La hija del Caníbal

Otra escritora con la que me estreno este año, Rosa Montero, aunque en este caso no me siento especialmente emocionada ante el descubrimiento. No voy a negar que la mujer tiene buena prosa, solo hay que ver las decenas de premios que acumula por su buen hacer pero me llevo regular con los autores que sienten la necesidad de meterse a ellos mismos en sus propias obras (menos a Miqui Otero que se lo he perdonado por ahora) y que sea por este o por otro motivo su ego empapa los bordes de sus novelas, o al menos de esta de la que os estoy hablando ahora mismo.
Creo que lo mejor que tiene el libro es el título, un título así promete personajes con pasado, personajes con pliegues interesantes, con cosas que contar, y luego tenemos a Lucía, que se autodenomina la hija del caníbal por un motivo tan prosaico que cuando lo leí se me cayó el mundo a los pies. Y lucia no tiene nada interesante, aparte de miedo, y una inteligencia emocional poco elaborada… es como una adolescente por la que han pasado los años pero sin enseñarle nada, y sin capacidad alguna por tener una vida propia.
Que si, que sus padres son lo peor, pero después de los cuarenta sin haber evolucionado ni un pelo no puedes culpar de todo a tus padres y a la vida en general, porque Lucia deja muy claro que es de esas personas que deja que las cosas ocurran, sin mover un dedo y si el resultado no le gusta su estrategia se reduce en huir o esconderse.
Centrémonos en la trama, Ramón, su marido al que odia con toda su alma pero del que no se divorcia porque eso significaría hacer algo por ella misma, desaparece en el aeropuerto. Y ella se ve envuelta en la trama casi sin quererlo, empujada por Félix, el vecino de enfrente, un abuelo octogenario que no tiene nada mejor que hacer con su vida que ayudar a su vecina. Y luego está el tercer miembro del grupo, el que aporta los músculos, un estudiante que vive solo y que apenas se perfila.
Entre batallitas de abuelo, ideas absurdas y estrategias cutres para salvar a Ramón se pasan las trescientas y pico páginas del libro, si hay una evolución del personaje es al final de la novela, pero no por que decida tomar la iniciativa en algo exactamente, pero digamos que empieza a plantearse lo de hacer algo con su vida.
PARA QUIEN: Los que gusten de protagonistas pulsánimes, los secuestros cutres y las tramas low cost.
LO MEJOR: Las batallitas de Félix y el momento Adrián (el de la maleta no, el otro)
LO PEOR: que sea una novela de iniciación a la madurez y que la protagonista tenga 40.

¡Valiente decepción me he llevado con este libro! El año pasado me inicié con Rosa Montero, y rápidamente me enamoré de su forma de escribir. ¡Cómo escribe esta mujer! Después de leer "Temblor" y posteriormente "Bella y oscura", que aunque no me parecieron redondos, me gustaron, pensé que con "La hija del caníbal" iba a terminar de redondear uno de sus libros. Y ha sido un chasco absoluto.

La historia inicia con una pareja en el aeropuerto, a punto de coger un vuelo. Ramón decidé entrar al cuarto de baño, mientras Lucía lo espera impaciente. Su vuelo está a punto de salir y el hombre no aparece. Lucía pronto descubrirá que Ramón ha sido secuestrado por una banda terrorista y recaerá en ella toda la responsabilidad de salvar la vida de este. Con semejante inicio de trama, me esperaba un thriller tenso y vertiginoso, y nada más lejos de la realidad.

La historia se hace aburrida, no parece ir hacia ninguna parte y todos los hechos que se van sucediendo parecen atropellados unos detrás de otros porque sí, sin que aporten nada. Realmente la trama del secuestro es una excusa para explorar íntimamente al personaje de Lucía y su crecimiento. Pero ni siquiera esto me resultó atractivo, y el personaje de Lucía me pareció cansino y aburrido. No logré empatizar con ella en ningún momento.

Para colmo, el resto de personajes son incluso más insulsos. El elenco protagónico lo completan un octogenario llamado Félix y un veinteañero cuyo nombre es Adrián. Mientras que el segundo solo sirve para estar "muy bueno" y contar sueños raros, el primero se dedica a contar historietas. Cada pocas páginas se pone a contar a cachos la historia de su vida, y son capítulos tremendamente soporíferos y aburridos.

Aún así le perdono este traspiés a Rosa, porque me encanta como escribe y porque un mal día y un mal libro lo tiene cualquiera. Intentaré elegir mejor mi próxima lectura de ella para que vaya hacia arriba y no vuelva a bajar. ¿Alguna recomendación? Si le he dejado dos estrellas y no una, ha sido única y exclusivamente porque, aún sin interesarme la historia, esta señora escribe tan bien que había trozos que tenía que señalar.

Lucía espera por su marido Ramón en el aeropuerto para poder embarcar, este no aparece y decide seguir esperando, hasta que vuelve a casa enfurecida tras horas de espera. Después de unos días se da cuenta de que algo sucede con Ramón porque no vuelve a casa. Es ahí cuando comienza la búsqueda de su marido y entran en juego su vecino Félix y Adrián, un joven que la salvó de un mala circunstancia. Entre los tres intentan resolver el enigma de donde está Ramón.

