Durante mucho tiempo me ha preocupado la posibilidad de escribir sin un anclaje sólido, sin unos cimientos donde apoyarme. ¿Se puede ser escritor sin tierra? ¿Qué contar cuando uno no se siente de ningún lado?
|
Durante mucho tiempo me ha preocupado la posibilidad de escribir sin un anclaje sólido, sin unos cimientos donde apoyarme. ¿Se puede ser escritor sin tierra? ¿Qué contar cuando uno no se siente de ningún lado?
|
No dejé por completo el lugar del que salí ni viví por completo en el lugar al que llegué. Estoy en tránsito. Vivo en un intermundo.
|
Muchos piensan que escribir es transcribir. Hablar de uno mismo es contar lo que uno ha visto, narrar fielmente la realidad de la que ha sido testigo. En cambio, yo querría contar lo que no he visto, algo de lo que no sé nada, pero que sin embargo me obsesiona. [...] La literatura no sirve para restituir la realidad, sino para llenar los vacíos, las lagunas. Se exhuma y, a la vez, se crea otra realidad. Uno no inventa sino que imagina, da cuerpo a una visión, la construye pedazo a pedazo, con fragmentos de recuerdos y de eternas obsesiones.
|
Pienso a menudo que debería agradecer a mi padre que se muriera. Al desaparecer, al borrarse de mi vida, abrió unos caminos, que, sin duda, jamás me habría atrevido a recorrer en su presencia. Es un pensamiento vergonzoso, triste, pero con el paso de los años soy más consciente de que encierra una verdad. Mi padre era un obstáculo. O peor todavía, mi propio destino implicaba su desaparición.
|
Quizá sea esa la misión del artista. Exhumar, arrancar del olvido, entablar ese diálogo diabólico entre el pasado y el presente. Negarse al amortajamiento.
|
[...] existir era a la vez salir de uno mismo y de la familia. No hay individualidad, libertad, sin desarraigo.
|
A menudo me preguntan qué puede hacer la literatura. Es como preguntar a un médico qué puede hacer la medicina. Cuanto más avanzas, más mides tu impotencia. Esa impotencia te obsesiona, te devora. Escribes a ciegas, sin comprender y sin que nada sea explicable.
|
La escritura es la experiencia de un fracaso continuo, de una frustración insalvable, de una imposibilidad. Y, sin embargo, seguimos adelante.
|
No temo a la muerte. No es más que una soledad completa, absoluta, a la que se llega. Es el final de los conflictos, de los malentendidos. También es el regreso a la verdad de las cosas, al desenlace. A lo que sí temo es a la resistencia del cuerpo. Al deterioro. Al dolor que reconcome la carne.
|
Desde siempre, me ha obsesionado el cuerpo, con el que cargo como un lastre. Este cuerpo que me traba, me vuelve vulnerable, este cuerpo que veo conspirar en secreto contra mí. Quizá mi sangre también esté viciada. Lo ignoro y, sin embargo, en mi interior se prepara ciertamente un desastre ante el cual me siento impotente. Pienso: mi cuerpo acabará con mi cuerpo, y me río sola en este espacio, tan vacío que oigo mi eco.
|
¿Quién escribió la saga?