Te he querido, Aleksy, te he querido como he podido.
|
Te he querido, Aleksy, te he querido como he podido.
|
Sentía que había llegado al límite de mis fuerzas, necesitaba claridad. El problema era que no quería verla muerta —de hecho, creo que era la primera vez en todos aquellos años en que no quería algo así—, pero no soportaba ya tanto sufrimiento. Y eso lo decía precisamente yo: un niño que había crecido toda su vida sin amor.
|
(…) pero yo opinaba que el olvido no es algo necesariamente malo. Cuántas veces habré rezado para poder olvidarlo todo —si no toda la vida, sí al menos los últimos diez años—, pero los recuerdos no se han ido.
|
(…) quería estar en ese mismo instante con mi madre, teletransportarme, desaparecer —cualquier cosa—, pero estar junto a ella. Rebobinar ese verano como una cinta y volver al día en que vino —gorda y bajita— a recogerme en la escuela por su cumpleaños. Desodiarla y decirle que tenía unos ojos preciosos antes de que ella me lo preguntara.
|
La tumbé en el suelo gritándole que no muriera. Que no se le ocurriera morir. Que no muriera antes de tiempo como una traidora, porque el verano no había acabado y fuera estaba lloviendo, pero no era otoño. Que no muriera por otros motivos y diera con todo al traste. Que cumpliera su palabra siquiera por una vez en la vida y que muriera como habíamos establecido, no ahogada en la bañera, como una chica descerebrada. Que no muriera ahora. Que no muriera así. Que no muriera, si fuera posible. No ahora.
|
Sus ojos verdes, abiertos de par en par, brillaban en el agua como dos trozos de esmeralda. A ellos me dirigí en primer lugar con la intención de salvarlos, como si fueran la llave hacia un mundo encantado que yo quería hacer revivir.
|
A mi paso, en lugar de huellas, quedaban tan solo unas pequeñas hendiduras llenas de nada, y la gente ni siquiera se fijaba en esas huellas porque no puedes fijarte en lo que no se ve.
|
«Solo piensas en la muerte cuando te mueres, Aleksy, solo cuando te mueres, y eso es una tontería, una inmensa tontería. Porque, en lugar de todos sus sueños, la muerte es lo más probable que va a sucederle a un individuo. De hecho, lo único que le va a suceder con toda certeza. Por eso, Aleksy, no hagas nunca las cosas a lo tonto pensando que tendrás tiempo de enderezarlas, porque no lo tendrás. El tiempo de después lo utilizarás para hacer más tonterías y para morir más deprisa»
|
(…) una decisión estúpida es producto de otra decisión estúpida. Una chaqueta fea y barata atrae más ropa fea y barata. Un sopapo perdonado acarreará un puñetazo y una mentira admitida se transformará en un cementerio de verdades.
|
Así se encontró de repente en medio de una vida ajena que vivía como propia a falta de otra (...)
|
El platillo llamado Duelos y Quebrantos (torta de huevos, jamón y chorizo) aparece en: