El Señor de los Anillos I: La comunidad del anillo

No es bueno hablar de ciertas cosas cuando las sombras reinan en el mundo.

Soy Aragorn hijo de Arathorn, y si por la vida o por la muerte puedo salvaros, así lo haré

En la tierra de Mordor, en los fuegos del Monte del Destino, el Señor Oscuro Sauron forjó en secreto un anillo Maestro que controlara a todos los demás.
...
Y ciertas cosas que no deberían haber sido olvidadas se perdieron. La historia se convirtió en leyenda, la leyenda se convirtió en mito.

Sólo atravesando la noche se llega a la mañana.

Muchos de los que viven merecen morir y algunos de los que mueren merecen la vida ¿Puedes devolver la vida? Entonces no te apresures a dispensar la muerte, pues ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos.

No es oro todo lo que reluce,
ni toda la gente errante anda perdida;
a las raíces profundas no llega la escarcha;
el viejo vigoroso no se marchita.
De las cenizas subirá un fuego,
y una luz asomará en las sombras;
el descoronado será de nuevo rey,
forjarán otra vez la espada rota.

El camino sigue y sigue
desde la puerta.
El camino ha ido muy lejos,
y si es posible he de seguirlo
recorriendolo con pie fatigado
hasta llegar a un camino más ancho
donde se encuentran senderos y cursos.
¿Y de ahí adónde iré? No podría decirlo.

-Los atajos cortos traen retrasos largos- arguyó Pippin.

Siento que mientras la Comarca continúe a salvo, en paz y tranquila, mis peregrinajes serán más soportable; sabré que en alguna parte hay suelo firme, aunque yo nunca vuelva a pisarlo.

"Muchos de los que viven merecen morir y algunos de los que mueren merecen la vida. ¿Puedes devolver la vida? Entonces no te apresures a dispensar la muerte, pues ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos."