La gran novelista de literatura policial victoriana nos regala otra trama apasionante en el Londres decimonónico teñido de grises, con su sagaz inspector Pitt en una de sus mejores actuaciones.
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La gran novelista de literatura policial victoriana nos regala otra trama apasionante en el Londres decimonónico teñido de grises, con su sagaz inspector Pitt en una de sus mejores actuaciones.
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Adoro las novelas de Thomas Pitt y, de nuevo, la autora no defrauda con Asesinato en Kensington Gardens. Anne Perry no solo despliega su talento entretejiendo una intriga que te tiene en vilo a lo largo de todo el libro, sino que plasma muy bien los últimos años de reinado de la monarca británica más famosa de la Historia, Victoria. De hecho, uno de los aspectos que más me han gustado de la novela es precisamente ver a Thomas con la reina y con el Príncipe de Gales, en especial porque —aunque el heredero al trono no soporta a Pitt y se la tiene jurada— no le queda más remedio que aguantarse y dejarle investigar a su aire. Somerset Carlisle, uno de los personajes secundarios recurrentes en la saga, tiene un peso fundamental en esta entrega, al igual que Charlotte y Emily ya que ambas demuestran, otra vez, que son incapaces de quedarse de brazos cruzados ante un caso por muy peligroso que este sea. |
Tenía muchas ganas de leer algo de Anne Perry, y creo que esta novela ha sido una buena elección para empezar. "Asesinato en Kensington Gardens" es un nuevo caso de investigación para el inspector Thomas Pitt. En concreto el número 32. La primera novela sobre este inspector fue en 1979. Pero, a pesar de que no se haya leído ninguna anterior, como en mi caso, se sigue perfectamente el hilo de la historia. La autora nos hace pequeños guiños o referencias de otras novelas, de otras investigaciones, y del pasado de Thomas y su mujer (por ejemplo el cómo se conocieron), para que no haya lagunas durante la lectura y podamos entender mejor algunas reacciones de los personajes, o la implicación que puedan tener. A mí, la verdad, que me ha dejado con ganas de poco a poco ir leyendo alguna novela anterior ya que nos deja con cierto gusanillo de conocer de una manera más amplia el resto de investigaciones que se mencionan. Anne Perry nos traslada a Londres, en 1899, con la reina Victoria en el final de su reinado. Muy bien ambientada y detallada. Los coches de punto, la relación entre la "alta sociedad" y los intereses de cada uno. Cómo el poder y la aristocracia influyen y tienen la posibilidad de ocultar secretos, manipular pruebas y hechos a su beneficio. La posible nueva guerra en África, con los bóeres, es otro tema que está muy presente en ese año. Las reuniones de mujeres, dónde quieren adquirir más importancia en la sociedad e incluso empiezan ya a hablar de la idea de tener derecho a voto en un futuro no tan lejano. Y el tema principal de la novela, que es la posible traición y el peligro al que se enfrenta en reino Británico, por unos amigos cercanos al príncipe de Gales, futuro heredero. Muy bien escrita y con un vocabulario adaptado a la época que representa, para dar más realismo y que nos podamos implicar más en la investigación de Pitt y en ese Londres que hemos visto en tantas películas. Por momentos parece que estás paseando por sus calles. Muy completa y muy bien documentada para cuidar hasta el mínimo detalle. En rasgos generales me ha gustado, quizá la historia avance en algunos tramos un poco despacio para mi gusto y me ha costado algo más continuar en esas partes, sobre todo al inicio de la novela. Son muchos personajes de golpe, que hasta que los conoces y los sitúas estás un poco pérdida con la relación de cada uno. Pero después ya me ha atrapado y he disfrutado de su lectura hasta el final. Enlace: https://www.anikaentrelibros.. + Leer más |
Si en el libro anterior la época nos sumerge directamente en los meses en los que Jack el Destripador hacía de las suyas, ahora sabemos que han trasncurrido unos meses desde esos crímenes y que la policía de Londres no tiene muy buena fama. Su existencia es puesta en duda, ¿para qué sirve si no es capaz de atrapar a un asesino? En medio de todo esto aparece asesinado William Weems, un usurero y chantajista del que la sociedad puede prescindir totalmente. Los usureros son la peor calaña de la sociedad y no es que Pitt tenga demasiadas ganas de saber quién fue el asesino, pero su intervención es necesaria tras serle adjudicado el caso a pesar de pertenecer a otra comisaría (déjà vu, Anne Perry... repetimos esquema) por orden de su superior directo, Micah Drummond. Las circunstancias en las que tienen que hacerse cargo del caso resultan raras y Pitt sabe que hay gato encerrado, pero no le está permitido cuestionar a Drummond al respecto. Solo necesita saber que lord Byam, miembro del Parlamento, ha solicitado la ayuda de Drummond en calidad de amigo: él era uno de los chantajeados por Weems, quien poseía una carta que lo involucraba en un asunto de índole escandalosa ocurrido veinte años atrás. Esa carta no aparece al registrar el domicilio de Weems... pero sí aparecen otras cosas, y algunas de ellas apuntan a policías. Lo que faltaba, tal y como está el patio. ¿Qué cosillas concernientes a la época tenemos en esta duodécima entrega? Pues además de los recelos de la sociedad hacia Scotland Yard por no conseguir identificar y detener a Jack el Destripador, ya vemos el uso del teléfono de manera esporádica (su uso estaba muy restringido a entes gubernamentales o privilegiados socialmente) y el uso de las (por entonces) poco habituales armas de fuego para cometer un crimen (al usurero le vuelan media cabeza con un arma de fuego no identificada hasta bien avanzada la trama). También se adentra en ciertas conversaciones sobre temas económicos como el capital de riesgo (no a nivel de individuos, sino cuando hay países e industrias involucrados), y como los países ricos y poderosos económicamente hablando explotan y se