Hace mucho tiempo que no leo a nadie con tanto estilo al narrar como Rosa Montero, a pesar de que este libro no me ha entusiasmado y quizás lo empecé a leer de la manera que no debía, el talento de Rosa para llenar de palabras las páginas es innegable. Su narración es atrayente y por mucho que la historia no me acababa de llenar, entre sus frases encontraba enseñanzas.

Quizás este libro no intente resolver el misterio que se presenta, quizás lo importante no es dónde está Ramón sino lo que Lucía vive por ser ya una mujer de cuarenta años. Cuando vas llegando al final te das cuenta que Ramón no es lo importante, Lucía experimenta un camino y un cambio hacia su libertad tan grande, que el misterio que rodea su vida deja de ser la trama principal para ser lo que ella está sintiendo como mujer mayor de 40 años.

Este libro no me entusiasmó, me di cuenta que el misterio me daba igual, pero al mismo tiempo Félix y Lucía me tenían atrapadas cada uno entre sus historias, y creo que ahí está el meollo del libro.

Lo recomendaría para llenarte por dentro de Rosa Montero porque de verdad, siendo la primera vez que leo a la autora, me he quedado maravillada de su manera de narrar.
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Cuenta la historia de Lucía y su marido, Ramón, que desaparece en el aeropuerto antes de coger un vuelo en Nochevieja. Lucía decide denunciar y emprender la búsqueda a su manera, acompañada de Félix y Adrián, dos personajes bien diferentes. Acostumbrada a leer a Montero en ensayo o no ficción, se le reconoce igualmente enseguida por la forma de expresarse (que tanto me gusta).

Tiene sus giros, sus flashbacks y su plot twist incluido, y a pesar de ser un estilo muy narrativo y descriptivo consigue un ritmo muy cinematográfico. Esto me hacía pensar en su posible adaptación a la gran pantalla y ya tenía mi casting mentalmente decidido pero he visto que ya tiene su película en el 2003.

Podría encajarse dentro de novela policiaca, pero es una novela de Rosa Montero. Me encanta como a pesar del género que se le ponga por delante, la autora sea capaz de dejar su sello y reconocerla con sus palabras y reflexiones.

Una gran novela con una trama impecable y que conlleva reflexiones que me llegaron al alma.
La historia de Lucia Romero una cuarentona que se aburre tras 10 años de matrimonio y que descubre que el marido es un ruín personaje al mismo tiempo que descubre que sus padres son seres de carne y hueso que vivieron pasiones y pesares, lo que la hace crecer y comenzar una nueva vida con más fuerzas.

En un principio el título de esta novela, “La hija del caníbal” no se me antojaba nada sugerente, ni el hecho de que se etiquetara como novela negra, cuando no es una novela negra al uso, desde luego. Como siempre, esa no es más que una etiqueta comercial.
Que Lucía Romero, la protagonista, se encuentre ante el aparentemente extraño suceso de que han secuestrado a su marido, con el que lleva conviviendo unos diez años, no es más que una anécdota de la que se sirve la autora madrileña Rosa Montero para desarrollar toda una trama donde en realidad importa más lo que ocurre por dentro que por fuera. Porque Lucía Romero es una mujer cargada de inseguridades que, pasada la frontera de los cuarenta, está viviendo una crisis existencial, emocional y profesional que se ve alterada repentinamente por la inmersión en el misterio del que hasta entonces había sido su compañero de vida. Un misterio que la conducirá a...

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Cuenta la historia de Lucía, cuarentona y cercana a la crisis de la mediana edad. Decide iniciar un viaje con su marido Ramón quién, después de entrar al baño en el aeropuerto, desaparece sin dejar rastros. Lucia cree en la posibilidad de un secuestro y es el viaje que emprende para conocer la verdad, junto al viejo anarquista Félix y al joven Adrián, lo que desarrolla la narrativa.

La novela es contada por diferentes voces: la de Lucía, la protagonista, relatando los sucesos presentes; la de Félix, relatando los eventos del pasado; y un narrador omnisciente, que narra los obstáculos a los que se enfrentan los tres para conocer el paradero de Ramón.

Es Félix el personaje más interesante de la trama (desde mi punto de vista). Sus aventuras con Durruti (actual personaje histórico) y sus peripecias idealistas nos llevan a un pasado lleno de emoción, ideales y sentimientos. También conocemos su sufrimiento a causa de un amor no correspondido con una estrella del cine/teatro español. Es Félix un ser quijotesco, persiguiendo sus molinos de viento en un tiempo en que la Historia no daba tregua.

La voz de Lucía es clara, inquieta, llena de dudas sobre si misma, su matrimonio con Ramón, sus sentimientos hacia Adrián, sus decisiones tomadas y las que deberá tomar cuando la trama la acerque a seres corruptos y sin escrúpulos. La relación con su padre, la que arrastra desde niña, un amor-odio que la acompleja y la limita; una situación que debe enfrentar y resolver para crecer como persona.

Hubo momentos en los que me costaba seguir con historia, pero creo que no me decepciono. Te deja bastantes reflexiones y en si quieres saber que es lo que pasa con el secuestro. Aunque creo que es el libro que menos me ha gustado de Rosa Montero de los que eh leído.