Nuestro cuerpo empieza a destruirse desde que nace. Somos frágiles. Criaturas pasajeras. Cuanto queda de nosotros son nuestras acciones, el bien o el mal que hacemos a nuestros semejantes.
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Nuestro cuerpo empieza a destruirse desde que nace. Somos frágiles. Criaturas pasajeras. Cuanto queda de nosotros son nuestras acciones, el bien o el mal que hacemos a nuestros semejantes.
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...La vida nos concede a cada uno de nosotros unos escasos momentos de pura felicidad. A veces son sólo días o semanas. A veces, años. Todo dependen de nuestra fortuna. El recuerdo de esos momentos nos acompaña para siempre y se transforma en un país de la memoria al que tratamos de regresar durante el resto de nuestra vida sin conseguirlo. |
“Marina, te llevaste todas las respuestas contigo.”
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Aquella noche Mijail me contó que él creía que la vida nos concede a cada uno de nosotros unos escasos momentos de pura felicidad. A veces son sólo días o semanas. A veces, años. Todo depende de nuestra fortuna. El recuerdo de esos momentos nos acompaña para siempre y se transforma en un país en la memoria al que tratamos de regresar durante el resto de nuestra vida, sin conseguirlo.
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Un buen amigo me dijo una vez que los problemas son como las cucarachas. Si se sacan a la luz, se asustan y se van.
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La envidia es un ciego que quiere arrancarte lo ojos.
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La verdad no se encuentra, hijo. Ella lo encuentra a uno.
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El tiempo hace con el cuerpo lo que la estupidez hace con el alma. Lo pudre.
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No sabía entonces que el océano del tiempo tarde o temprano no devuelve los recuerdos que enterramos en él.
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Aquel día el fantasma de Gaudí esculpía en el cielo de Barcelona nubes imposibles sobre un azul que fundía la mirada.
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¿Quién es autor del libro?