aprovechan de países pequeños que quieren crecer, cuyas empresas dependen de la exportación y necesitan dinero de manera urgente para que su gente no se muera de hambre. El imperio británico asfixiaba económicamente hablando a estos países (intereses elevados a cambio de porcentajes muy altos de esas empresas)... y bueno, nada que no siga ocurriendo hoy en día a nivel mundial. Lo de país rico explotador-país pobre explotado no ha cambiado. También se introduce el Círculo Interno, una sociedad secreta de comerciantes, financieros y aristócratas (entre otros puestos de privilegio social) que supuestamente hacen el bien y lo que verdaderamente hacen es usar a sus miembros para manipular los estamentos policiales, judiciales y económicos en su propio beneficio. Exigen a sus miembros una lealtad que debe estar por encima del honor y de la conciencia aunque eso suponga actuar en contra de la ley... si se niegan, deben atenerse a las consecuencias, y pueden estar seguros de que las habrá. Os decía al principio del párrafo que Perry introduce a esta sociedad porque (salvo que yo me esté confundiendo) la usa recurrentemente a partir de ahora en varias de las novelas de Pitt a modo de archienemigo. Estoy segura de haber leído sobre el Círculo Interno en novelas posteriores, pero no sabía que Chantaje en Belgrave Square era la primera entrega donde se hablaba de ella. Por ir terminando, os confieso que este podría haber sido mi libro favorito de la serie en mucho tiempo si no hubiese sido por un par de cosas. Y digo que podría haber sido mi libro favorito porque por fin, POR FIN, es Thomas Pitt el único encargado de la investigación y el que resuelve el crimen. Ese es su trabajo, es lo que sus lectores esperamos de él, aunque la autora se empeñe en que sea siempre su mujer quien se lleve la gloria. Echo mucho de menos a Pitt en sus propios libros, lo digo siempre, así que ha sido una muy buena sorpresa. ¿Qué ha pasado para que, aun a pesar de disfrutar de la lectura, se me haya quedado un poco corta la historia? Pues lo primero es que he descubierto el supuesto giro sorprendente del final en el primer cuarto de libro. Imagino que muchos lectores no lo verán venir, pero es que ya llevo muchas tramas como esta a la espalda y resulta inevitable anticiparse. Así pues, sorpresa cero, y aunque eso me pasa con muchos libros y tampoco suelo darle mucha importancia con tal de que la historia me entretenga, sí que me ha parecido un poco tramposilla la manera en que Perry intenta mantener la intriga hasta el final. Sin poder decir nada que no se considere spoiler, digamos que al mismísimo inicio de la trama se da una pista que cualquier detective hubiese seguido ipso facto porque resulta evidente que es de vital importancia... pero claro, entonces no habría historia, y Pitt no sigue esa pista hasta las últimísimas veinte páginas cuando a la autora ya no se le ocurre nada más para alargar la trama y justo a tiempo para resolver el crimen. No me parece realista ni adecuado en el mismo proceso de una investigación, así que no la compro y lo dicho, me parece tramposilla. De todos modos esto no son más que peguillas subjetivas y totalmente personales, porque Chantaje en Belgrave Square es una historia muy entretenida y recomendable para quien guste de este tipo de tramas de misterio victorianas. Esta serie de novelas dan siempre lo que prometen; pueden resultar más o menos acertadas según la ocasión, pero nunca aburren (al menos a mí no me aburren, tampoco voy a generalizar). Enlace: http://inquilinasnetherfield.. + Leer más |
"Defensa o traición" es la tercera novela de la serie del detective William Monk creada por la autora. La autora nos introduce en la acción a través de Hester, una enfermera que ha estado en el frente curando heridos, pero que ahora se ocupa de cuidar a un exmilitar, herido en una pierna, en su casa, hasta que éste se cure. Hester tiene una amiga, la cual le comenta que ha sucedido una fatalidad en su casa. Su hermano Thaddeus ha sufrido un extraño accidente cayéndose por las escaleras dando a parar a una armadura y con la mala suerte de claverse la lanza al caer sobre ella. Sin embargo, pronto se descubre que no ha sido un accidente, sino un asesinato, del cual es acusada la mujer de Thaddeus, Alexandra. La amiga de Hester y cuñada de la acusada no cree que haya sido ella, y, en el caso de que así fuera debía tener un gran motivo para haberlo hecho. Es por esto que ésta le pide a Hester que le ayude. Hester la ayuda aconsejándole un buen abogado que ella conoce, Oliver, que contrata a uno de los mejores detectives, William Monk. La familia de Thaddeus quieren que todo pase pronto, pues al ser una familia de alta sociedad no les interesa que se haga mucha publicidad y quieren que a Alexandra se la ingrese en un centro psiquiátrico pues consideran que se han vuelto loca debido a los celos. Pronto, el abogado y el detective se ponen a investigar, incluso la propia Hester, a la cual le tiene muy intrigada el caso. Tienen que encontrar el verdadero motivo por el cual ha matado a su esposo, pues sólo con un motivo muy grave podría librarse de la pena de muerte. Así pues llegan al juicio, van a contrarreloj, y mientras el juicio se sucede siguen investigando para poder salvar a Alexandra de la pena de muerte. Lo que he encontrado más interesante es la parte final del libro, cuando comienza el juicio y se ponen de manifiesto las declaraciones de los testigos y cómo fiscal y abogado van jugando sus cartas y cómo se va desvelando el verdadero motivo por el cual Alexandra asesina a su marido. Hester me ha gustado como protagonista, con sus inquietudes, la curiosidad y el coraje para sobreponerse a sus miedos para enfrentarse a otros personajes de la novela de una forma sútil, para averiguar alguna pista sobre el caso. Otros dos personajes que destacan son Oliver, el abogado, por su fe en defender a su cliente, a pesar de que en algunos momentos todo está en contra. El otro es Monk, el detective, el cual tampoco se rinde en su investigación. Todo narrado