El hijo olvidado

El hijo olvidado es un thriller muy adictivo que desde la misma primera página ya genera suspense y tensión, lo que hará que no quieras soltarlo hasta el final.


Todo empieza cuando un aún convaleciente Aitor recibe la llamada de su hermana informándole que su sobrino Denis está detenido por asesinato. Esto le parecerá muy raro, porque prácticamente crió a su sobrino y aunque ahora estaban algo distanciados, sabía que eso era imposible. A partir de aquí comienza su particular investigación, estando casi fuera del cuerpo de la Ertzaintza por baja médica y, además, está siendo investigado por cierto incidente por asuntos internos. 


Aitor emprenderá una ardua investigación luchando con muchos cadáveres, muchas incógnitas, testigos dudosos, corrupción y contra gente muy poderosa con mucho que ocultar y medios para hacerlo por lo que se verá obligado emplear métodos poco ortodoxos. Pero al mismo tiempo se cruzarán en su camino muchos personajes que harán lo posible por echarle una mano aunque en algún caso no esté clara su motivación.


Solo puedo decir que este es el cuarto libro que leo del autor y que me encanta su particular estilo en el que se mantiene fiel, sus personajes perfectamente caracterizados, su selección musical porque 'no todo es quitarse la ropa y bailar hasta la madrugada', los paisajes elegidos...hasta la constante y permanente sensación de peligro que envuelve a toda la novela.


No le encuentro ningún aspecto negativo, hasta las descripciones son perfectas, llegas a sentir la humedad atravesando la piel. Todo ello me ha mantenido en vilo y pegada a sus más de quinientas páginas hasta llegar al desenlace.


Un detalle, si has leído la trilogía de Illumbre algún personaje te podría sonar. 


No puedo decir otra cosa y es que simplemente me ha encantado y si no la has leído ya estás tardando.

Introducirse en los escenarios de Mikel siempre es un placer aun habiendo mucha, mucha lluvia 😉 Tal y como nos tiene acostumbrados nos volvemos a mover por esos parajes vascos llenos de encanto. Playas, naturaleza, viento, lluvia se mezclan con paisajes más urbanos.

Este libro me ha encantado, no se si tanto o más que en En plena noche pero desde luego me ha parecido una maravilla. Es que ya la portada es para comérsela con patatitas, bueno vale igual si la comemos es un poco indigesta pero es tan bonita!

Su personaje principal podríamos decir que es una mezcla entre adorable y “tengoganasdematarte”. Adorable sobre todo en su lealtad, en su faceta familiar, en sus inquietudes y miedos. Me ha encantado la parte en la que hace de padre con esas escenas y esas conversaciones tan reales que o bien te sacan una sonrisa porque las conoces como padre/madre o bien porque las conoces como hija/hijo. “Tengoganasdematarte” porque a veces Aitor, “Ori” nuestro protagonista indiscutible, parecía el actor principal de una de esas pelis de miedo en la que desde el sofá gritas “Pero no te metas ahí” “al sótano Nooooo”.

Me recordó a una de las protagonistas de Ibón, Mikel, Ibón igual Leire y Ori deberían conocerse en alguna novela y liarla juntos JAJAJA

Sea como sea Aitor es uno de esos personajes que no te importaría volverte a encontrar en otro libro.

El desarrollo del libro tiene un ritmo ideal para enganchar, no dejan de pasar cosas en ningún momento y poco a poco se van dejando pistas como miguitas de pan hasta llegar al desenlace. Muy bien hilado, ¡Sí señor!

Reconozco que estuve hasta casi el final, convencida de un giro que iba a haber y al final no hubo jeje Casi os digo que mejor, menos típico… y no cuento más que tenéis que leerlo.

Por último os dejo esta frase: “Ningún acto se queda sin su castigo”, es una frase que se dice mucho en mi casa y yo la discuto siempre. Y vosotros ¿Qué opináis?

“Ningún buen acto queda sin su castigo”

Menuda frase como premisa de esta novela.

Ha vuelto uno de mis autores favoritos con un nuevo libro que cumple con todos sus elementos característicos: lluvia, noche, playa, olas, viento, acantilados… le encanta describir la lluvia, las tormentas y los caminos perdidos entre las montañas, desde Tremore Beach, me enamoró su ambientación.

