Historia a fuego lento que se saborea como los buenos vinos. Tras ocho largos años de espera, Domingo Villar nos premia con su mejor libro de la serie Leo Caldas. Con un estilo minucioso, pero nunca aburrido, el autor nos mete de lleno en la investigación de la desaparición de una joven profesora. Leo Caldas y su particular ayudante Estévez (gran amante de los perros) tendrán que lidiar con los testigos, las pistas falsas y los distintos sospechosos hasta una impresionante resolución del caso. Los personajes se te hacen tan cercanos (adoro al padre del inspector) que son para mi lo mejor de esta novela. La descripción del paisaje de Vigo, la ría, sus gentes. Una maravilla. Un misterio bien urdido que da un giro brutal e impactante. Eso sí, pistas nos da varias (no estamos a oscuras como Caldas) y si estás atento a la trama, seguro que tu sospechoso será el acertado. A pesar de lo extenso del libro jamás se me ha hecho largo. Me ha dado pena terminarlo y eso solo me pasa cuando lo disfruto de verdad. Directo a mis favoritos y ojalá volvamos a saber de Leo Caldas. Pronto, por favor. + Leer más |