Gritó con voz furiosa, neutra, dulce, suplicante sin ningún resultado hasta que todo se quedó en calma y ya no se oyeron más ladridos ni nada. Frente a ella solo quedó la selva, tranquila como una bestia que acabara de tragarse a su presa.
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Gritó con voz furiosa, neutra, dulce, suplicante sin ningún resultado hasta que todo se quedó en calma y ya no se oyeron más ladridos ni nada. Frente a ella solo quedó la selva, tranquila como una bestia que acabara de tragarse a su presa.
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"A Damaris la cubrió la tristeza y todo -levantarse de la cama, preparar la comida, masticar los alimentos- le costaba un trabajo enorme. Sentía que la vida era como una caleta y que a ella le había costado atrevasarla caminando con los pies enterrados en el barro y el agua hasta la cintura, sola, completamente sola, en un cuerpo que no le daba hijos y solo servia para romper cosas".
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“Sentía que la vida era como la caleta y que a ella le había tocado atravesarla caminando con los pies enterrados en el barro y el agua hasta la cintura, sola, completamente sola, en un cuerpo que no le daba hijos y solo servía para romper cosas”
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Durante el día Damaris llevaba a la perra metida en el brasier, entre sus tetas blandas y generosas, para mantenerla calentica. Por las noches la dejaba en la caja de cartón que le había regalado don Jaime, con una botella de agua caliente y la camiseta que había usado ese día para que no extrañara su olor.
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─ ¡Chite, perra mala! ─ le dijo cuando esta se levantó para saludar.
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¿Cuál es el nombre completo de la protagonista femenina en "Una corte de rosas y espinas"?