Cuando nos juzgamos a nosotros mismos, no hay juez más implacable.
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Cuando nos juzgamos a nosotros mismos, no hay juez más implacable.
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Y si uno no entiende a alguien no puede quererlo, solo puede tenerle miedo.
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Yo no creo en el bien y el mal; creo en la cerveza fría, en los atardeceres teñidos de violeta y en las islas que no existen en los mapas.
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Queriendo salvarlo querías salvarte.
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A veces, las personas somos asi, como un cam- po de minas. No sabes dónde pisas hasta que estalla...
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Gregorio Samsa es un ...