Del amor al odio, hay un paso que ocupa un corazón roto, pero no has de tenerlo en cuenta; ese odio es solo una excusa para no sentir amor, pero seguir sintiendo algo igual de inmenso. |
Del amor al odio, hay un paso que ocupa un corazón roto, pero no has de tenerlo en cuenta; ese odio es solo una excusa para no sentir amor, pero seguir sintiendo algo igual de inmenso. |
Me explico: cuando sabes el final de una película y aún así vuelves a verla, es cuando te fijas en los detalles que guarda. Y yo solo quería mirarla, una última vez mas. Porque, pese a todo, sonreía. Sonreía taladrando mi mirada con sus ojos tristes. Y así hasta su adiós me parecía bonito. |
Ella caminaba y decía que los ayeres nunca podrían convertirse en mañanas; que cuando el reloj se rompe de nada sirve darle cuerda; que hay flores que duran un verano porque la vida es así, y de nada vale ahogarles en agua si ya es invierno. |
No me quieras, que amor es quererse hasta cuando no me quieres y eso es lo único que querría que hicieras siempre y eso es lo único que nunca te pediré que hagas. |
Ocurre, después, que abro los ojos y los puños como quien exhala los pulmones después de un esfuerzo sobrehumano e inútil solo porque alguien dijo que había que hacerlo, y miro el reloj, que vuelve a estar en la misma hora que marca todos los días desde que te fuiste: las nada en punto. |
"Huí de ti, como si eso significara huir de mí. Perdóname, es este pavor que le tengo a mis monstruos. Discúlpame, creo que el problema es que no sé luchar contra ellos con una sola mano, así que tuve que soltar la tuya para que me volvieran a derrotar, pero esta vez sin excusas. |
Yo no quiero que me tengas miedo, quiero amar a tus monstruos para conseguir que ninguno lleve mi nombre." |
Marinero en tierra