Una historia no tiene principio ni fin, tan solo puertas de entrada. Una historia es un laberinto infinito de palabras, imágenes y espíritus conjurados para desvelarnos la verdad invisible sobre nosotros mismos.
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Una historia no tiene principio ni fin, tan solo puertas de entrada. Una historia es un laberinto infinito de palabras, imágenes y espíritus conjurados para desvelarnos la verdad invisible sobre nosotros mismos.
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Cada libro, cada tomo que ves, tiene alma. El alma de quien lo escribió, y el alma de quienes lo leyeron y vivieron y soñaron con él.
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A veces es mejor poner el cerebro a trabajar y agotarlo que dejarlo en reposo para que, cuando se aburra, le empiece a devorar a uno vivo.
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Carax me enseñó que un libro no se acaba nunca y que, con suerte, es él quien nos abandona para que no pasemos el resto de la eternidad reescribiéndolo.
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Cada día estaba más convencido de que la buena literatura tenía poco o nada que ver con quimeras triviales como la inspiración o el tener algo que contar y más con la ingeniería del lenguaje, con la arquitectura de la narración, con la pintura de las texturas, los timbres y los colores de la construcción, con la fotografía de las imágenes y con la música que podía producir una orquesta de palabras.
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Disfruté de dos infancias: una bastante convencional, si es que tal cosa existe, la que veían los demás; y otra imaginaria, la que vivía yo.
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-Este lugar es un misterio, Julián, un santuario. Cada libro, cada tomo que ves, tiene alma. El alma de quien lo escribió, y el alma de quienes lo leyeron y vivieron y soñaron con él. Cada vez que un libro cambia de manos, cada vez que alguien desliza la mirada por sus páginas, su espíritu crece y se hace fuerte.
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Enfrentarse a las palabras era su modo de descubrir quién era de verdad y de tratar de recuperar así la memoria y el espíritu de la madre que había perdido a los cinco años.
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-Un buen periodista es como un elefante: tiene buena nariz, buenas orejas y, sobre todo, nunca olvida.
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Uno sabe que está vivo porque duele, porque de repente todo importa y porque cuando ese breve momento se acaba, el resto de su existencia se transforma en un recuerdo al que intenta regresar en vano mientras le queda aliento en el cuerpo.
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¿Quién es autor del libro?