El Llano en llamas

Miedo. Un sentimiento muy complicado, feo y cruel. Un sentimiento del que apenas se habla y que nos cambia.
Miedo. ¿Cuántas experiencias no llegamos a vivir por su culpa? ¿Cuántas cosas nos perdemos por dejarnos llevar por él? ¿Cuántas oportunidades dejamos escapar? ¿Cuántas joyas literarias no llegamos a descubrir?

Miedo. Un sentimiento que consiguió que no siguiera ahondando en la obra de Juan Rulfo. ¿Miedo a las expectativas? ¿Miedo a la decepción? Miedo a no encontrar al Rulfo que me había conquistado con 'Pedro Páramo'. Miedo que no ha merecido la pena y, por desgracia, me ha llevado muchos años comprobarlo. Años posponiendo una lectura. Años sin disfrutar de una auténtica joya. Años en los que ya no hay que pensar porque no volverán. 'El llano en llamas' me ha llevado de nuevo a Comala. Me ha recordado, con mucho cariño, a Pedro Páramo y Juan Preciado, su hijo. Me ha transportado a cuando descubrí al autor por primera vez y me ha vuelto a conquistar con su magia.

He viajado a México, a sus llanos, carreteras y paisajes. Me he empapado con sus olores y cultura. Me he mezclado entre sus gentes, campesinos, humildes y pobres. He podido conocer cómo es su día a día y las dificultades que atraviesan. He palpado la violencia y las injusticias que les acecha. He sentido miedo, hambre, culpa y pena. He sentido soledad y nostalgia. He sentido tanto que es imposible expresarlo. ¿Cómo explicar lo que cada cuento ha significado? ¿Cómo explicar lo que el autor consigue? Hay que leerlo. Hay que permitir que nos golpeé. Hay que vivir la experiencia, permitir que nos transporte y viajar a través de su escritura. Hay que abrir la mente y empaparse con cada fragmento.
He tardado muchos años en volver a Rulfo pero más vale tarde que nunca. He tardado muchos años pero lo he hecho como antaño, despacio, lentamente. Dando importancia a los detalles, degustando cada palabra, reposando cada cuento y dejando que sus historias cicatricen. No hay otra manera de hacerlo.
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Leí Pedro Páramo hace tiempo y no recordaba que Rulfo era tan extraordinario, uno de esos pocos libros, como Vida y destinopor ejemplo, que te transportan, realmente uno se siente en México.

Cuentos del México pasado, muy bien narrados mostrándonos las pocas diferencias que hay con la forma de vida mexicana actual.

Me metí mucho en el libro porque narra lugares conocidos de mi estado, Jalisco.

"...los caminos de ella eran más largos que todos los caminos que yo había andado en mi vida y hasta se me ocurrió que nunca terminaría de quererla".

El legado literario de Juan Rulfo es tan breve como extraordinario.En esta colección de relatos nos sumerge en su Jalisco natal,marcado por las frustraciones revolucionarias y los últimos levantamientos "cristeros".Y ahí,en medio de las reformas que nunca llegan y del fanatismo religioso,va transcurriendo la vida.Una vida de supervivencia que se retroalimenta a sí misma,reproduciendo una y otra vez,con una rutina inexorable,tan sofocante como los páramos en los que transcurre,los mismos patrones de pobreza y violencia que la generan.Rulfo nos introduce en ese mundo tranquilamente,con una prosa sencilla,pausada,perfectamente ajustada al discurrir de los acontecimientos.Y así,sin disgresiones ni aspavientos,dejando que los hechos se muestren por si mismos,conjura el hechizo que convierte la vida en categoria,lo particular en universal.Un ejercicio de maestría expresiva que nos sumerge en los contornos de "Pedro Páramo" y presagia el realismo mágico.