en tercera persona por un narrador omnisciente, a través del cual sabemos lo que piensa Hester. Aunque también existen diálogos, algunos de los cuales son fundamentales para la solución del caso. El narrador nos traslada a la época victoriana a través de pequeños toques como son la descripción de algún lugar, los vestidos de los personajes femeninos... Es através de narraciones contadas por los personajes, por las que el lector puede ver momentos pasado evocados por el relato de dichos personajes. En la novela se distinguen tres partes; dichas partes no se reparten por igual, pues la introducción es bastante larga y a partir de, aproximadamente la mitad, comienza el desarrollo en sí y el desenlace es bastante rápido. Es un estilo sencillo y directo, de lectura rápida. Las expresiones de los personajes y su vocabulario no entraña dificultad. Lo que sí encuentro es que es una novela, demasiado extensa para mi gusto, pues el comienzo de la trama es bastante lento y llega aproximadamente hasta la mitad de libro. Considero que esta parte podía haber sido más liviana y haberse centrado un poco más en el desarrollo de la trama, especialmente en la investigación y en el juicio, pues para mí es lo más interesante de la novela. También, para mí, el final ha sido bastante predecible, pero esto no era un problema, pues tenía curiosidad por saber cómo se desarrollaría la investigación de cara al juicio con la llamada a declarar de los testigos y sus declaraciones. En mi opinión es una novela interesante, aunque el principio se hace algo pesado, es por esto que lo encuentro un poco flojo, hasta que comienza a coger ritmo y es a partir de ese momento en el cual se lee prácticamente de un tirón. Enlace: http://laventanadelira-lira... + Leer más |
Sigo adelante con mi reto de leer en orden al inspector Thomas Pitt (os diría que sin prisa pero sin pausa, pero la verdad es que voy muy retrasada y no me vendría mal darme un poco de prisa xD). Hoy toca el sexto en la serie, El ahogado del Támesis, en el que la autora plantea y ordena la trama de una manera bastante distinta a los cinco libros anteriores y la verdad es que se agradece este cambio de estructura a la hora de narrar la historia. Un adolescente de apenas dieciséis años aparece asesinado y completamente desnudo en las cloacas de la zona de Bluegate Fields, empotrado contra las compuertas del Támesis. Es una de las zonas más problemáticas de Londres, foco de prostitución y donde día sí y día también aparece un cadáver cuya muerte apenas se investiga. Pero este caso es distinto: el fallecido, llamado Arthur, pertenece a la aristocracia londinense y no fue asesinado en la cloaca, sino probablemente en una bañera. Además presentaba síntomas de las primeras fases de la sífilis y había mantenido relaciones homosexuales poco antes de su muerte. ¿Habían sido consentidas o el fallecido había sido víctima de abusos? La familia, que tenía a Arthur por un inocente adolescente sin apenas experiencia en la vida, quiere que el asesinato se solucione rápido y que no se remueva más el asunto, así que pronto elige a un culpable al que señalar con el dedo, y las pruebas parecen darle la razón. Tal y como se comenta en algún momento en la historia, han pasado cinco años desde los sucesos de la primera novela, Los crímenes de Cater Street, así que la trama se sitúa en 1886. Casados, con dos hijos, una criada y una casa más grande y mejor equipada que la primera en que vivieron tras su matrimono, los Pitt siguen su rutina: Thomas pateando Londres en su labor como inspector de policía, y Charlotte ya convertida en toda una ama de casa que se permite visitas periódicas a su madre o su hermana en los barrios donde vive la alta sociedad londinense, que mantiene el contacto con su antiguo cuñado y que hace cosas no del todo apropiadas (de las que Pitt muchas veces no se entera) con tal de ayudarle de manera oficiosa a resolver los crímenes que él investiga de manera oficial. Por este lado, las cosas siguen más o menos igual. Aun así, tal y como os decía al comienzo, esta sexta entrega introduce un par de elementos inéditos en la serie. Por un lado Pitt tiene un compañero de investigación con bastante protagonismo, algo que no es nada habitual en los demás libros, en los que si acaso se nombra de pasada al policía de menor rango que acompaña a Pitt en algunas pesquisas, pero poco más. En El ahogado del Támesis ese compañero es el sargento Gillivray, un joven muy elegante y pulcro, de sonrisa fácil, cordero por fuera y lobo por dentro, al que le gusta mucho lo de moverse entre la alta sociedad y que se pasa el día peloteando al jefe e intentando apuntarse tantos, así que no tiene reparos en trabajar a espaldas de Pitt y correr a contarle al jefe lo que (cree que) ha descubierto para dejar a Pitt como incompetente y llevarse él la gloria (y un futuro ascenso, a ser posible). Todos hemos tenido un compañero de trabajo así, sé que sabéis a lo que me refiero :) El otro elemento nuevo es la estructura de la investigación. En el resto de la serie es bastante estandarizada (asesinato+investigación+resolución, en ocasiones con más asesinatos durante el transcurso de las pesquisas), pero aquí Pitt se topa con una familia que quiere enterrar este asunto lo antes posible y pronto, por causas que no vienen al caso y no os puedo contar aquí, ya se tiene un culpable, un juicio y una sentencia. Es a partir de ahí cuando empieza realmente la investigación porque Pitt sigue sin estar convencido; él no ha mentido en el juicio pero no tiene claras las pruebas que se han presentado, y la carrera contrarreloj se pone en marcha para averiguar si el hombre que espera la horca desde la cárcel es realmente culpable o si el verdadero asesino sigue suelto. Tiene tres semanas para solucionar el misterio antes de que se ejecute la sentencia (con la oposición expresa de su superior de seguir adelante con una investigación que ya está cerrada) y en esas tres semanas pueden pasar más cosas... que de hecho pasan. Así que estamos ante una forma de contar lo mismo (asesinato en la alta sociedad londinense) pero de manera diferente en varios aspectos, y como ya digo, se agradece. También os comento siempre que la autora no solo se adentra en las investigaciones por asesinato, sino que introduce en cada libro hechos o problemáticas sociales de la época victoriana en que transcurren. En este caso esas alusiones van desde la reforma laboral que tuvo lugar en Gran Bretaña en 1885 (un año antes de la ambientación de esta historia) que criminalizaba y consideraba delito la homosexualidad (Oscar Wilde fue una de las víctimas de esta reforma), a la prostitución infantil y el abuso de menores que campaba a sus anchas tanto en los barrios marginales de Londres como debajo de las alfombras de las casas de postín. Así pues, la moral de la alta sociedad victoriana por los suelos, como siempre. Eso no cambia en ningún libro, y la Perry no se cansa de decir que sus miembros eran peligrosos cuando sus privilegios se veían amenazados, con el aliciente de que esa posición de honor les permitía salirse con la suya en la mayor parte de las ocasiones (al personaje de Athelstan, inspector jefe de Scotland Yard y superior de Pitt y Gillivray, le toca bailar con este aspecto feo de la historia). También nos reencontramos de nuevo con personajes de libros anteriores, ya sean familia de Charlotte o personajes secundarios de otros casos resueltos con anterioridad y en fin, que nos adentramos una vez más en las vidas del matrimonio Pitt pero de una manera diferente, con situaciones incómodas en el trabajo, presiones desde las altas instancias, compañeros trepa que pisarían cuellos por un ascenso, investigaciones contrarreloj para salvar vidas y, eso sí, siempre con un pie en los barrios ricos y otro pie en barrios poco recomendables y de mala fama (que los ricos visitan constantemente y donde hacen lo que no está bien visto hacer en los susodichos barrios pudientes). El siguiente será Venganza en Devil's Acre, séptimo en la serie y quinto que leeré y reseñaré este año. Me propuse seis para este 2020, lo veo complicado, pero vamos, que lo cumplo aunque me vea el 31 de diciembre a las 23:59 colgando la reseña del sexto :)) Enlace: https://inquilinasnetherfiel.. + Leer más |
Ya sabéis que estoy haciendo el reto de leer (o releer cuando toca) en orden los libros protagonizados por el inspector Thomas Pitt, así que no me repito :) El callejón de los resucitados es el cuarto de la serie, y os adelanto desde ya que, junto con el primero, Los crímenes de Cater Street, es el que más me ha gustado de los cuatro porque recupera en buena medida al Pitt que a mí me encandiló en el primer libro y que he echado mucho de menos en el segundo y tercer libro (malestas del que he dejado evidente constancia en las reseñas porque soy una protestona xD). En esta ocasión todo comienza cuando un cadáver exhumado de su tumba aparece en un carruaje robado en mitad de una noche neblinosa. Se trata de un miembro de la clase alta londinense que vivía en Gadstone Park, zona pudiente de casas majestuosas y residentes de lo más respetables, y que había fallecido tres semanas antes. Las pesquisas de Pitt no parecen dar ningún fruto, todo parece apuntar a un acto de vandalismo, y es entonces cuando aparece un segundo cadáver exhumado en peculiares circunstancias... y luego un tercero... Esto ya no parece un acto vandálico, parece haber un motivo detrás de las exhumaciones y las peculiares puestas en escena, pero ninguno de los cadáveres parecía tener relación entre sí en vida, no presentan signos de haber sido asesinados y ni siquiera estaban enterrados en el mismo cementerio. Aun así, todo, de alguna manera, sigue apuntando a Gadstone Park, aunque Pitt se enfrenta a uno de esos casos en los que se mentaliza de que probablemente nunca averigüe qué está pasando... y no ayuda precisamente que un hombre del pasado de su esposa Charlotte se encuentre entre las personas de interés en el caso. Os decía al principio que, de los cuatro primeros libros, este es el que más me ha gustado junto con el que abre la serie, y eso ha sido por dos razones: la primera es que he vuelto a reencontrarme con el Pitt que yo quiero ver, el Pitt inspector que investiga y resuelve crímenes, como debe ser... no el de los dos libros anteriores en los que no pintaba absolutamente nada y las investigaciones y las resoluciones corrían a cargo de su mujer y su cuñada; la segunda razón ha sido el caso en sí mismo, bastante complejo en la estructura, la planificación y la manera de presentarlo al lector; además, a mi parecer, está muy bien resuelto. Sobre este segundo aspecto no os puedo dar más datos por razones obvias, pero la trama me ha parecido más trabajada que en los dos casos anteriores y me ha gustado mucho. También se agradece que reaparezca uno de los personajes que conocimos en el primer libro, Los crímenes de Cater Street. En libros sucesivos, la única familiar de Charlotte que aparece es Emily, los padres como si no existieran, y aunque sí que es cierto que Charlotte ahora vive en otro mundo (el de la clase obrera) muy alejado de la alta sociedad en la que nació, no deja de ser curioso que su familia o sus conocidos no aparezcan para nada a excepción de su hermana (sobre todo porque, a pesar de las circunstancias y la degradación social, no ha habido en apariencia ruptura con ellos). En definitiva, se agradece que por fin aparezca aquí un personaje del primer libro, personaje que no voy a desvelar, pero que remueve sentimientos (de muy diferente índole y por muy diferentes motivos) tanto en Pitt como en Charlotte. Por otro lado, y aunque aquí volvemos a retomar la rutina de Pitt investigando en un barrio de clase alta (esos donde supuestamente nunca pasa nada porque, según sus residentes, los crímenes son para gente pobre...), tenemos la novedad de seguir la investigación por calles y callejones mucho menos recomendables que suponen una novedad en la inercia de la serie. Pero además Perry retoma otra de las características que identifican estos libros: la exposición de ciertos