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Crítica de Inquilinas_Netherfield


Inquilinas_Netherfield
15 August 2021
Para situarnos temporalmente en la historia, se nos dice de pasada que al mismo tiempo que suceden los hechos del libro, se están cometiendo los asesinatos de Jack el Destripador, así que estamos en algún punto entre agosto y noviembre de 1888. Pero Pitt no tendrá nada que ver con la investigación de los asesinatos de las cinco mujeres de Whitechapel, sino que su trabajo lo lleva hasta Highgate, municipio cercano a Londres, donde una casa ha ardido hastas los cimientos con una mujer en su interior. Las pruebas demuestran que el incendio fue provocado, pues comenzó en al menos cuatro sitios distintos al mismo tiempo. Allí vivían un médico, el doctor Shaw, y su esposa, la fallecida. Pronto resulta evidente que ambos podrían ser los objetivos del asesino: uno por su condición de médico despositario de muchos secretos además de por su carácter revolucionario en cuanto a sus ideas políticas, y la otra por haber dedicado su labor humanitaria a sacar a la luz los nombres de hombres eminentes que han hecho su fortuna gracias a la miseria de personas que viven hacinadas en las viviendas (si se les puede llamar así) que alquilan. La investigación avanza lenta, y cuando se produce un nuevo incendio en la misma vecindad con otra víctima mortal, la urgencia por resolver el caso resulta apremiante: el doctor Shaw parece estar en el centro de todo, pero ¿y si esa es la estrategia del asesino para ocultar sus verdaderos motivos?

Esta nueva entrega se ambienta en la zona de Highgate, actualmente perteneciente a Londres (en su corazón se encuentra el famosisísimo cementerio victoriano de Highgate, donde están enterrados entre otros las escritoras George Eliot, Stella Gibbons y Christina Rossetti, las esposas de Charles Dickens y Julian Barnes, y Karl Marx), pero que en la época en que transcurre la historia todavía no formaba parte de la ciudad y era un municipio aparte (para que os hagáis una idea de lo que ha ido creciendo la ciudad). Pitt es llamado para hacerse cargo de la investigación para contrariedad de la policía de Highgate, que no entienden por qué tiene que ayudarles un inspector de Londres si ellos se bastan solos. Este recurso no es accidental, sino que la autora lo usa para sacar a Pitt de la comisaría de Bow Street justo en el momento en que se están produciendo los asesinatos de Jack el Destripador. de haber permanecido en la comisaría le hubiese tocado participar en esa investigación y no era una opción viable, así que mientras en su comisaría están a la caza de Jack, él se va fuera de Londres. Todo muy conveniente :)

Por anteriores entregas ya sabemos que, menos Pitt, investiga hasta el perro, así que a la mujer, a la cuñada, a la tía abuela del fallecido marido de la cuñada, al nuevo marido de la cuñada... ahora se une la criada, que también hace sus pinitos y hay que reconocerle que además lo hace muy bien (anda que no disfruta la buena de Gracie con los señores tan molones a los que sirve, siempre viviendo aventura tras aventura y emparentados con la aristocracia). Además en este caso las investigaciones no solo van por separado sino que tienen una finalidad distinta: el grupo de Charlotte cree que el objetivo era Clemency Shaw por sus actividades humanitarias, y Pitt cree que lo era su marido por sus ideas políticas. Y es que en lo que concierne al contexto social y político que resulta marca de la casa en estas novelas, Perry introduce a la Fabian Society y su defensa de un nuevo orden social con la libertad de expresión como escudo y derecho sin paliativos sin tener en cuenta las consecuencias de su uso irresponsable. También habla de la hipocresía de las clases altas y de los cargos eclesiásticos que hacen su fortuna a costa de las almas a las que deberían proteger. Todo esto da para hablar mucho, pero para ser una minirreseña, me está quedando muy largo, así que lo dejo aquí.

Solo me queda añadir que creo que Perry expone el desenlace del caso de una manera un tanto precipitada y pillada por los pelos, y no es la primera vez que lo hace. A estas alturas tengo muy claro que, además de no darle a Pitt el valor que se merece, los finales son su talón de Aquiles... nobody is perfect.
Enlace: http://inquilinasnetherfield..
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