, clérigos e incluso la alta nobleza.
Es un libro de ambientación histórica, no me atrevería a calificarlo de novela histórica. Refleja un Madrid asolado por el cólera y me han hecho gracia los guiños que hace a la actual pandemia. Un Madrid sucio y peligroso, seno de intrigas políticas y de corte.
La novela se estructura en cuatro grandes partes subdivididas a su vez en capítulos cortos con un total de ochenta y cinco. Es un narrador omnisciente quien nos va contando los entresijos de la acción focalizando en cada uno de los personajes que pueblan la novela y cuyo protagonismo va alternando según aparecen o desaparecen de escena. Los autores combinan acertadamente la narración y el diálogo, resultando un libro de sencilla y amena lectura.
Conclusión final
A mí me ha convencido. Es verdad que me ha gustado más el finalista (pero eso lo sabía antes de leerlos: Paloma me encanta) pero he disfrutado mucho con su lectura.
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