rock: mi roca

Imperdible.
Una historia preciosa, llena de sentimientos, ternura, melancolía, recuerdos y muy familiar.
Esta contada en primera persona por Cooper y cada capítulo empieza con una piedra, con su significado y su recuerdo.
Empieza en su época juvenil, acabando primaria y con una situación difícil, un divorcio y una nueva vida familiar diferente de la que no quieren formar parte.
Todo el libro te mantiene en vilo, la incertidumbre de cómo van a terminar llega hasta el final, incluso te hace dudar a cada momento, es complicado, pero tan de verdad que cuesta imaginar otra cosa.
Cooper ha sido mi favorito como personaje, es muy inteligente, un niño que sabe lo que quiere, primero es rebelde, se encuentra dividido, pero es muy valiente. Me gusto mucho cuando habla con sus padres para decirle que era gay, con esa naturalidad tan suya. Jace da la impresión de ser un chico duro, pero sus dudas le pueden, se distancia y es muy doloroso. Hay una gran complicidad y atracción entre ellos desde el primer momento.
La familia es muy importante y pasan por momentos muy difíciles, la evolución de ellos como tal es muy bonita y tierna, como van entendiendo todo y apoyándose los unos a los otros.
Los secundarios son entrañables, esos amigos Epi y Blas, Anie que me parece la mejor hermana, que madura a marchas forzadas y da los mejores consejos, esos padres que aunque separados, intentan llevarse lo mejor posible por ellos.
Una historia que me ha encantado lo que cuenta y como lo cuenta, con unos personajes que voy a echar de menos y que me ha emocionado en muchos momentos.
La recomiendo mucho.

Cooper tiene unos doce años cuando sus padres se divorcian. de repente todo cambia en su vida y en la de su hermana. Se ven obligados a pasar una semana con su madre y otra con su padre y con Lila, su nueva mujer. Y también con Jace, hijo de Lila y no mucho mayor que el propio Cooper. 

Cooper y su hermana están a la defensiva cuando llegan al nuevo hogar de su padre, pero poco a poco se van integrando. Con Jace y Cooper ocurre lo mismo. Su enemistad inicial da lugar a una amistad que se convertirá, paso a paso en algo más. Pero el hecho de que los padres de ambos sean pareja complica las cosas para ambos. 

Anyta nos tiene acostumbrados a comedias románticas muy divertidas. Pero en esta ocasión nos encontramos con una historia diferente, pero igual de adictiva. 

Me ha encantado el libro, es una lectura muy intensa que se te mete dentro. Tiene momentos muy tristes que te llegan al corazón. Sufres con la relación entre los dos chicos y esperas que las cosas se solucionen. 

Los amigos de Cooper, Epi y Blas,  son geniales aunque algo metepatas. Eso sí arreglan las cosas rápido y demuestran que la amistad está por encima de todo. 

La parte de la historia familiar es muy bonita, y no solo sirve de marco para las aventuras de nuestros chicos. Como todo en la vida, tiene sus cosas dulces y sus momentos amargos. 

La trama romántica se desarrolla a fuego lento, con fases muy bonitas y otras que nos hacen sufrir. Vemos la evolución de los muchachos desde la adolescencia hasta mediada la veintena y la historia nos mantiene pegados al libro.

Me ha gustado mucho el desenlace que nos ofrece la autora. No estaba segura de por dónde iba a tirar, pero el final me parece perfecto. 

Es de esas novelas que sé que voy a volver a leer porque me ha parecido una historia preciosa, algo intensa en algunas partes, pero eso es parte de su encanto. 

La traducción de Virginia Cabanillas, como siempre, perfecta. 

Descubrí a la autora de casualidad, por una oferta de Amazon, y me alegro un montón de haberlo hecho. Os la recomiendo encarecidamente.