aspectos de la sociedad victoriana muy alejados del relumbrón, las calles elegantes y la hora del té que asociamos siempre a esta época. En El callejón de los resucitados el foco de interés está centrado en los así llamados asilos para desamparados, instituciones donde la gente trabajaba como esclava a cambio de apenas nada y en condiciones insalubres. Les daba igual vivir en la calle que vivir en uno de esos asilos, así que preferían ganarse el pan fuera del "cuidado" gubernamental. Un tercio de la población de Londres vivía a finales del XIX en la más absoluta pobreza. También en la novela involucra a algunos de sus personajes en una cruzada algo evidente: que la solución estaba en los niños, en darles la oportunidad que no habían tenido sus padres, en su derecho a la educación, la necesidad de mantenerlos alejados de la enfermedad y la desesperación para que no se viesen abocados a la indigencia, y prepararles para que pudieran tener esperanza y un futuro digno... y como ese pensamiento utópico chocaba con el de "tiene que haber ricos y pobres, es ley de vida, ¿para qué molestarse?". Como siempre, Perry utiliza el siglo XIX para poner sobre la mesa asuntos que no nos resultan tan lejanos hoy en día. Por ir concluyendo, una buena ambientación social de la época, buena trama de misterio y una investigación que lleva al lector por derroteros que no se espera (yo al menos no he visto venir la resolución... y mucho menos tal y como se plantea en su conjunto). Si a eso se suma que me he reencontrado con mi Pitt, el que a mí me gusta, tanto mejor. Ya era hora, Anne Perry, ya era hora... como me lo vuelvas a quitar en el siguiente libro, vamos a tener un problema. Enlace: https://inquilinasnetherfiel.. + Leer más |
Reseña de El complot de Whitechapel (Inspector Thomas Pitt 21), de Anne Perry Una nueva novela sobre las teorías de Jack el destripador, pero con mucho más contenido. Hace mucho que me había interesado leer algunas de las entregas de esta autora sobre el inspector Pitt, pero por una u otra causa no me había sido posible. En esta ocasión aprovechando que me ha llegado a mis manos esta novela, aunque en un primero momento lo que más hizo que me decidiera por esta entrega en cuestión y no otra de las que tenga, tiene que ver con el título....... Reseña completa --> https://miscriticassobrelibrosleidos.blogspot.com/2019/07/el-complot-de-whitechapel-inspector.html Un saludo Enlace: https://miscriticassobrelibr.. |
Me gustó el contexto en el que se desarrolla, pero la historia principal me pareció aburrida y extensa de manera innecesaria, cuando iba en la pg. 150 sin mayores novedades o avances, salte hasta la pg. 350, y empecé de allí a leer entre párrafos, más para saber el desenlace, y efectivamente me ahorre muvhsd escenas, charlas y descripciones innecesarias, porque es ya hacía la página casi 400 qué se empiezan a conocer detalles relevantes para entender los hechos y el actuar de muchos personajes, y solo ya en las últimas 5 páginas es que se aclara la verdad, con lo cual la mayor parte del libro creo que es relleno sin consistencia, un desarrollo de historia e inclusive personajes bastante flojo a mi parecer.
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"El equilibrio de la balanza" es la séptima entrega (si no me equivoco, van ya 21) de la serie de novelas protagonizadas por el detective William Monk, quien comenzó su andadura literaria con "El rostro de un extraño". A pesar de formar parte de una serie y de "repescar" algún personaje de novelas anteriores, el libro se puede leer de forma independiente sin dificultad alguna. Siguiendo el esquema habitual de todas sus novelas, Anne Perry parte de un suceso en apariencia simple para ir complicando la trama a medida que avanzan las pesquisas de los protagonistas, complejidad que suele proceder de algún hecho histórico en el que la autora enmarca la acción principal, y en el que si bien no se profundiza sí se esbozan sin embargo las suficientes pinceladas como para que el lector lo asimile y además se interese por saber más sobre el tema. En esta ocasión, el contexto histórico que delimita la acción principal trata la problemática surgida a raíz de la unificación de los diferentes Estados alemanes independientes y que culminó con la creación del Imperio alemán, hecho que de paso utiliza la autora para hacer una crítica a la aristocracia de la época. Por tanto, la novela sigue las mismas pautas de siempre y no aporta nada nuevo recayendo la mayor originalidad en el personaje de la condesa, bastante atractivo. El estilo es sencillo y la lectura resulta ligera y entretenida -a veces pausada-, la trama judicial está muy bien llevada y se percibe realista y verosímil, y la intriga va ganando en tensión conforme se acerca el desenlace, cuando se desvela todo en un final sorprendente y satisfactorio; hasta llegar ahí, el libro se centra más en las personalidades de los personajes que en la intriga propiamente dicha. Las numerosas digresiones de los personajes no solo sobre la autoría y el móvil del crimen (analizando los hechos una y otra vez), sino también sobre variadas cuestiones sociológicas, políticas y morales resultan, a mi modo de ver, reiterativas (algo que parece formar parte de la "marca de la casa") y se agradecería un poco más de concisión. Lo mejor del libro, como en todos los de la autora, es la maravillosa recreación de la atmósfera de la época, ciertamente conseguida tanto en la caracterización de los personajes como en los detalles costumbristas típicos de la sociedad victoriana, y no me cabe ninguna duda de que ese es el motivo por el que volvemos, a pesar de ciertos escollos (demasiadas páginas para lo que cuenta…), una y otra vez a Anne Perry, por ese fascinante "sabor a época" que desprenden sus historias. + Leer más |
