Perros salvajes

Ian Rankin es uno de los mejores autores policiales contemporáneos, y por fin he tenido oportunidad de leer una de sus novelas, sabedor, de antemano, de que me iba a gustar.
Y Perros Salvajes no sólo no me defraudó, sino que también superó mis expectativas.
Bien narrada, con una pluma ágil, y con una muy buena caracterización de personajes y situaciones, nos encontramos con una trama donde se entrecruzan varias historias:
Mientras la llegada de un gangster a la ciudad motiva la creación de un grupo de seguimiento por parte de la policía, el asesinato de un conocido letrado, ya retirado, amenaza con no ser un simple caso de robo y asesinato, ya que se encuentra en su billetera una nota amenazante.
Cuando el jefe mafioso Cafferty sale ileso de un ataque, previa recepción de la misma amenaza, Rebus, recientemente jubilado, vuelve a la acción para investigar de que se trata.
Internas policíacas, guerras entre grupos mafiosos, una especie de juego de ajedrez en el que cada personaje va moviendo sus piezas; antiguas y nuevas deudas que saldar, crímenes y atrocidades del pasado, venganzas y muertes, coexisten con extrañas alianzas de viejos enemigos - como Rebus y Cafferty -que, sin embargo se respetan, y que comparten ese sentimiento de sentirse fuera de lugar en un mundo que ya no es el de ellos, donde otros, más jóvenes, comienzan a ocupar su lugar.
También, como fondo, se deja entrever la conflictiva relación entre padres e hijos, además de una visión cínica sobre la burocracia y la lucha por el poder dentro de la policía, y sobre la corrupción y la impunidad de los ricos y poderosos; dando todo esto por resultado, una novela entretenida, atrapante y altamente recomendable.
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