Una larga lealtad

Lealtad es la primera palabra que acude a ti desde el principio del libro, gratitud , alegría y tristeza , valor y añoranza también.
relatos , artículos sobre filósofos amigos y desconocidos que forman una lectura ( quizás pomposa y lenta alguna vez ) que nos lleva a grandes figuras y resume en pocas palabras virtudes laborales y humanas .

Un detalle quizás es la poca paridad , dos mujeres de 42 nombres. pero entiendo que es un libro quizás de los más personales que he leido y esa es su experiencia, limitada quizás para otras pero plena para el autor.
Detalles , el poder sobre la escritura el pensamiento y la filosofía, sobre todo lo que alguien puede enseñarnos y lo que agradecemos a esas personas vivas o muertas que escriban y relaten todo aquello que con gran sabiduría nos trasmiten hoy en día a todos.
No es un libro apto para todos los públicos, es lento , es para leer poco , digerir , anotar y retomar , cuando quieras , sin prisa .

Es un libro para releer , marcar. manosear y señalar.
Un clásico? El tiempo lo dirá.

Dice el refrán popular que es de bien nacidos ser agradecidos, y con ese gesto de gratitud en la memoria, nos hemos de aproximar a este número 432 de la colección el Acantilado. Una larga lealtad es una obra formada por una recopilación de agradecimientos en forma de artículos, seleccionados por Francisco Rico de entre sus muchas publicaciones.

Asegura el autor, en la introducción a este homenaje hacia quien él considera sus maestros y amigos, (autores, filólogos a fines a estos), que en la selección, además, ha tenido en cuenta el perfil humano de los homenajeados.

La selección reúne artículos escritos a lo largo de más de cinco décadas (años 1964 – 2020) presentados de forma cronológica, y al ser una selección personal no admite crítica posible acerca del porqué selecciona estos artículos y no otros, pues cada uno elige a sus propios amigos y decide a quién considera sus maestros. Por dicho motivo entre sus páginas solo se hallarán apreciaciones positivas hacia ellos.

Entre los homenajeados figuran Ramón Menéndez Pidal, Dámaso Alonso, Martín de Riquer, Mario Vargas Llosa, Roberto Calasso, Claudio Guillén, Fernando Lázaro Carreter, María Rosa Lida, Darío Villanueva y otros treinta y tres.

Llama la atención la disparidad entre los artículos, aspecto normal en escritos publicados a lo largo de un periodo tan amplio. También se observa una mayor o menor exigencia cultural en función del público al que están destinados, dado que proceden de distintas publicaciones entre las que se encuentran seminarios, actas de coloquios, reseñas de libros, prólogos, una carta personal, y publicaciones en revistas, periódicos y anuarios. Otro aspecto interesante de la obra es la observación de la evolución positiva del autor desde sus 22 hasta sus cerca de 80 años.

Como curiosidad dentro de esta obra, y con gran acierto del autor, en el capítulo dedicado a Yakov Malkiel, Francisco Rico publica una autobiografía que el poeta le escribió de forma privada, y que de manera generosa hace pública en su integridad, ya que como bien dice: sería tan imperdonable no hacerla pública, como parafrasear o podar.

Posiblemente esperaba otra cosa de este libro. Se trata de una compilación de "artículos" que Francisco Rico escribe sobre varios personajes clave de la filología y lingüística, principalmente.
Quizás una parte de mí se sienta molesta por la poca presencia de figuras femeninas, que sin duda también están presentes en esa área del conocimiento... dos de cuarenta y dos homenajes: María Rosa Lida e Inés Fernández-Ordóñez. Muy desigualado, ¿no? Admito que eso ya es manía mía, si hay que calificarlo de algún modo.
Sin embargo, confieso que algunos textos me parecieron interesantes. Pienso aquí en las palabras que tiene hacia Eduard Valentí, Marcel Bataillon, Dámaso Alonso, Gianfranco Contini, Vargas Llosa, Claudio Guillén, Darío Villanueva... figuras que han acompañado mis tiempos de estudiante.
Y hablando de palabras, me ha parecido que el estilo grandilocuente se hacía demasiado forzado. ¿Acaso las oraciones complejas y enrevesadas y el léxico menos usual hacen de uno un gran literato? Creo que lo que hace, es alejar el conocimiento de su primera intención: llegar a todos de una manera agradable.

Con todo, no quedó ciega ante el mérito de todos esos años de codearse con gente interesante y ampliar sus propios conocimientos.

En fin, una lectura demasiado seriapaea esta etapa de mi vida y con poca gracia a mi entender. Podría darle otra oportunidad en unos años, ¿quién sabe?