Que bien me lo paso con estas historias Es la primera vez que leo a la autora y tengo ganas de seguir con ella. En casa de un erudito religioso ha habido una muerte, la joven traductora esta muerte, ella era feminista que luchaba por el boto de la mujer y por el equilibrio de poder entre hombre y mujeres se reía abiertamente de las creencias religiosas y creía en la evolución de Darwin, en una casa de un clérigo ella no encajaba y alguien debió de ser el culpable, pudiera ser el hijo, las hijas, el ayudante del marido, su esposa y por supuesto el mismo. Pitt tendrá que descubrirlo Es verdad que sobran unas cuantas paginas, diría que hay mucho rellene y te repiten varias veces lo mismo, pero tanto la investigación como la resolución son entretenidos y se lee estupendamente. Los personajes son fantásticos. |
Una novela sobre un asesinato en el Londres Victoriano, pero con un detalle singular. El detective protagonista acaba de tener un accidente y sufre una amnesia total. No recuerda ni su propia cara. La investigación es doble, la del asesinato y la de su propia vida… ¡Un puntazo! Todo un thriller cocinado a fuego lento ( quizá ocasionalmente demasiado lento) pero muy disfrutable y original. Mi primera lectura de esta autora, y probablemente no la última. |
Pues es el segundo que leo de esta autora y me ha gustado mucho. Al contrario del anterior, que era el primero de la serie Pitt y que me pareció malo, simple y previsible. Este es cierto que tiene muchas carencias en cuanto a escritura, trama y que es repetitivo en el tema "crítica social", pero me ha parecido muy muy entretenido y con un final muy al estilo de las novelas negras clásicas. Lo que sí echo de menos es que haya más contexto histórico en los escenarios, pero bueno...en general me lo he pasado pipa. |
Primera novela de Anne Perry de su serie navideña (en el original se titula 'A Christmas Journey') y se trata de una obra ligeramente relacionada con la serie de Charlotte y Thomas Pitt, pues está protagonizada por uno de sus personajes más queridos, Lady Vespasia, unas décadas antes de la serie, con lo que podríamos considerarla un spin off. Lady Vespasia, a sus 30 años, asiste a una reunión de fin de semana en la que su amiga Isobel comete la imprudencia de soltar unas palabras muy crueles a Gwendolen Kilmuir, desembocando unas consecuencias indeseadas por todos... A raíz de ese comentario, Isobel deberá expiar su culpa y Vespasia se ofrecerá a acompañarla en un viaje dificultoso que ayudará a Vespasia a conocerse mejor a sí misma y a los demás. La idea de la culpa y la redención es algo muy usual en la obra de Anne Perry. El personaje al que deben visitar Isobel y Vespasia, la madre de Gwendolen, bien podría ser la propia autora, que se retiró a los páramos escoceses, donde vivió años y años... Me ha resultado curioso el paralelismo y sus reflexiones al respecto, estando más o menos de acuerdo, me gustan siempre. Lo que me ha fallado de esta novela corta sea seguramente la certidumbre de que podría haber sido mucho más corta. Realmente pensaba que habría algún misterio por resolver y que Vespasia tendría algún papel más importante en destaparlo, pero todo queda muy tapado, y Vespasia descubre secretos gracias a su capacidad de observación e inteligencia, pero nada espectacular. Así que es una lecturita navideña más, muy breve (la letra a doble espacio hace que engañen sus casi 200 páginas) con una ambientación exquisita, personajes curiosos, pero sin muchas pretensiones. + Leer más |
Una muerte inesperada, una presunta culpable que busca el perdón y un viaje imposible, eso es lo que nos encontramos en esta amable historia con moraleja. Una historia de Navidad escrita por la escritora de novela negra histórica que todos conocemos, en una vertiente que aun siendo más amable, también deja traslucir la crítica a la hipocresía social y al juicio sumario colectivo. Es una novela corta, que se lee rápido, pero que aún así trasluce una moraleja social como toda historia de Navidad que se precie. No es una novela policial al uso, ya que el misterio no está en la muerte, que es suicidio, sino en lo que hay detrás, en las personas que rodeaban a la difunta en su vida. |
Se me están volviendo a complicar las cosas en estas últimas semanas de año, pero al menos me quedo con la satisfacción de que he cumplido mis seis lecturas y reseñas de la serie de Thomas Pitt (la llamo así porque es su nombre oficial, pero realmente es la serie de Charlotte Pitt que está casada con un tal Thomas, inspector de Scotland Yard). La historia empieza con la aparición de un cuerpo desmembrado cuyas partes, separadas en varios paquetes individuales, aparecen en un radio de varias millas en el barrio londinense de Bloomsbury. Esas partes pertenecen a una mujer joven imposible de identificar... y aquí se queda este caso hasta la página 255 (tal cual os lo cuento), porque entonces entra en acción la verdadera reina de la función, Charlotte Pitt. Su creadora ya no sabía cómo inventarse más historias para que Charlotte se presentase a tomar el té y resolviese los asesinatos, así que se pone el mundo por montera y mata a su cuñado (¡pobre George, con lo bien que me caía!). Lo envenena, para ser más precisos, cuando tanto él como su esposa Emily (hermana de Charlotte) están pasando una temporada en casa de unos familiares en Cardington Crescent, así que Charlotte, como buena hermana, se traslada a esta casa para apoyar a su hermana y de paso hacer ella absolutamente toda la investigación del crimen. Toda. Así que ahí estamos, en una casa donde todos parecen tener secretos muy oscuros, donde todos parecen tener algo contra todos, donde todos son sospechosos del asesinato y donde pasan cosas muy raras a altas horas de la madrugada. Si hay una sospechosa clara, esa es Emily, la hermana de Charlotte, y si algo algo resulta evidente es que el de George no será el único asesinato que se cometa... y luego ya si eso al final del libro volveremos a Thomas Pitt y le veremos desentrañar el caso del cuerpo desmembrado. Que no se diga que Anne Perry deja cabos sueltos :) Yo intento que no me salga el resquemor cuando me quejo del trato que recibe Pitt cada libro que avanzo en la serie, pero a la vista está que no lo consigo, así que corramos un tupido velo xD. Envenenado