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He vuelto a leer sus menos de ciento sesenta páginas esta semana, ya que estoy en una época de viejas lecturas, y he sentido los mismos escalofríos de entonces… o tal vez más, aún si cabe. Leí esta novela con unos 20 años y en ese momento me afectó tanto, que no volví a leer nada de su autor durante más de diez años, para no volver a llevarme alguna que otra ingrata sorpresa. En un principio, y antes de leerlo, lo que me atrajo la primera vez de lanzarme a leer este libro, fue sin duda que se comentaba más el problema interracial que asomaba en los Estados Unidos en los años 40 que cualquier otra cosa. Pero grosso error. Aunque si bien es cierto, que el libro es una crítica feroz al racismo que imperaba en ese momento, cuando cierras el libro, solo recuerdas una violencia excesiva y brutal contra las mujeres y escrito sin escrúpulos. Leer esta lectura sin saber muy bien lo que tienes delante de tus ojos es parecido a recibir una tortura a la consciencia; y no porque no esté bien escrita, que lo está, sino por el argumento de la misma. El autor va siempre directo. No hace servir ningún tejemaneje lingüístico o decoraciónes estilistas. Una novela corta tan impactante como cruel, donde solo impera la venganza racial y la brutal crueldad humana. Lo que tiene guasa de todo esto, es que Boris Vian falleció de un infarto cuando asistía al estreno de la película basada en su novela. Eso sí, no sabemos si sorprendido por lo que había escrito o por causa natural. Es un libro que guste o no, es meramente imposible quitártelo de la cabeza. + Leer más |
Albert Cossery nació en El Cairo en 1913 y murió en París en 2008. Tras numerosos periplos por los Estados Unidos y Europa termina instalándose en 1945 en un céntrico hotel de París, donde vivió hasta su muerte. A orillas del Sena cultivó su célebre y sana pereza además de su amistad con Lawrence Durrell, Albert Camus, Jean Genet, Juliette Greco, Alberto Giacometti o Boris Vian, por citar a algunos.
Su obra —muy leída en Francia— fue traducida al inglés gracias a la admiración que sintió por ella Henry Miller; con el paso de los años mantiene toda su frescura y no deja de ganar lectores entusiastas por todo el mundo.
En 1990, tras la reedición de Mendigos y orgullosos —del que existe una adaptación al cine y otra al cómic—, recibe el «Grang Prix de Francophonie» por el conjunto de su obra (toda ella un mismo libro según sus propias palabras): ocho novelas, una recopilación de cuentos y una adaptación teatral de Los haraganes del valle fértil, que —si las autoridades no lo impiden y el tiempo lo permite— irán apareciendo en Pepitas de calabaza.
Vídeo realizado por Carlos Plusvalías.
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Más info de sus libros en español:
www.pepitas.net/libro/mendigos-y-orgullosos
www.pepitas.net/libro/una-ambicion-en-el-desierto
www.pepitas.net/libro/conversacion-con-albert-cossery
Más info de Cossery:
www.pepitas.net/autor/albert-cossery