En este libro me he encontrado con una historia de conspiraciones e investigaciones extraoficiales. Estar en el lugar y momento equivocado puede resultar muy peligroso. Muertes, muchas muertes y descritas con todo lujo de detalles, creo que hay más muertos que en ningún otro libro del autor. Y vértigo, no paran de pasar cosas durante todo el relato, un thriller muy intenso.

Tengo que destacar el personaje principal, Aitor, su ironía y sarcasmo dan un toque de humor a la historia que me ha encantado. Este protagonista me ha gustado muchísimo, me encantaría encontrármelo de nuevo.

La trama y el desenlace final creo que están ejecutados con maestría, detalles que engañan y llevan a dudar de algunos de los personajes, sueños y premoniciones del protagonista, que se ve involucrado en una investigación fuera de la ley para poder resolver la conspiración que se ha cernido sobre él.

Hay más cosas que me encantaría comentar, pero no quiero desvelar las sorpresas que me he encontrado.

Mikel Santiago es uno de los grandes nombres del género negro en castellano y, hasta ahora, uno de mis eternos pendientes (solo había escuchado “Tricia”, su ficción sonora para Storytel). Con “El hijo olvidado”, una historia acerca del poder, la corrupción y, sobre todo, la familia, me he dado cuenta del tremendo error que ha sido no leerle antes, ya que apunta sin duda a convertirse en una de mis lecturas favoritas del año.

Mientras se recupera de su último caso, y al tiempo que se enfrenta a un expediente disciplinario, el agente de la Ertzaintza Aitor Orizaola recibe la noticia de que su sobrino Denis ha sido acusado de asesinato. Incapaz de creerlo, Ori comienza a sospechar que Denis puede haber sido víctima de una conspiración y, a pesar de encontrarse de baja, iniciará una investigación que le llevará a descubrir una oscura red de secretos en el que se convertirá en el caso más importante de su vida.

“El hijo olvidado” es un enorme rompecabezas en el que, en principio, sus múltiples piezas pueden dejarte un poco descolocado pero que, en el momento en que empiezan a colocarse cada una en su sitio, resulta tremendamente satisfactorio. Una trama muy compleja con numerosas ramificaciones que terminan confluyendo en un final apoteósico, consiguiendo mantener al lector enganchado durante sus casi 600 páginas en una lectura ágil y muy dinámica. Ya sea por el estilo narrativo, por la manera de estructurar la historia, o por el conjunto de todo ello, Mikel consigue que parezca fácil algo que en realidad es muy difícil de hacer. Todos los frentes que se han ido abriendo a lo largo de la historia, cada detalle que se ha dado, tienen su razón de ser y encajan a la perfección en el desenlace.

La familia y la culpa son los dos temas estrella de la novela. La familia y esa unión que se produce ante el menor contratiempo (en este caso GRAN contratiempo), y cómo aunque parezca que la familia está rota basta un pequeño chispazo para que esos vínculos se reestablezcan (lo triste es que a veces esa unión sólo se produce después de una desgracia).

La culpa está muy presente en la historia. Culpa por aquello que hiciste y también por aquello que dejaste de hacer, reflejado sobre todo en los personajes de Ori y de la madre de Denis. ¿Hasta qué punto la situación actual en la que se encuentra el
joven es consecuencia de los errores que cometieron durante su infancia? Ori era como un padre para Denis hasta el momento en que aparecieron otras personas en su vida a las que dar prioridad, hecho que le atormenta profundamente y que se resuelve en uno de los momentos más emotivos de toda la novela con una interesante reflexión en forma de carta acerca de los lazos familiares, y de cómo las decisiones que tomamos, consciente o inconscientemente, pueden llegar a afectar a aquellos que están a nuestro alrededor.

Ori es un personaje carismático y muy potente. Podría ser el típico héroe de vida perfecta, pero su vida está llena de claroscuros, tanto en el plano personal como en el profesional, lo que lo convierte en un personaje mucho más atrayente. No le preocupan las consecuencias de sus actos porque el fin que persigue con ellos es mucho más importante. Para él su familia es lo primero, por lo que no dudará en moverse en los límites de la legalidad para encontrar las pruebas necesarias para salvar a su sobrino. Ese terreno alegal en el que se mueve, y que muestra la creatividad que en ocasiones tiene que poner en práctica la policía para obtener una prueba, es también responsable de algunos de los momentos más brillantes de la novela (¡esa persecución con sus hijas en el asiento trasero del coche! 😆). Aunque puedes llegar a cuestionar algunas de sus acciones, en el fondo sabes que, de encontrarte en su situación, actuarías exactamente igual.

