Hoy os traigo una de mis decepciones del año. Tenía esta novela en el punto de mira y deseaba leerla desde hace muchísimo tiempo porque me habían dado buenas referencias sobre ella, además de estar calificada como novela transgresora y de culto. Su argumento: una historia dura y desagradable de violencia racial y sexual en Estados Unidos en los años 40. Y es cierto que eso fue lo que me encontré, pero nada más. Una novela que me dejó totalmente fría a pesar de su dureza, porque no me aportó nada. Debemos quizá trasladarnos a los años en que fue escrita, a la moralidad y tabués existentes, para quizá poder sacarle un poco más de jugo. Sí, la novela es transgesora, atrevida, provocadora. Con escenas de violencia y sexo demasiado explicitas, toca un tema delicado como puede ser el de la lucha racial. Pero… en serio, ¿un grupo de veinteañeros drogados y borrachos todo el libro actuando de forma totalmente ilógica e irracional? Me dije yo, por lo menos retratará fielmente el contexto cultural de los 40, la música, el cine, la sociedad, una especie de En el camino de Kerouac, pues no, ni eso. Unos cuantos refrescos en un drugstore y cuatro canciones mal puestas y poco más. No me vale, no me dice nada, no me aporta. No la recomiendo, sólo cómo curiosidad, y sólo si quéreis leer una de las escenas de violencia salvaje más originales que he leído. Eso sí. Tampoco vamos a quitarle todos los méritos. Otro mérito más venga, es cortita, prácticamente todo diálogo y muy ligera, se lee en nada. al final me alegré de haberla leído y de haberme sacado la espinita de la curiosidad. Como anécdota un poco macabra, decir que el autor de la novela murió de un infarto mientras veía la adaptación cinematográfica de su obra. En fin… quizá fue el golpe de realidad de ver ante sus ojos lo que había escrito o quizá ni él mismo estaba preparado para tanta violencia barata. + Leer más |
Albert Cossery nació en El Cairo en 1913 y murió en París en 2008. Tras numerosos periplos por los Estados Unidos y Europa termina instalándose en 1945 en un céntrico hotel de París, donde vivió hasta su muerte. A orillas del Sena cultivó su célebre y sana pereza además de su amistad con Lawrence Durrell, Albert Camus, Jean Genet, Juliette Greco, Alberto Giacometti o Boris Vian, por citar a algunos.
Su obra —muy leída en Francia— fue traducida al inglés gracias a la admiración que sintió por ella Henry Miller; con el paso de los años mantiene toda su frescura y no deja de ganar lectores entusiastas por todo el mundo.
En 1990, tras la reedición de Mendigos y orgullosos —del que existe una adaptación al cine y otra al cómic—, recibe el «Grang Prix de Francophonie» por el conjunto de su obra (toda ella un mismo libro según sus propias palabras): ocho novelas, una recopilación de cuentos y una adaptación teatral de Los haraganes del valle fértil, que —si las autoridades no lo impiden y el tiempo lo permite— irán apareciendo en Pepitas de calabaza.
Vídeo realizado por Carlos Plusvalías.
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Más info de sus libros en español:
www.pepitas.net/libro/mendigos-y-orgullosos
www.pepitas.net/libro/una-ambicion-en-el-desierto
www.pepitas.net/libro/conversacion-con-albert-cossery
Más info de Cossery:
www.pepitas.net/autor/albert-cossery