El asesinato de Julio Roster

Me sumo a la avalancha de reseñas que está teniendo la novela y mucho me temo que aunque con matices, mi opinión será similar a la mayoría, que por una vez, hasta puede que sienta algo de paz.

Novela policíaca al más puro estilo de Agatha Cristie, es decir, un asesinato en un entorno social, donde todos los presentes son sospechosos.

Héctor Paz narrador, jubilado de costumbres fijas es invitado a la fiesta de cumpleaños de Julio Roster, futuro cadáver muy a su pesar.
No me miréis así, que el título es toda una declaración de intenciones.

Una vez reunidos los invitados al aniversario del acaudalado Roster, lo típico: Canapés, cava valenciano (o igual era champagne), una exquisita y ligera crema de champiñones y el feliz, feliz en tu día y que cumplas muchos más. Si te dejan.

A julio Roster no le volverán a cantar tan socorrido hit musical, pues aparecerá muerto, presumiblemente por un ataque al corazón.

Pero varios comensales parecen sufrir dolores estomacales y los afectados tienen una cosa en común. Han comido champiñones.

Entra en escena el inspector Montgomery y la trama va girando alrededor de interrogatorios a todos los asistentes, donde a ninguno le faltan motivos para dar descanso eterno al anfitrión.
¡Qué grandes amistades hiciste Roster!

La novela a mi juicio no peca de corta extensión, es más, agradezco a la autora que vaya directa al argumento y elimine detalles superfluos.
Un thriller de estas características no precisa de excesiva ambientación ni salidas de contexto.

Pero es cierto que el desarrollo de los personajes es muy superficial, en especial su mejor baza, Héctor que me parece muy interesante y al que se le puede sacar más punta.

Clarisa Vau escribe bien. Su prosa es limpia, cuidada y ágil, hay muy buena letra en sus dedos y eso se percibe en la elegancia de todo el texto..

Sin embargo es muy previsible. Los lectores somos así. Si sucede lo más lógico nos decepciona porque era lo esperado. Si por el contrario el giro es demasiado grande, diremos que no hay quien se lo crea.
Ahí está la dificultad del género. En encontrar el punto de equilibrio exacto.
A falta de ello, defiendo la idea de que es mejor ser previsible, más en este tipo de relatos donde lo fantástico no tiene lugar.

Una novela muy entretenida, fácil de leer ideal para los que gustan intercalar con otras más densas.

Agradezco a la autora la invitación y le sugiero que no deje de escribir pues lo hace francamente bien.