El asesinato de Julio Roster

Un thriller corto que se puede leer en unas horas, sencillo y rápido me recordó la novela de “Paula Hawking” que leí el mes pasado. Pero en esta ocasión ha mejorado un poco más.
Es una novela cortita al estilo de “Agatha Christie” y que se lee en un suspiro. Es entretenida y consigue mantener la intriga y la atención del lector hasta el final. Quizás debido a la corta extensión de la misma, los personajes no están demasiado desarrollados pero reconozco que se agradece el que la autora vaya al grano y no se ande por las ramas; es directa y al final va a lo importante, a lo que realmente interesa

En este libro tenemos a Héctor Paz, un contador jubilado que sale de su rutina diaria para asistir al cumpleaños de su cuñado Julio Roster, que vive en una finca en las sierras cordobesas. La noche de su llegada tienen una cena en honor al homenajeado a la que asiste toda la familia de Julio: su esposa, sus suegros, sus hijos y yernos, y por supuesto el mismísimo Héctor.

La cena transcurre sin ningún incidente, y al finalizar la velada todos los invitados se retiran a dormir. Héctor pasará la noche allí ya que el viaje es muy largo para hacerlo de regreso a esas horas, pero a las pocas horas de haberse ido a dormir se despierta con la sorpresa de que Julio está teniendo un ataque y fallece en el acto.

Toda la familia está muy consternada, nadie entiende qué ha sucedido pero atribuyen el incidente a unos dolores que el difunto estuvo padeciendo antes del ataque. Cuando llega el doctor junto a un oficial para hacerse cargo de la situación, descubren que Julio en realidad fue envenenado y es cuando el misterio se abre camino en esta historia. Todas las personas que estuvieron en la cena, incluídos los empleados de la casa, son sospechosos del asesinato y de a poco iremos descubriendo las historias de cada uno de estos personajes y que motivos podrían tener para querer muerto a este señor.

≪Me di cuenta de que todo este tiempo, en alguna oportunidad, yo había hablado con el asesino, había compartido comidas, techo, tal vez hasta una risa, y se me heló la sangre≫.

Sin dudas este libro me recuerda muchísimo a uno de Agatha Christie. Ya he leído más de 20 de sus novelas y no puedo evitar compararlas. Una de las similitudes con Agatha es que al inicio del libro tenemos una guía del lector en la que encontramos a todos los personajes. Más de una vez he leído una historia en la que confundo a los personajes por eso siempre se agradece tener una guía para saber quién es quién (aunque en ningún momento tuve problema con la identidad de los personajes y no necesité usarla). Otra de las similitudes es la presencia de un mapa que nos pone en contexto sobre la disposición de la casa donde ocurre el crimen.

Es el primer libro que leo de Clarisa, pero según tengo entendido este libro es el segundo que ha publicado. En el primero aparecen Héctor y el oficial que lleva a cabo esta investigación: Abelardo Montgomery. En esa ocasión trabajan juntos para resolver el misterio, y en esta historia vuelven a encontrarse. Héctor perfectamente podría considerarse un Hércules Poirot moderno ya que desempeñará el papel del detective ayudando al oficial Montgomery siendo sus ojos y oídos dentro de la casa, indagando a los sospechosos, descubriendo secretos ocultos y haciéndonos sospechar de todos los personajes... 😆

≪Yo no pienso creer ciegamente en sus palabras. Desconfiar, siempre desconfiar hasta poder verificar la información≫.

Realmente me gustó mucho la historia. Si bien es bastante cortita creo que está muy bien escrita. Nada sobra y nada falta. Quizás se podría haber profundizado más en ciertos personajes, pero también siento que cumplen bastante bien la función como sospechosos.

¿Qué busco en una novela de misterio? Una trama interesante. Sospechar de todo el mundo. No confundir los personajes. Ir creando y descartando hipótesis a medida que avanza la historia. Que haya giros argumentales. Un final impredecible. Y este libro sin dudas tiene todo eso y más. Definitivamente volveré a leer a Clarisa.

Nos encontramos ante una novela muy al estilo de Agatha Christie donde se produce un asesinato dentro de un entorno cerrado y en el que parece que todos tienen motivos para cometerlo.

Narrado en primera persona por Héctor, quién ayuda a la policía a resolver el crimen, nos adentramos en una historia que te atrapa sin grandes giros aunque con eso no quiero decir que no aparezca alguno que otro.

Una novela corta que viene muy bien para entretenerse mientras desconectas un poco.

La trama de la novela me ha encantado, toda la investigación, lo que cuenta, sus personajes. Me ha recordado mucho a los libros de Agatha Christie.


