El perfume de las flores de noche de Leila Slimani
Muchos piensan que escribir es transcribir. Hablar de uno mismo es contar lo que uno ha visto, narrar fielmente la realidad de la que ha sido testigo. En cambio, yo querría contar lo que no he visto, algo de lo que no sé nada, pero que sin embargo me obsesiona. [...] La literatura no sirve para restituir la realidad, sino para llenar los vacíos, las lagunas. Se exhuma y, a la vez, se crea otra realidad. Uno no inventa sino que imagina, da cuerpo a una visión, la construye pedazo a pedazo, con fragmentos de recuerdos y de eternas obsesiones.
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