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Eva de Arturo Pérez-Reverte
Y con aquel episodio aprendió una lección que iba a serle útil durante el resto de su vida: en la duda, madrugarle al otro. Mejor era un por si acaso que un quién lo hubiera pensado.
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Eva de Arturo Pérez-Reverte
Siempre son más transparentes los héroes que los canallas. Los he visto pasar muchas veces camino del olvido o del cementerio, sin dejar atrás más que un redoble de tambores que sólo escuchan ellos.
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Falcó de Arturo Pérez-Reverte
Sonreía como un muchacho travieso ante un profesor benevobe. - A sus órdenes, Almirante. Y cualquier mujer se habría prendado de aquella sonrisa. |
Falcó de Arturo Pérez-Reverte
—¿Simpatiza usted con la causa falangista? Le sostuvo Falcó la mirada, impasible. —Yo simpatizo con varias causas. El otro dirigió una breve ojeada a la carpeta del expediente. Después apoyó un dedo en ella. —Según tengo entendido, sobre todo con la suya propia… Su causa, sea ésta la que sea. —Principalmente. |
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Sabotaje de Arturo Pérez-Reverte
La cólera de los idiotas llena el mundo. Y lo nuestro es un bonito ensayo general (guerra civil española).
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Eva de Arturo Pérez-Reverte
Saber que la vida es una broma de mal gusto, llena de azares, enemigos y payasos que saltan con su resolte al abrir la caja, es lo único que proporciona temple suficiente para burlarse de todo.
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Eva de Arturo Pérez-Reverte
El mundo era un lugar apasionante donde ocurrían cosas, y él ayudaba a que ocurrieran.
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Sidi de Arturo Pérez-Reverte
A Ruiz Díaz lo abandonó la razón cuando quebró su lanza, clavándola en el cuerpo de su jinete moro que se interpuso entre él y el del caballo negro. El impacto le dejó el brazo dolorido. A partir de entonces, mientras el moro caía desarzonado, sólo supo matar y no morir.
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El problema final de Arturo Pérez-Reverte
Lo extraño, pensé —o más bien recordé—, encierra poco misterio. Es lo común lo que resulta desconcertante de verdad.
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El tango de la Guardia Vieja de Arturo Pérez-Reverte
Ninguna mujer, ni siquiera la mía, vale más de un billete de 100 pesos o una noche en vela, a menos que uno esté enamorado de ella.
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El italiano de Arturo Pérez-Reverte
Reconozco que la aviación resulta útil para hacer la guerra; aunque en la vida civil, a la que el mundo retornará algún día, rebaja el placer de los viajes. Ir de un lado a otro con prisas tiene su lado práctico, pero no es comparable a un vagón de tren de primera clase, un libro en las manos, levantando la vista para contemplar el paisaje. Dormir en un cómodo coche cama, mecido por el dulce traqueteo de los bogies.
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Eva de Arturo Pérez-Reverte
"...y lanzó un tajo rápido de derecha a izquierda en la garganta. En el rostro en sombra apareció un breve destello claro —los dientes de una boca abierta por el estupor—, e inmediatamente, una exclamación de sorpresa que se quebró a la mitad en un gorgoteo agónico, como si el aire de los pulmones del hombre herido escapase entre un velo fluido y líquido por su tráquea abierta"
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El italiano de Arturo Pérez-Reverte
Piel mojada, hierro caliente. Negras noches y mares azules, agrega al fin, mirando la roca oscura y aún lejana. Pese a la grasa con que se ha embadurnado el cuerpo bajo el mono de faena y el traje estanco que lleva encima, el napolitano tiene mucho frío.
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