¡¡Tenéis la reseña completa en mi blog!! No os la perdáis, os dejo el enlace aquí abajo.

https://elbauldesastredeanais.blogspot.com/2021/12/resena-el-asesinato-de-julio-roster.html

Gracias Clarisa Vau!!! Fuiste muy amble al contactar conmigo para que leyera tu historia, debo decirte que me encanto, estoy ansiosa por leer mas de tu trabajo.

Ahora vamos con el libro: Héctor Paz toma la invitación de su preciado amigo Julio Roster, con quien también guarda parentesco familiar desde que desposo a su hermana (en paz descanse) para celebrar su cumpleaños. al llegar a la residencia Roster y tras ponerse al día con la familia todos se reúnen a disfrutar el esplendido banquete, momento sucedido por una grata conversa (muy conveniente para que descubramos detalles importantes acerca de la vida de los hijos de la familia). Luego, abarrotados por la deliciosa comida y complacidos por la grata compañía el grupo decide partir a los dormitorios respectivos, Héctor Paz tendría destinado uno pues vivía demasiado lejos para partir a esas horas de la noche, sin embargo su sueño se vería interrumpido por pasos apresurados, llantos ahogados y algo peor que todo lo anterior, un grito tan desgarrador como familiar. Julio Roster ha muerto y lo que al principio parece ser un desafortunado deceso provocado por la mala digestión más adelante revelara no solo conflictos familiares jamás dichos, sino que también pondrá en esta desdichada familia el ojo de la duda y la desconfianza. Solo uno de los presentes en esa cena pudo cometer el crimen… ¿Pero quién?

Acabo de notar algo muy curioso, mi resumen flash de la premisa me hizo recordar un titulo de la ilustre Agatha Christie, se trata de “Tragedia en tres actos” ¿Coincidencia? Lo dudo, pues durante toda la obra notamos la influencia marcada de esa famosa escritora en la pluma de Clarisa, la formula es similar pero traída a lo moderno, me atrevo a decir que hasta simplificada, y presten atención a lo siguiente, no lo resalto a manera de queja, más bien me gusto bastante la mezcla de estilos. Durante toda la obra iremos desvelando uno por uno los secretos del famoso Julio Roster: Cuáles fueron sus pecados en vida y como estos repercuten aun después de su muerte. Como su amigo Héctor a su pesar descubre que no conocía tan bien como creía al difunto. Como de la mano del carismático inspector Montgomery se logra develar el gran misterio. Si tuve algunos momentos de insatisfacción en cuanto al hilo conductor, pero no le atribuyo el fallo a la historia, creo más bien que se trata de mis ganas de complicar las cosa más de lo que ya están ( me sucedió exactamente lo mismo con el anterior libro que reseñe “diez negritos”).

Por lo que mencionaba antes, el final me resulto muy evidente, tenía unas ganas tremendas de formar yo misma parte de la investigación junto a Paz y Montgomery para gritarles en cara ¡MIREN LO QUE TIENEN AL FRENTE HOMBRES!, si, lo admito, me puse muy ansiosa, pero ahora que lo veo desde otra perspectiva creo que esa es la finalidad del misterio en la literatura, hacerte sentir de esa manera, el libro me dio todo lo que necesitaba tratándose de tensión, crimen e investigación detectivesca, por lo que me siento muy agradecida con la autora por darme la grandiosa oportunidad de desvelar su misterio. Una novela perfecta para iniciarse en el amplio mundo de los asesinatos misterioso y detectives portadores de gorra con doble solapa, o un bigote descomunal, como lo prefieras lo conseguirás. 100% recomendado.

Una novela que quiere imitar a los clásicos de detectives y que es entretenida. Pero le falta, en mi opinión profundidad y hacer que el lector se ubique en la escena.
Trama sencilla con una resolución correcta pero a la que le falta "chicha".

El señor Paz, amigo y colaborador del inspector Montgomery, narra en forma de crónica la compleja trama que se desarrolla en torno al asesinato en una estancia argentina de Julio Roster, un acaudalado terrateniente. Aunque aparentemente fue víctima de un ataque cardíaco, pronto se descubre que había sido envenenado. Los miembros de su círculo más íntimo se convierten entonces en sospechosos, y el inspector deberá enfrentarse a las mentiras, los celos y la ambición en una familia resquebrajada

Soy fanatica de Sherlock Holmes asique las novelas de ese mismo estilo me encantan. Incluyendo a otro grande como es Poirot de Agatha Cristie. Esta es una novela policíaca de ese mismo estilo, con un asesinato donde todo el mundo es sospechoso. Héctor nos cuenta la historia (propio del Watson de Holmes), este es un hombre jubilado con unas costumbres muy arraigadas que realiza todos los dias a las mismas horas (un poco Poirot también). le invita. al cumpleaños de Julio Roster (amigo y familia politica). Cuando por fin estan todos reunidos viene lo tipico de esos casos: conversación, comida abundante y celebración. Aunque la celebración dura poco ya que esa misma noche Julio muere, teóricamente de un ataque. Varios de los invitados han sufrido malestar de estómago y todos tienen algo en común, todos comieron del plato que contenia champiñones. Entonces aparece el inspector Montgomery ante la duda de la causa de la muerte y los engranajes empiezan a girar. Nos rodearemos de interrogatorios y de motivos para quererlo ver muerto. La historia me ha recordado a las historias cortas de Sherlock Holmes, que aunque de corta estensión en ella va directa al grano y no da rodeos innecesarios. Consigue mantener la tensión hasta el final consiguiendo enganchas al lector. Fue una lectura muy entretenida y es de lectura fácil y ágil.

