(a la gorda se le muere su mascota, la rata blanca) y uno de los amigos le hace un epitafio con puros dichos:
"Por tanto cuchillo de palo en casa de herreros, por tanto pan quemado en puertas de hornos, por tanta boca abierta tragando moscas, por tanto ladrido sin llegar a mordisco, por tanto hábito no haciendo monjes, por tanta culpa echada al empedrado, por tanto pez muerto por la boca, por tanta paja en el ojo ajeno- y tan poca viga en el ojo propio- por todo ésto, y por tantas otras astillas de tales palos...
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