El mal camino

Está bien, al principio engancha. Pero en el último tercio se pierde parte del suspense y la lectura se hace algo más pesada.
Thriller entretenido sin muchas pretensiones. Se nota que es una de las primeras novelas del autor y que ha ido mejorando con el paso de los años.

Es un libro que ha empezado bien. En un primer momento te va contando las cosas de una manera que hace que te enganches a la historia. Pero hay ciertos momentos que yo veo alguna cosa que no tiene sentido y que no guarda ningún tipo de relación con la trama.

La aparición de un hombre en medio de una carretera mal alumbrada va a trastocar la vida apacible de Bert y su amigo Chucks. Y desde ese momento no vamos a poder dejar de pasar una hoja tras otra, para poder saber que está pasando en ese apacible pueblo del sur de Francia.Si con su anterior novela creaba una atmósfera de tensión, en esta Mikel Santiago consigue superarse, habiendo momentos en los que contenemos la respiración ante el avance de la narración.Un libro estupendo para reengancharse al placer de leer

Tenía ganas de conocer la narrativa de Mikel Santiago desde hace tiempo y cuando vi este libro disponible en Audible de Amazon no me lo pensé dos veces.
He disfrutado más de la primera mitad del libro en la que el autor se toma su tiempo para contarnos el porqué de sus personajes y que les ha llevado a Francia a empezar esa nueva etapa, mientras va tendiendo la red necesaria para enganchar al lector, cimentando las bases de la trama. Creo que sabe moverse como pez en el agua por el escenario que él mismo crea adaptándose al entorno, dotando de elegancia a unos personajes tangibles y encontrando hábilmente el equilibrio entre diálogos y acciones, presente y pasado.
En la segunda parte y hasta el final del libro, el autor juega con el lector que no sabe bien que esperar ni cual
va a ser la resolución del mismo. A partir de aquí vamos a ser partícipes y deberemos elegir entre las evidencias y lo aparentemente demostrable. Creer o no creer, locura o realidad. Aquí creo que la historia vira más hacia la clásica de novela de misterio con algunos puntos bastante negros y aunque bien llevada, creo que flojea un poco al final, quizás dejando un margen para alguna otra novela con Bert Amandale de protagonista. Un poco largo para mi gusto, pero me deja buen sabor de boca y muchas ganas de volver a leer al autor.

Bert Amandale, un escritor de novelas de terror, ha cambiado su residencia desde Londres a la Provenza francesa junto a su mujer y su hija. Un entorno idílico sí, pero solo en apariencia. Muchos misterios se encuentran encerrados en Saint-Rèmy, ciudad natal de Nostradamus. Pero no se trata de profecías sino de una realidad escalofriante que poco a poco se va mostrando a medida que se avanza en la lectura.
Chucks Basil, una estrella de rock, amigo íntimo de Bert y que también vive por allí, sufre un desafortunado accidente con su coche al creer atropellar a un hombre que surge repentinamente de la oscuridad. Todo ello les llevará a una serie de sucesos que pondrán en peligro su vida. Esto es solo parte del argumento, no quiero revelar nada más. Hay que leer el libro para darse cuenta de las situaciones que pueden llegar a pasar tras cometer una serie de errores en un pasado que vuelve a resurgir en el momento actual. Mikel Santiago crea una novela magnífica, con unos diálogos perfectos, con un ritmo cada vez más rápido que desemboca en un final inquietante donde el suspense no decrece en ningún momento.
Los personajes están muy bien elaborados, su forma de ser y de actuar refleja perfectamente esos errores que comentaba del pasado y que hacen creer a los demás que todo es producto de la imaginación de unos hombres que tuvieron una juventud mezclada con el alcohol y las drogas. Es complicado para ellos, con esa fama y esos antecedentes, que alguien piense que la historia que poco a poco van descubriendo sea real, de este modo la incertidumbre rodea las páginas del libro hasta el último momento.