Me sumo a la avalancha de reseñas que está teniendo la novela y mucho me temo que aunque con matices, mi opinión será similar a la mayoría, que por una vez, hasta puede que sienta algo de paz.

Novela policíaca al más puro estilo de Agatha Cristie, es decir, un asesinato en un entorno social, donde todos los presentes son sospechosos.

Héctor Paz narrador, jubilado de costumbres fijas es invitado a la fiesta de cumpleaños de Julio Roster, futuro cadáver muy a su pesar.
No me miréis así, que el título es toda una declaración de intenciones.

Una vez reunidos los invitados al aniversario del acaudalado Roster, lo típico: Canapés, cava valenciano (o igual era champagne), una exquisita y ligera crema de champiñones y el feliz, feliz en tu día y que cumplas muchos más. Si te dejan.

A julio Roster no le volverán a cantar tan socorrido hit musical, pues aparecerá muerto, presumiblemente por un ataque al corazón.

Pero varios comensales parecen sufrir dolores estomacales y los afectados tienen una cosa en común. Han comido champiñones.

Entra en escena el inspector Montgomery y la trama va girando alrededor de interrogatorios a todos los asistentes, donde a ninguno le faltan motivos para dar descanso eterno al anfitrión.
¡Qué grandes amistades hiciste Roster!

La novela a mi juicio no peca de corta extensión, es más, agradezco a la autora que vaya directa al argumento y elimine detalles superfluos.
Un thriller de estas características no precisa de excesiva ambientación ni salidas de contexto.

Pero es cierto que el desarrollo de los personajes es muy superficial, en especial su mejor baza, Héctor que me parece muy interesante y al que se le puede sacar más punta.

Clarisa Vau escribe bien. Su prosa es limpia, cuidada y ágil, hay muy buena letra en sus dedos y eso se percibe en la elegancia de todo el texto..

Sin embargo es muy previsible. Los lectores somos así. Si sucede lo más lógico nos decepciona porque era lo esperado. Si por el contrario el giro es demasiado grande, diremos que no hay quien se lo crea.
Ahí está la dificultad del género. En encontrar el punto de equilibrio exacto.
A falta de ello, defiendo la idea de que es mejor ser previsible, más en este tipo de relatos donde lo fantástico no tiene lugar.

Una novela muy entretenida, fácil de leer ideal para los que gustan intercalar con otras más densas.

Agradezco a la autora la invitación y le sugiero que no deje de escribir pues lo hace francamente bien.

Acabo de leer la novela de una autora novel, creo; al menos, yo no la conocía, pero me ha sorprendido gratamente, porque me ha recordado a determinadas series que aún veo en televisión. Si alguien lee esto y ve Crimen en el paraíso, sabe lo que digo, y si le gusta, le va a gustar El asesinato de Julio Roster. Es una novela de misterio al más puro estilo de Agatha Christie, en la que la autora se propone interactuar con el lector desde el primer momento. Por eso, comienza su andadura narrativa señalando el elenco que va a aparecer, veintidós personajes van intercambiando opiniones y acciones para embrollar al lector y llevarlo de una pista a otra hasta que Clarisa Vau decide que es el momento del desenlace.

Por cierto, en el libro encontramos, además de la nómina de personajes y la relación que tenían con el asesinado, un plano de la casa en la que vivía. Y al final adjunta «La libreta del inspector Montgomery» para que los lectores vayamos apuntando las pistas que van apareciendo (la mayoría, falsas; ¡hasta 18 he encontrado!) y que, por supuesto, no hacen sino que sospechemos de casi todos los implicados. Una vez descartadas las que creemos conveniente, llegamos al apartado «Sospechosos y coartadas» y finalmente «Hipótesis y deducciones: Quién, Cómo, Dónde, Cuándo, Qué».

Estamos pues ante una guía que sigue a la perfección la técnica Whodunit, empleada por la pionera de la novela policíaca y consistente en dar la información suficiente para que el lector resuelva el crimen pues, el ayudante del investigador no va a saber más que él y tampoco sabrá más que el propio policía encargado de resolver el asesinato, «Le hablé sobre mi idea de que Flora y Manuel pudieran haberse confabulado para matar a Julio. Abel la consideró, pero no pareció tomarla muy en serio».