Historias crudas, vivencias de los habitantes de El Llano, en Mexico, que Juan Rulfo presenta de manera directa y mediante un lenguaje claro y simple en el que se anda con pocas florituras. Como siempre que leo un libro de relatos, unos me gustan más y otros menos, pero todos aportan algo a la experiencia de leer y de escribir. En este caso, hubo algunos que me gustaron y me transportaron a esas tierras áridas y hostiles, en donde las personas suelen ser ariscas y tratarse mal unas a otras. Hubo también relatos cuyo interés se fue diluyendo a medida que pasaban los minutos, pero la narración del audiolibro fue notable en todo momento.

Luvina fue, sin duda, uno de los relatos que más me tocó el alma. Un lugar áspero como muchos de los que todavía quedan en algunos rincones del mundo, sobre todo en áreas rurales. Gentes cuyas vidas son tan ricas como vacías. Me recordó un poco a la Comala de Pedro Páramo.

Me alegro de haberlo leído y de salir otra vez de mi zona de confort.

Solo unas pocas palabras para recomendar este ramillete de buenos relatos.

Encontrando mejor su famosa novela “Pedro Páramo”, a los que les gustó esta, disfrutarán también de estos cuentos: mismos temas, mismo paisaje, misma desolación, misma poesía en la descripción y exposición de todo ello y... sorpresa, mucho humor en estos llanos, bien en forma de gotas amargas -como se pueden encontrar también en la novela- bien, como en al menos tres de los cuentos, de una forma absolutamente descarada.

En fin, tanto a los que ya leyeron la novela y todavía no se han acercado a sus cuentos como a los que aun no conocen a Rulfo solo puedo pedirles que lo remedien inmediatamente.

un conjunto de cuentos que van rodeados de un tema común: la muerte.
Me parecieron interesantes. Algunos resaltaron más que otros pero en general me gustaron bastante. Me transportó al pasado, cuando no existía tanta tegnologia. Fue una linda experiencia viajar a los pueblos de México.
Son de pocas páginas, causando poder leerlos de a poco sin ningún problema. Para disfrutar al autor te lo recomiendo. Él solo publicó dos libros. Yo ya estoy sufriendo por no tener nada más de él.
Sus libros están maravillosamente escritos. Si me dan a elegir alguno, creo que voy por "Pedro Páramo" Soy más de novelas.🤭

Este libro cuenta con diecisiete cuentos: inicialmente eran quince, pero a partir de 1971 se le agregaron dos inéditos: "El día del derrumbe" y "La herencia de Matilde Arcángel". Sus personajes son personas comunes, trabajadoras, e incluso se podría decir que, la mayoría, pobres. Se caracteriza por usar generalmente un lenguaje popular, y por la narración en boca de sus personajes. Esta antología me gustó muchísimo, la recomiendo.