No me ha terminado de convencer está novela. Para empezar me ha parecido un poco predecible y no hay ningún giro de guión sorprendente. La mitad del libro de hecho se me ha hecho un poco aburrida. al final es cuando la cosa empieza a tener más acción y te va atrapando pero sin más. Y el final me ha parecido muy rápido y que dejaba cosas en el tintero. Seguiré leyendo al autor porque he oído que sus obras más recientes son mucho mejores.

A mi es que Mikel Santiago me tiene conquistada per se.

Pero tengo que ser objetiva y decir que aunque estamos ante un libro muy bien escrito y en su línea me ha parecido el más flojito, de momento, de la obra que yo conozco.

Su escritura siempre me cautiva y me hace reír y estar pendiente y la ambientación siempre es un diez.

La trama es lo que me ha parecido más plana y predecible, no me ha sorprendido, por eso le he bajado la nota con respecto a las demás novelas del autor.

Yo aun así siempre disfruto las novelas de él y no puedo dejar de recomendar toda su obra.

Cuando todo lo demás falla, Mikel siempre es un acierto. Se ha ganado a pulso convertirse en uno de mis autores favoritos (solo superado por el gran Zafón).

Cuando lees varios libros de Mikel te das cuenta de que tiene un talento especial para la ambientación, para mí, el mejor elemento de todas sus obras. Y en esta no iba a ser menos, me he metido de lleno en la historia gracias a esa magia que desprende cada página.

¿Cuál es su segundo punto fuerte? Los personajes, muy bien construidos, con equipaje que tiene relevancia para la historia, con humor, con miedos, con pequeños detalles que van sumando y sumando.

Quizás de los tres que he leído, este es el que he encontrado más “flojo”, no quiero ser injusta porque no creo que lo sea, pero el anterior a este fue “En plena noche” y encontré ciertas similitudes en algunas cosas que como ya había leído en el otro recientemente no me hicieron conectar igual.

Aún así, Mikel siempre es bien y cuando un mes empieza a acumular malas lecturas, leerle salva la situación.

Como siempre la narración y la atmósfera del relato me ha gustado muchísimo, para mí es el sello de identidad del autor. Todo puede pasar a un segundo plano, ya que la ambientación es tan impresionante que te encierra sin remedio dentro de sus páginas.

Los personajes principales, como en la mayoría de los libros de Mikel, están relacionados con el mundo de la música y de la escritura, es otra de sus características.

En un principio la historia puede parecer predecible, pero no por eso pierde intensidad el relato. La forma en que está narrada consigue llevarte hasta el final con la atención al cien por cien. El autor juega con la realidad, poniendo en duda los hechos, que en un principio parecen auténticos.

Leo y releo sus novelas y Mikel Santiago se va reafirmando cómo uno de mis escritores favoritos 😍. Una recomendación que nunca falla.

La premisa de la que parte la historia es interesante: un músico de rock que atropella a un individuo en mitad de la noche en una carretera complicada. Cuando se lo cuenta a su amigo Bert, el protagonista de la novela, este no sabe si realmente ha ocurrido tal suceso.

Pero a partir de entonces, la trama comienza a volverse bastante predecible. Se puede intuir con demasiada facilidad lo que está sucediendo, y aunque por momentos mantengas la esperanza de encontrarte con un desenlace sorprendente, lo cierto es que los tiros acaban como mismo habías supuesto.

A esto se une un grupo de personajes que en mi opinión carecen de profundidad y establecen unas relaciones demasiado superficiales. No tienen el peso de los personajes de otras obras del autor.

Si bien es cierto que Mikel sigue ofreciendo una genial ambientación, pues es uno de sus puntos fuertes en cuanto a narrativa, lamento tener que expresar que este libro no me ha terminado de convencer. Posiblemente porque he leído sus otras novelas que desprenden mayor calidad. Además, recientemente leí “en plena noche”, su último libro, y me pareció que había evolucionado muchísimo.

En definitiva, siempre es interesante leer a Mikel, pero de momento para mí, esta pasa a ser la más flojita de sus novelas. No obstante, seguiré leyendo todo lo que publique porque es un escritor que me encanta.