De esta forma el lector se identifica rápidamente con quienes llevan el caso y entra, sin darse cuenta apenas, en el juego de la trama que, por cierto, es un rompecabezas donde el misterio siempre está presente. En la narración no hay grandes descripciones ni digresiones que alejen la atención del lector. El estilo es sencillo, el vocabulario, usual, permite acercar a todo tipo de lectores y la estructura, ordenada, casi visual, posibilita observar la novela como si de una película se tratase.

En el capítulo I conocemos a un banquero jubilado y viudo, Héctor Paz, cuyo cuñado, Julio, hermano de su difunta esposa, lo invita para pasar un par de días y asistir a la celebración de su cumpleaños, motivo por el que toda la familia estará presente. La velada transcurre bien, pero de madrugada los gritos de la mujer del homenajeado alertan a todos de su muerte. Rápidamente, Héctor llama a la policía y al médico e inmediatamente se persona Abelardo Montgomery, inspector a quien Héctor ayudó a resolver otro asesinato.

Lo que en un principio parece un ataque al corazón pronto se descubre que es un envenenamiento, así que la pareja de detectives, el profesional y el amateur, se encarga de ir recopilando indicios hasta que, por supuesto, el inspector, puede detener al culpable.

Gracias a Héctor, los lectores conocemos a una serie de personajes cercanos que nos van desvelando el odio que sentían hacia el cabeza de familia «—Yo no dije eso, ni lo maté. Solamente dije que lo odiaba». Héctor se basa en la observación psicológica y llega a conocer a los hijos del muerto, a quienes trabajan para él y al propio asesinado. Nada es lo que parece; Julio encubría una persona detestable que ni el propio Héctor intuía. Así pues vamos encontrando y descartando pistas de la mano del investigador aficionado: la comida, medicamentos, plaguicidas, cartas, dinero nos llevan a la ira de unos, celos de otros y rencor de casi todos. Pero solo la percepción del policía Abel puede llevar a la solución correcta, «Habrá leído sobre las huellas dactilares, pero no debe saber que no es la única forma de detectar al criminal»

El narrador de la historia es el propio Héctor, que, en un momento de la trama se aleja para confesarse como autor de la novela «Una vez en mi habitación, fría y ligeramente mohosa, me senté frente al escritorio y comencé a escribir, en el bloc que siempre llevaba conmigo, la primera crónica de esta historia».

Con este recurso, Clarisa Vau moldea una historia verosímil y al mismo tiempo, llena de intrigas. La capacidad de análisis de la autora es la que proporciona el suspense a la novela y logra un argumento convincente.

No cabe duda de que Vau conoce los elementos que no deben faltar en una novela de misterio. Los conoce y los expone con soltura, de forma que al leerla intuimos que en un momento determinado el crimen es factible. La muerte de Julio se da en extrañas circunstancias, cuando se encuentran en su casa los familiares, algo que despierta la curiosidad del lector, quien intenta conectar con la historia de cada uno de ellos para descubrir al asesino a través de posibles razones. Nada es lo que parece pero la solución final es satisfactoria para todos, aunque llegamos a empatizar tanto con los personajes que lamentamos, incluso, el giro fatal que llevó al inspector a descubrir el porqué del asesinato.

La novela de Clarisa Vau es perfecta para iniciarnos en la novela de misterio; muy entretenida, consigue que no dejemos de leer y, lo más importante, que vayamos razonando y anotando a los posibles sospechosos como si de una pasatiempo se tratase.

Felicidades a la autora, a quien le deseo futuros éxitos como novelista.

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Héctor Paz es invitado a una reunión familiar en la casa de su cuñado, Julio Roster, un acaudalado terrateniente. El anfitrión aparece muerto y pronto se descubre que ha sido envenenado. Todos los asistentes y su círculo más cercano son sospechosos.

El jubilado Héctor Paz junto al inspector Montgomery se hacen cargo de la investigación.

En cierto sentido recuerda a las novelas de Agatha Christie: un misterio a resolver, un grupo de sospechosos cerrado, una serie de pistas que van apareciendo, alguien con un poco de ingenio para poder interpretarlas y un golpe de efecto cuando descubres al asesino.

Casi que lo que más me ha gustado ha sido el tándem que forman este par de investigadores, pero aunque sea una novela corta que no llega a 100 páginas, le ha faltado algo más de profundidad en personajes clave como Héctor Paz, la ambientación es mínima, la trama es sencilla y en parte previsible: en toda buena familia hay secretos. En la maraña de pistas iniciales, el asesino queda semidescartado hasta que descubres sus motivaciones, casi al final.

Un libro entretenido, corto, para pasar un rato.

Valoración: 6,5/10
Lectura: agosto 2022