-Y así es como le dices al mundo que las cosas no son siempre lo que parecen-concluyó el Ancestral-. Que hay humanos que parecen monstruos, y monstruos que parecen humanos; hadas que parecen brujas..., y brujas que parecen hadas.- Ren
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-Y así es como le dices al mundo que las cosas no son siempre lo que parecen-concluyó el Ancestral-. Que hay humanos que parecen monstruos, y monstruos que parecen humanos; hadas que parecen brujas..., y brujas que parecen hadas.- Ren
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¿Quién dijo que las princesas tenían que esperar a ser rescatadas? ¿Quién dijo que las princesas eran cobardes? ¿Quién dijo que las princesas lloraban? ¿Quién dijo que las princesas no podían domar a La Bestia?” |
Entonces comprendes que las llamas no acarician… y que, más allá del jardín, las rosas se marchitan en invierno. |
Las normas son sencillas y las conoces bien: no debes abandonar nunca las murallas del castillo. Que no te vean. Que no sepan que estás ahí; que existes. Y si lo descubren, no dejes que lo cuenten. |
Ella podía, sola, soñar el sueño de las dos. ¿Quién dijo que las princesas tenían que esperar a ser rescatadas? ¿Quién dijo que las princesas eran cobardes? ¿Quién dijo que las princesas lloraban? ¿Quién dijo que las princesas no podían domar a La Bestia? |
«Si no vive como un monstruo, no piensa como un monstruo ni se comporta como un monstruo…, tal vez no sea un monstruo en realidad». |
—. Ella me ayudó un poco. —Naturalmente —concedió Ren con una media sonrisa—. Es lo que suelen hacer las hadas madrinas. Las de verdad, quiero decir. ¿Estás seguro de que la tuya era en realidad una bruja? —Las hadas madrinas no convierten a sus ahijados en monstruos. |
—¿Me ayudarás tú a romper la maldición? —Bueno, si lo que pretendes es seducirme para que me enamore de ti, debo decirte que no has empezado con buen pie —observó Ren con acidez—. Además… La Bestia dio un respingo. —¿Qué? ¡No me refería a eso! |
—Entonces ¿vas a contestar a mi pregunta? ¿Quién eres tú exactamente, y para qué buscas a la Bestia que habita este castillo? —Responderé a todas estas cuestiones, mi querido amigo, pero no aquí. Dime, ¿no habrá por casualidad en esta mansión algún lugar más cómodo donde podamos sentarnos a conversar? Espero que no te ofenda que te lo comente, pero también es de mala educación hacer esperar a los invitados de pie en el pasillo. |
Los Lobos devoraban a la gente, no la convertían en piedra. Y preferían los bosques profundos a los castillos abandonados. |
¿Qué criaturas mágicas podemos encontrar en Gringotts, el banco de magos?