La Perra

A través de la relación entre Damaris y su perra nos sumergimos a un pequeño pueblo costero de Colombia entre la selva y el mar. Un lugar donde se respira la desesperanza, el fracaso, la miseria, la pobreza, la violencia. Uno de los tantos pueblos latinoamericanos donde no llegó la tecnología, los avances, la modernidad y mucho menos la prosperidad.

Damaris al no poder tener hijos, descarga su necesidad de dar amor maternal en una perra, antes de esto intentó todo… todo lo que se puede en un pueblo como este: brebajes, rezos, hacer esto, no hacer lo otro. Ya no valía la pena intentar. La frustración, el dolor, la envidia, gritar para adentro cada que ve una mujer embarazada. Solo le queda la vida monótona, su matrimonio monótono y su perra.

La selva, otro personaje, la cual está más viva de lo que parece, atrae, desaparece, devora, mata o regresa a quien ingresa en ella según su capricho.

Damaris, que resignada a las tempestades externas e internas, se siente seca, vacía. En este denso ambiente, ve las promesa de una felicidad truncada, inalcanzable.

Es un lugar ficticio pero no del todo inventado, ya que la autora vivió durante nueve años en esa selva, en una casa construida con sus propias manos sobre un acantilado.

Primera lectura 22 de junio 2020
La literatura Colombiana a veces tiene la capacidad de presentarte un escritor que con una historia sencilla pueda lograr que aquellos temas cotidianos olvidados se conviertan en diálogos necesarios, así fue con "La perra" de Pilar Quintana.

En sus cortas 108 páginas Dámaris y su perra hacen que se te revuelva el corazón y la entrañas, te cuentan su historia de vida, la vida de muchas mujeres Colombianas, de nuestras mujeres colombianas, aquellas que han sido olvidadas o en su defecto son cubiertas con el velo de la indiferencia bajo la premisa que no me toca, que son otras, que no es mi familia, que no es mi vecina, que no soy yo, pero son estas preciosas mujeres las que llevan tatuadas en el alma una tradición perenne basada en costumbres arcaicas que a veces nos presentan como cultura, cuando al final, son solo la huella de una sociedad patriarcal, que más que invisibilizar a la mujer, le teme, porque sabe que ese ser que es la inspiración de poetas, pintores, novelistas y músicos, es también el ser que al final se convierte en su madre, en su esposa, en su hermana, en su amiga, en su hija, pues por más que se sumerja en un río de testosterona siempre tendrá un mano llena de feminino a su lado, caminando junto a él, no es una codependencia, no es una superioridad, no es una relación de oprimido y opresor, es una fraternidad concensuada a la que muchos tienen miedo, al final, sin una razón clara.

Vuelvo a traerles otra lectura de Pilar Quintana a la que he seguido leyendo después de descubrirla con Los abismos

En esta ocasión conocemos de primera mano a Dámaris, una mujer negra que vive entre una selva y un acantilado, cuidando de la casa de unos señores ricos que tras una desgracia se marchan del lugar.
En esta historia podemos experimentar todos los sentimientos y anhelos que va teniendo Dámaris a lo largo de su vida, ya que siempre ha cargado con culpa, frustración, resentimiento y un fuerte instinto maternal que nunca ha podido satisfacer.

Cuando una vecina le ofrece una cachorra que queda desamparada, ella la acoge y la protege como si de una hija propia se tratase, aunque su marido piense que no es buena idea. El hilo principal es la relación que va forjando con la perra, pero también la autora nos hace partícipes de la relación que tiene Dámaris con su marido y como la infertilidad va haciendo mella en el matrimonio y también como se desenvuelve en su vida cotidiana y sus quehaceres.

El entorno en el que viven también tiene un fuerte protagonismo a la largo del libro, sintiendo que tanto la selva como el acantilado están perfectamente integrados en el relato.
El final me ha parecido bastante sorprendente, aunque para nada discordante con lo relatado anteriormente. A fin de cuentas este es un libro que nos muestra la parte más dura e infeliz de la vida.

Pilar Quintana describe en esta historia del Pacífico colombiano la relación entre Damaris y la perra que adopta. En Chirli(la perra) Damaris encuentra el amor materanal reprimido por tantos años; a pesar de esta nueva compañia la persiguen culpas,miedos, violencia y frustraciones latentes que evolucionan en la historia.

Pilar hace una narración maravillosa del ambiente caluroso rodeado del mar y la selva,la cotidianidad en una zona rodeada de naturaleza. La perra refleja lo que Damaris no pudo ser o tener, las ilusiones del pasado, el cariño faltante, pero también el desapego a aquello que la atormenta.

Una novela para leer en una sentada que nos lleva a una montaña de emociones y sinsabores.

Todo paraíso tiene su infierno, ese lugar exuberante de imágenes idílicas y mágicas que es para el turista el pacifico colombiano, está plagado de lugares salvaje y oscuros cuyo misticismo embruja al viajero, pero termina por poseer al habitante constante de sus selvas, convirtiendo sus espíritus en espejismos de calma, pero en el fondo llenándolos de la fuerza devastadora del mar.
Así, en La perra, la autora nos sumerge en una historia que tristemente no es única, si no que se repite a diario en un eterno bucle, con un lenguaje sencillo y con una medida descriptiva precisa nos adentramos en el dolor de vivir de una mujer, en el desconsuelo que genera la imposibilidad del cumplimiento de los sueños personales, en el caso de Damaris, el de ser madre, impuesto o no por unas enraizadas creencias sociales, que la llevan restarle valor a su vida y marchitar otras virtudes.
La perra, es una historia de violencia, no solo por la crueldad explicita descrita en algunos actos de sus protagonistas, también nos muestra lo violento de aquellos actos tan cotidianos en la realidad de nuestro país, el abandono de los hijos por el deseo de buscarles un mejor futuro, el olvido y precariedad del territorio más turístico, la tergiversación de los sentimientos en la búsqueda de la compañía, aunque no resulte grata ni constructiva.
El dolor de la mujer violentada en cientos de formas que nos muestra la historia es sobrecogedor para el lector y para su protagonista, tanto, que termina está sumida en esa misma violencia cruda, resguardada en lo oscuro de su entorno para no enfrentar el odio a sus propios sueños.

La perra es una novela corta que cuenta la vida de Damaris, una mujer que vive con su esposo Rogelio en un pueblo cercano a Buenaventura. La historia se adentra en la vida de Damaris, su niñez, su familia, su matrimonio y la vida con su esposo. Como elemento orientador de la historia, se presenta a la perra, una mascota que adopta Damaris, porque quería tener un perro para ella sola, no uno que tuviera que compartir con su marido.

Con la llegada de la perra, Damaris comienza a recordar coas del pasado, a ilusionarse con ese nuevo animal al que puede ver crecer y darle amor. Damaris decide llamar a la perra “Shirly” o “Chirly”, nombre que le quería poner a su primera hija, pero que a lo largo del libro nos damos cuenta que Damaris nunca pudo quedar embarazada y sus deseos de tener hijos se convirtieron en una utopía.
A partir de ahí, la historia de Damaris y su perra comienza a desarrollarse en acciones que van generando el ambiente del libro y que nos permiten conocer más a Damaris y la condición humana.

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