Lancé un suspiro casi eterno y murmuré: —Acabas de demostrar una cosa: los seres animales son mucho mejores que los seres humanos. |
Lancé un suspiro casi eterno y murmuré: —Acabas de demostrar una cosa: los seres animales son mucho mejores que los seres humanos. |
No debemos culpar al destino de las cosas y los seres. Voy a echarte mucho de menos y tendré que sustituirte por la belleza de la vida, porque precisamente la belleza va a intentar colmar una laguna: una cosa sencilla llamada ternura, la ternura de tu corazón de niño. Eso nadie lo encuentra ni en la belleza de las estrellas ni en el brillo de la luz. Toda esa belleza va a mitigar poco a poco y calmar en la nostalgia de mi alma la falta que sentiré de tu ternura.
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—¿Y nuestros sueños? —Estarán separados de ahora en adelante. Tus sueños serán solo tuyos y yo empezaré también a tener los míos solo. |
Dondequiera que esté, lejos o cerca, nunca te olvidaré en mi nostalgia.
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Aunque decidiera volver a tu corazón, ya no tendría magia hacerlo. No es un deseo mío que se haga realidad, sino órdenes que vienen de lejos y que nos lo prohíben.
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—Es el tiempo, o nosotros mismos, porque el tiempo no existe, somos nosotros los que pasamos y, como pasamos, ha llegado la hora de partir. Mi misión está cumplida.
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Las lagrimitas se deslizaron por su cara. Y en mi interior empezó a agitarse aquella debilidad de bobo, aquella incapacidad para ver llorar a alguien sin sentirme afectado. |
Yo representaba tan bien el papel de alma del otro mundo, que todo el mundo empezaba a hablar de ello. Solo, que yo ponía cara de tonto, como si también me diera miedo.
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—No lo creo. Yo carezco de la menor importancia. No valgo lo que se dice nada. Nadie iba a preocuparse por mí. —¡Quién sabe! El corazón humano siempre da sorpresas. |
—En otra encarnación quiero nacer como un botón, uno cualquiera, aunque sea un botón de calzoncillo. Es mejor que ser una persona y sufrir con avaricia…
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Gregorio Samsa es un ...