en Cardington Crescent plantea una ambientación distinta a otros libros anteriores de la serie. En este caso nos enfrentamos a un asesinato que se comete dentro de un casa y del que solo puede ser culpable una de las personas que la ocupan en ese momento, ya sea uno de sus moradores habituales o alguno de los familiares que están pasando allí una temporada. Esta casa será el escenario único en buena parte de la narración, y solo la abandonaremos en alguna ocasión excepcional (sobre la que no puedo decir nada) y al final para resolver el caso inicial del libro (el caso de Pitt, vaya). En ella reina un ambiente muy tenso por muy diversos motivos: hay disputas familiares, pullas que vuelan de un lado a otro de la mesa, secretos que se dicen a medias, verdades que se callan por completo, una sensación constante de que hay algo bajo la superficie que no marcha bien... todo ello factible de ser móvil para un asesinato. Pero si hay una persona que se lleva todas las papeletas para desear matar a lord Ashworth es su esposa, Emily, la hermana de Charlotte. George estaba claramente embelesado con Sybilla March, una belleza casada también a su vez, algo que no le impedía recibir sus atenciones abiertamente. Todo estaban al tanto de lo que George y Sybilla se traían entre manos porque ellos tampoco se preocupaban por ocultarlo, así que ¿quién mejor que la esposa despechada, humillada y celosa para ser la culpable? (y que para más inri proviene de una clase social inferior). Pero ahí está Charlotte Pitt para resolver el asesinato y salvar a su hermana de la horca, aunque eso implique meter las narices en casa ajena y excederse en sus atribuciones como invitada. ¡Menuda es Charlotte! Al ser una trama tan centrada en un ambiente familiar y en sus secretos, en esta entrega se deja un poco de lado la denuncia social... o al menos la que os puedo contar, porque si os digo la práctica victoriana que se denuncia en esta historia os estaría desvelando la resolución de uno de los dos casos que se plantean en ella, y no es plan (aunque me quedo con las ganas). Pero seguimos viendo a la clase alta londinense mirando por encima del hombro a todo lo que no huela a élite, matrimonios concertados sin amor, la hipocresía de tener que guardar las formas, sonreír y aguantarte si eres mujer cuando tu marido te pone los cuernos... Y también vemos cómo Pitt se va alejando cada vez más del Pitt que encandilaba en Los crímenes de Cater Street; y ya no hablo de lo que me quejo siempre (que resulta evidente que a la autora le interesa más Charlotte que él), sino del propio personaje en sí. Y me da bastante pena, la verdad. En fin, que el planteamiento de la historia me gusta mucho y el ambiente dentro de la casa está muy conseguido: sabes que una de esas personas aparentemente respetables y decentes es una asesina, y en la búsqueda de la verdad siempre salen todo tipo de secretos a la luz aunque no tengan que ver con el asesinato que se intenta resolver. Aun así, no me ha parecido redonda por varias razones. Una es la estructura misma del libro: comenzar con un caso para olvidarse de él durante el 85% del libro y recuperarlo al final hilándolo con el caso principal con muchas pinzas y filigranas es, cuando menos, muy fortuito y aleatorio. A mí me ha parecido solo una excusa para darle algunas páginas al pobre Pitt, sin más. Por otro lado, el modo en que Charlotte de repente recibe la iluminación divina y resuelve el caso me ha parecido precipitado y con prisas por darle un final a la historia, no se sabe de donde viene esa resolución: le viene y ya. A eso se suma que la explicación es vaga y ambigua a más no poder, y aunque yo me he decantado por una vertiente (que quiero creer que es la correcta), quien quiera pensar en otra seguramente tenga las mismas posibilidades de acertar. De momento sigo con la serie, pero confieso que ya la leo más por la ambientación y los misterios en sí mismos que por mi impulso inicial, que no era otro que Thomas Pitt. Disfruto mucho de este tipo de misterios de época, me ayudan a desconectar entre lecturas con más peso y apenas me duran un suspiro en las manos. A veces no hay que pedirles más a los libros... salvo que no fastidien al personaje principal, pero a eso creo que ya llego tarde. Enlace: http://inquilinasnetherfield.. + Leer más |
Falsa inocencia es uno de los mejores libros de novela negra que haya leído, no solo se concentra en el asesinato y su solución. Nos planeta múltiples interrogantes sobre la moral, la miastad, la leadltad y la vida misma
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Para situarnos temporalmente en la historia, se nos dice de pasada que al mismo tiempo que suceden los hechos del libro, se están cometiendo los asesinatos de Jack el Destripador, así que estamos en algún punto entre agosto y noviembre de 1888. Pero Pitt no tendrá nada que ver con la investigación de los asesinatos de las cinco mujeres de Whitechapel, sino que su trabajo lo lleva hasta Highgate, municipio cercano a Londres, donde una casa ha ardido hastas los cimientos con una mujer en su interior. Las pruebas demuestran que el incendio fue provocado, pues comenzó en al menos cuatro sitios distintos al mismo tiempo. Allí vivían un médico, el doctor Shaw, y su esposa, la fallecida. Pronto resulta evidente que ambos podrían ser los objetivos del asesino: uno por su condición de médico despositario de muchos secretos además de por su carácter revolucionario en cuanto a sus ideas políticas, y la otra por haber dedicado su labor humanitaria a sacar a la luz los nombres de hombres eminentes que han hecho su fortuna gracias a la miseria de personas que viven hacinadas en las viviendas (si se les puede llamar así) que alquilan. La investigación avanza lenta, y cuando se produce un nuevo incendio en la misma vecindad con otra víctima mortal, la urgencia por resolver el caso resulta apremiante: el doctor Shaw parece estar en el centro de todo, pero ¿y si esa es la estrategia del asesino para ocultar sus verdaderos motivos? Esta nueva entrega se