Hola, lectores del inframundo.
¿Qué tal llevan nuestro reto hasta ahora? Fuera de un par de tropiezos, todo va de maravilla por acá. Estamos a poco de terminar pero no por eso hemos bajado del todo la guardia. ¿Qué les parece nuestro skin? Bueno, dejando todo esto de lado pasemos a la reseña de este día. Es un orgullo para mí presentárselas porque, como todo este mes, volvemos a hablar de un grande de la literatura de mi país. Me gusta porque es una forma de darse cuenta que no todo se trata de Estados Unidos, que los latinos también tenemos buenos productos dentro de lo que cabe. Sin más, comencemos.
El llano en llamas es una compilación de cuentos de Juan Rulfo. Podrían parecer pocos, pero lo cierto es que, como en la sinopsis de arriba, se confirma el hecho de que todos ellos son concisos con ganas. No se necesita más. Todos comienzan y terminan dejándonos esa sensación de lleno que pocos logran con su obra. Además, por ese hecho de que los cuentos son más bien cortos, es sencillo de leer como libro, como conjunto. No se necesita demasiado tiempo para degustarlo. Eso sí, uno necesita mucho antecedente. Supongo que ahí radica su dificultad de lectura. Con todo lo que pasaba en época de Rulfo, uno necesita sumergirse un poco en esos asuntos para entender ciertos aspectos que el autor nos quería transmitir. No por ello, claro, deja de ser un buen libro. Para todos aquellos que no saben demasiado sobre los pormenores históricos en los que se encontraba Rulfo para escribir sus obras, me parece que les sirve como ejercicio cultural. Seamos sinceros, en algún punto de nuestra vida este era nuestro país, esta era nuestra forma de vivir y no por eso nos demerita como país en desarrollo. En lo personal, cuando lo leí por primera vez hace mucho tiempo, me sirvió para darme una idea de lo que se escondía detrás de ese estereotipo que el mundo tiene del mexicano, de ese “chaparrito moreno vestido de zarape y huaraches”. Rulfo nos muestra hombres que, dentro de su ignorancia también piensan y se plantean cuestiones complicadas que uno prefiere enfrentar de otra manera. Con personajes aferrados a una fe que muchas veces les falla, nos muestra un mexicano guerrero que lucha por lo que le parece mejor aunque no comprenda bien de política. A que con esta diferenciación no nos sentimos tan lejos de los personajes de Rulfo, ¿verdad? Creemos que hemos evolucionado y sin embargo nos siguen moviendo los mismos sentimientos que a estos seres imaginarios.
De los personajes como tales tengo poco qué decir sin comenzar a describir cuento por cuento. Son personas normales, personas salidas de pueblos pequeños dónde todos se conocen mutuamente y se saludan por sus nombres todas las mañanas. En pocas palabras, son el origen de toda gran ciudad. Son personas que temen y no comprenden del todo lo que pasa a su alrededor. ¿Qué es la revolución y en qué les beneficia? ¿Qué les dejará cuando se haya ido? Aspectos como esos son los que maneja Rulfo de la mano de personajes complicados pese a su escaso trasfondo, o el escaso que nosotros le conocemos. Además, pinta un México muy del norte. Lo siento, pero estas son mis raíces y este, particularmente, es un libro que me hace sentir en casa.
Rulfo nos muestra un México desértico, con poca agua y lluvia, lleno de polvo todo el tiempo para donde sea que se vaya. Es así como me imagino el lugar dónde ahora vivo. Dudo que en el pasado, previo al drenaje, fuera sencillo conseguir agua en mitad de la nada. Lo que me lleva a recordar recomendarles tener un gran vaso de agua helada cerca mientras leen. al menos a mí me ayudó mucho a ese respecto. Pero bueno, siguiendo, diré que el libro transporta por completo a ese pasado de mis tierras y dominios mortales que simplemente me hizo mantenerme al filo del escrito.
Otro aspecto importante, dejando todo el fanatismo de lado, es esa magia que está siempre alrededor de las personas y eventos que se suscitan. Uno no entiende muy bien si es un cuento meramente real o tiene algo de maravilloso o fantástico. Nos deja esa incertidumbre impensable que nos mantiene leyendo. Si las cosas se ven como completamente ciertas muchas veces son más aterradoras que si se ven simplemente como ficción. Les dejo esto de tarea para ese momento en que gusten leerlo y que pasen a comentarlo. Claro que también hay cuentos completamente reales, tal es el caso de “Luvina”, cuya historia es una notoria crítica al gobierno de ese tiempo.
En aspectos generales tengo que transcribir algunas anotaciones que hice mientras lo leía. Por ejemplo, que este libro tiene pequeñas referencias a lugares de Pedro Páramo, volviendo el Llano en llamas una especie de continuación de su mundo. Otro es que Rulfo tiene frases de entrada a los cuentos tan concisas que incitan a seguir leyendo. Sus primeros renglones (a veces incluso sólo palabras) son tan impactantes y definitivas que uno simplemente no puede parar. También, a veces me recuerda un poco a la trama de los Simpsons. Comienza con un tema y termina con otro, hilando el camino como si fueran completamente iguales.
Ya para terminar, les diré mis cuentos favoritos de esta obra: “Es que somos pobres”, “Talpa” (gracias a Diego Ordaz por el eterno trauma y fanatismo con este cuento) y “En la madrugada”. Sin duda, a su manera, estos tres cuentos, y “Luvina”, me han dejado huella.
Así que le recomiendo este libro a todo el que quiera conocer un México antiguo y maravilloso, a todo el que como yo esté orgulloso de sus orígenes, pero más que nada, a los que quieran conocer una cultura aparentemente lejana y no les moleste investigar un poco al respecto. Es una lectura algo pesada para un adolescente pero sin duda un adulto puede manejarla.
A todos los que ya lo leyeron, ¿qué les parece? Sin dar spoilers, ¿lo recomiendan? Recuerden que los leo en los comentarios.