La ambientación es fantástica. Los paisajes del interior de Bizkaia y la costa vasca crean una atmósfera opresiva que conecta a la perfección con la historia y con las emociones de los personajes.

Un thriller redondo que viene a demostrar por qué Mikel Santiago ocupa el lugar que ocupa dentro del género negro. Muy recomendable.

Aitor Orizaola es un ertzaina que está de baja laboral, recuperándose de unas graves lesiones. Además, se está tramitando contra él un expediente disciplinario por lo que su continuidad en la Ertzantza está en entredicho. Por si fuera poco, se va a enfrentar a un grave problema personal: su sobrino Denis –al que ha criado casi como a un hijo al no tener éste padre- ha sido acusado de asesinato. Él jura y perjura que no ha hecho nada y Ori le cree. Además, su instinto de sabueso le dice que algo huele a podrido en ese caso. Por ello, a pesar de no estar en el ejercicio de sus funciones, va a emprender una investigación extraoficial en la que será ayudado por varias personas, entre ellas una ertzaina de la comisaría que lleva el caso.

Este libro no pertenece a la trilogía de Illumbe aunque esta no se llega a echar de menos porque los parajes en los que transcurre son similares y porque algún personaje viene de los libros anteriores y se cita también a alguno que, si bien no aparece en acción, sí lo hará en la memoria de Ori. Los paisajes vizcaínos vuelven a brillar. Empañados por el agua, eso sí (cómo no) pero resultan realmente atractivos bajo la pluma de Mikel Santiago. La playa y sus surfistas así como escenarios más de interior. Todo verde y azul como lo es la zona en la que se desarrolla la historia. Mikel los describe tan bien que es imposible no trasladarse allí con la imaginación.

El protagonista, Ori, me ha encantado. Me ha parecido un policía de esos en los que puedes confiar que van a dar todo de sí para detener al culpable. Aunque para ello tenga que ponerse a sí mismo en peligro. ¡Qué manía tienen los policías literarios de saltarse las normas y meterse donde no deben! Pero bueno, lo hacen por una buena causa y en este caso por una doble buena causa: por detener al culpable y por salvar a su sobrino. La faceta personal de Ori está también muy bien desarrollada. Y aquí todo cambia porque Ori en la intimidad es un cielo. Las escenas con sus hijas son muy tiernas y con su sobrino casi aún más.

La trama me ha parecido redonda. Un caso difícil en el que parece que no hay ningún hilo del que tirar. Los investigadores lo tienen claro, demasiado claro en realidad, y por eso detienen a Denis. Pero a poco que te pongas a mirarlo todo con más detenimiento se ve que ahí ha habido muy poca investigación y que hay muchas preguntas por responder. Ori pretende dar respuestas a todas pese a quien le pese y a pesar de quién pueda verse incriminado y el poderío que maneje. Y ya de paso, enterado del suicidio de un antiguo compañero y amigo, en una especie de subtrama investigará también que hay detrás de esa muerte.

Como siempre, la música –una de las pasiones del autor- tiene un papel importante y contribuye a dar ambiente a la novela.

“El hijo olvidado” es un thriller en todo el sentido de la palabra. Uno de esos libros que devoras, que no puedes parar de leer. Agilidad narrativa, mucho ritmo, mucho diálogo, sorpresas, personajes atractivos… Es un libro que te mete en faena desde las primeras líneas y que te mantiene absorta hasta el mismísimo final.

Lo único que me ha mantenido in albis durante toda la historia ha sido el título, ¿por qué “El hijo olvidado”? En cierta forma me confundía, buscando explicaciones que quizás no fueran… Por suerte, asistí a un encuentro on line con el autor donde nos lo aclaró

Conclusión final

Mikel Santiago es un referente en lo que se ha llamado “euskalnoir” y en esta su última novela vuelve a demostrar por qué. He leído todas sus novelas y las he disfrutado todas toditas todas. Si aún no conocéis al autor, ya estáis tardando.
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