ambienta en la zona de Highgate, actualmente perteneciente a Londres (en su corazón se encuentra el famosisísimo cementerio victoriano de Highgate, donde están enterrados entre otros las escritoras George Eliot, Stella Gibbons y Christina Rossetti, las esposas de Charles Dickens y Julian Barnes, y Karl Marx), pero que en la época en que transcurre la historia todavía no formaba parte de la ciudad y era un municipio aparte (para que os hagáis una idea de lo que ha ido creciendo la ciudad). Pitt es llamado para hacerse cargo de la investigación para contrariedad de la policía de Highgate, que no entienden por qué tiene que ayudarles un inspector de Londres si ellos se bastan solos. Este recurso no es accidental, sino que la autora lo usa para sacar a Pitt de la comisaría de Bow Street justo en el momento en que se están produciendo los asesinatos de Jack el Destripador. De haber permanecido en la comisaría le hubiese tocado participar en esa investigación y no era una opción viable, así que mientras en su comisaría están a la caza de Jack, él se va fuera de Londres. Todo muy conveniente :) Por anteriores entregas ya sabemos que, menos Pitt, investiga hasta el perro, así que a la mujer, a la cuñada, a la tía abuela del fallecido marido de la cuñada, al nuevo marido de la cuñada... ahora se une la criada, que también hace sus pinitos y hay que reconocerle que además lo hace muy bien (anda que no disfruta la buena de Gracie con los señores tan molones a los que sirve, siempre viviendo aventura tras aventura y emparentados con la aristocracia). Además en este caso las investigaciones no solo van por separado sino que tienen una finalidad distinta: el grupo de Charlotte cree que el objetivo era Clemency Shaw por sus actividades humanitarias, y Pitt cree que lo era su marido por sus ideas políticas. Y es que en lo que concierne al contexto social y político que resulta marca de la casa en estas novelas, Perry introduce a la Fabian Society y su defensa de un nuevo orden social con la libertad de expresión como escudo y derecho sin paliativos sin tener en cuenta las consecuencias de su uso irresponsable. También habla de la hipocresía de las clases altas y de los cargos eclesiásticos que hacen su fortuna a costa de las almas a las que deberían proteger. Todo esto da para hablar mucho, pero para ser una minirreseña, me está quedando muy largo, así que lo dejo aquí. Solo me queda añadir que creo que Perry expone el desenlace del caso de una manera un tanto precipitada y pillada por los pelos, y no es la primera vez que lo hace. A estas alturas tengo muy claro que, además de no darle a Pitt el valor que se merece, los finales son su talón de Aquiles... nobody is perfect. Enlace: http://inquilinasnetherfield.. + Leer más |
A la hora de sentarme a escribir esta reseña tengo la sensación de que, con algún que otro cambio, bien podría rescatar la que en su día hice del libro anterior de esta saga, y es que esta decimonovena entrega de la famosa serie policiaca de Anne Perry protagonizada por el detective William Monk sigue el mismo esquema que la otra en un patrón casi idéntico tanto en los puntos fuertes como en los que no lo son tanto. Para los fieles de la serie será más fácil conectar con los personajes y con la trama ya que la historia rescata personajes y hechos anteriores y, aunque la autora va poniendo en antecedentes al lector, es obvio que no será lo mismo para el que se acerque por primera vez a esta saga con este libro. Al igual que en la anterior entrega, "Un mar oscuro", el protagonismo de Monk y de su esposa Hester queda en un discreto segundo plano durante gran parte de la historia a favor de Rathbone, gran amigo de la pareja y que ahora ejerce de juez. Como consecuencia, el libro más que policiaco es un un thriller judicial al desarrollarse la mayor parte de la historia tras las puertas del tribunal de justicia que preside Rathbone. Perry es realmente buena en la creación de los personajes y recreando el ambiente del Londres victoriano y en este libro destaca en la acertada recreación de la atmósfera judicial consiguiendo que el lector se sienta parte del juicio. Las peroratas de los abogados, sus protestas, los interrogatorios de los testigos o las reacciones del jurado están narradas de manera convincente atendiendo a los patrones de la época. Sin embargo la trama se presenta poco efectista y carente de intriga. Las cuestiones morales, las personales y privadas de los personajes o los vericuetos legales parecen interesarle más a la autora que la voluntad de crear tensión o sorpresa en el lector. La parte final del libro es más dinámica, Monk y Hester vuelven a recobrar el protagonismo perdido y por tanto hay más investigación y más curiosidad por ver cómo acaba todo, lo cual se agradece porque hasta llegar ahí se tiene la impresión de que el libro es demasiado largo para lo que nos está contando. Los incondicionales de la serie disfrutarán de esta nueva entrega que pese a no aportar nada nuevo resulta entretenida y agradable de leer. Se agradecería, eso sí, que en posteriores ediciones se corrigieran las erratas, porque hay unas cuantas. + Leer más |
Los lectores de las novelas de Monk saben el dilema moral al que se enfrenta Oliver Rathbone en las últimas entregas de la serie, tras el legado no deseado que le deja su suegro. Pues bien, en Justicia ciega, Anne Perry saca el máximo partido de ello cuando le asciende a juez. Oliver es el otro gran protagonista de la saga y, en esta ocasión, su papel es casi más importante que el del propio policía, ya que tres cuartas partes de la novela se centran en la trama judicial en la que Rathbone se ve inmerso. Si os gustan los libros de este género, Justicia ciega os encantará y los asiduos a los trabajos de Anne Perry también disfrutaréis con su lectura porque la trama contiene esos giros espectaculares, tan característicos de la pluma de la autora británica, y en sus páginas os topareis con un Oliver Rathbone más vulnerable y humano que nunca. |
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