Saludos enormes,

Caronte.
Enlace: https://librodeultratumba.bl..

El llano en llamas” es un libro de cuentos de entre 10 y 15 páginas de extensión. Estos 17 cuentos están situados en el México de inicios del siglo XX: el desierto, los bandoleros, los ríos, las grandes extensiones de tierra, los primeros viajes a Estados Unidos para hacer fortuna, el asesinato, un terremoto, y muchos otros temas que se pueden situar en esa época, son los principales protagonistas de todos estos cuentos.

Una particularidad de todos los cuentos es que están escritos como si fuera el propio protagonista quien está contando la historia a otra persona. El estilo narrativo convierte al lector en un receptor anónimo de aquello que cuenta cada personaje; dando un mayor atractivo a lo que se lee, pues no es una historia relatada para alguien neutral que la quiera leer, sino que es un relato contado por el propio protagonista que busca que el lector se sienta como si quien le está contando la historia, estuviera sentado al lado suyo en el ambiente donde se desarrolla todo.

Otro gran protagonista del relato es la locación donde se ambienta el cuento, en las diferentes historias, se siente como si estuviéramos allí presentes, oliendo la yerba que pastan las vacas y los chivos, viendo el río correr desde las montañas, sintiendo el calor en los llanos y desiertos, mojándonos con el agua que arrastra vacas y cadáveres, sintiendo la soledad y desesperación de pueblos inhóspitos que hacen lo posible por sobrevivir y llevar su día a día. Todos estos elementos juegan un papel importante en la lectura, pues hacen que no sea sólo un libro de cuentos, sino que el lector verdaderamente se sumerja en sus páginas y no sienta los cuentos como un producto de la ficción de un escritor, sino como una historia que pudo haber pasado en algún lugar de México en un tiempo determinado y en la que la persona que relata los hechos pudo haber sido el protagonista o el testigo de estos hechos.

Sobre los cuentos, esta vez no tengo que resaltar alguno en especial, todos, absolutamente todos, me parecen increíbles. La forma de hablar de asesinatos, de ocupaciones de tierras, de crecientes de ríos que terminan llevándose los únicos animales que serían el seguro para que una niña no entrara en la prostitución, la larga caminata entre un hombre y la mujer de su hermano para llevar a su hermano a una iglesia y poderlo curar de una penosa enfermedad, el ajuste de cuentas generacional que planea su venganza por más de 30 años, las veneraciones a “santos milagrosos” cuyo único milagro es pasar la noche con una mujer diferente todos los días… Estos y todos los temas, son narrados de una manera tan magnífica y cuidadosa, que sin necesidad de describir exhaustivamente el paisaje o construir muchos rasgos de un personaje, se entiende su historia, se entiende su mensaje y al final de cada cuento se produce la reflexión de si pudo haber sido verdad lo que hay allí escrito o es simplemente fruto del ingenio de un escritor.

Para finalizar, solo queda recomendar el libro, no solo por su narración, construcción de personajes y su ambientanción, sino también por lo que representa para la literatura mexicana y latinoamericana; es una muestra de una tradición oral propia de un país, que se convierte en un testimonio para toda Latinoamérica, en donde, con pequeños cambios en la jerga y en las locaciones, podría ser también una historia que sucedió en un país como Colombia o Perú, o cualquier otro. Leer “El llano en llamas” es una buena forma de apreciar los escritores de nuestro idioma y nuestras costumbres, al igual que de sentirse orgulloso de los talentos que existen en este lado del mundo.
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