Primero llegó el escándalo

Ya hemos llegado al final de la serie de Los Rokesby, que se dice pronto, pero son muchas sensaciones que procesar. El turno final es de Nicholas, el pequeño de los Rokesby, junto al que viviremos una historia de amor muy bonita.

La verdad es que he disfrutado mucho de este libro. Lo que más me ha gustado ha sido la crítica de la autora hacia la situación de la mujer en aquella época. Julia Quinn refleja cómo a las mujeres no se les permitiera estudiar, que no podían alquilar una casa sin el visto bueno de su marido, no se les tomaba en serio y las trataban como si fueran cocos vacíos. Ya la autora ha hecho esta crítica a través de otros personajes creados por ella, como son Eloise, Billie, Poppy y Hyacinth Bridgerton, pero creo que en este libro el tono crítico adquiere más fuerza, se hace más palpable, y también implica más en ella a los hombres y sus creencias y comportamientos ante la situación expuesta. En este caso, lo analizamos en las reacciones y comportamientos de Nicholas.
Nicholas es un personaje que me ha gustado porque no juzga y porque deja ser a Georgiana se quién es, libre, la considera capaz y la tiene en cuenta para todo, valora su opinión y su persona. Siempre es un apoyo y un impulso. Además, me gusta que no cumpla con el estereotipo de ligón que se las lleva a todas, sino que es un hombre con poca experiencia con las mujeres. Eso da un toque original y más humano, ya que en este tipo de novelas estamos acostumbrados a ver al donjuán de turno que es un amante perfecto y está como un tren, por lo que se agradece ver a un hombre más de carne y hueso, con falta de experiencia y sus inseguridades. Me ha gustado también conocer mejor a Georgiana, en el primer libro de la saga parecía una chica muy tímida, débil y algo repipi, pero en este la vemos madura, curiosa y con carácter. Se ha notado que con el paso de los años el personaje evoluciona y forja un carácter muy interesante.

También he de decir que el libro tiene momentos que me han hecho reír bastante, como el momento de Oaks en el árbol y lo que vino después, la ocurrencia de romper brazos para después curarlos, el maullido del gato en el carruaje y la solución que busca Georgie, etc. Una vez más, la autora nos brinda diálogos ingeniosos y dinámicos, por lo que se disfruta de cada conversación. Por supuesto, también me gusta que se hable de la medicina, me ha parecido interesante y me ha gustado ver la vocación que tiene Nicholas en ese aspecto.


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La verdad es que debería ser delito leer la sinopsis de esta novela (en mi caso de hecho la he acortado y mucho), ya que se revela todo el meollo de esta novela romántica, cuarta y última entrega de la saga de los Rokesby. En ella se nos cuenta la historia de Nicholas, por cierto, desde su perspectiva en un inicio, y de Gerogie, una voz claramente secundaria. Por una serie de incidentes, la honre de ella se ve tocada y la única salida es el matrimonio, el con quién, tendremos que leerlo, aunque, como es de esperar, nuestro Rokesby andará en el asunto.
Y como es obvio, sí, la historia de romance será entre estas dos familias, aunque en este caso de manera muy particular, ya que la narración se centrará en el conocerse y autoconocerse de ambos personajes. Una historia sencillita, con toques de humor y con algo de cariño de por medio.
El final de otra saga
La verdad es que si esperamos que, por ser el último libro, vamos a encontrar algo diferente, estamos equivocados. Quizá sea la historia más sencillita y con menos emoción de toda la serie. Sin embargo, creo que funciona.
Es verdad que quizá se nos queda corta después de la vida pirata, la americana y la animosidad de otras protagonistas, pero a veces lo sencillo es lo efectivo. La historia nos invita a leerla, a acompañar a los personajes y a sonreírnos con sus ocurrencias, que son de lo más humanas que vamos a encontrar. Creo que es una narración idónea para desconectar, decir adiós a la particular familia Rokesby (no saben estarse quietos, que si uno es un pirata, otro pelea en la guerra de independencia, otro médico…).
Otra vez Quinn
Lo bueno que ha tenido leer esta saga, aparte de descubrir a algunos personajes muy entrañables, como el propio Nicholas de este libro o Poppy del anterior, es que me he reconciliado un poco con la autora. Después de la saga de los Bridgerton, pensaba que solo podía escribir el mismo tipo de novelas, ahora veo que puede salir por otros lados.
Esto no quiere decir que, de repente, estemos en otro género, pero sí que es verdad que inventa nuevas situaciones y consigue que incluso lo cotidiano, es decir, lo de casa y el día a día, no solo los bailes y los chismes, tenga interés. El estilo de la autora, hemos de reconocerlo se sigue muy bien y sus diálogos siempre tienen esa chispa.
La verdad es que sin ser la gran cosa, os la recomiendo porque es una obra sencilla, que nos invita a desconectar y a dejarnos llevar por los inconvenientes de la cotidianidad de la regencia. Espero que si la leéis, os guste.

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Ella tenía dos opciones… Georgiana Bridgerton no está en contra de la idea del matrimonio. Simplemente pensaba que, cuando llegara el momento, podría decidir. Pero con su reputación pendiendo de un hilo tras haber sido secuestrada, Georgie solo tiene dos opciones: quedarse soltera para siempre o casarse con el canalla que le ha arruinado la vida. Pero entra en juego una tercera opción. Nicholas Rokesby, cuarto hijo de un conde, está preparado para labrarse su propio camino. Vive en Edimburgo, donde está a punto de acabar sus estudios de medicina, y no tiene ni tiempo ni interés por encontrar esposa. Pero cuando descubre que Georgie Bridgerton, su vecina de toda la vida, se enfrenta a un futuro incierto, sabe lo que tiene que hacer. Un matrimonio de conveniencia Quizás no ha sido la proposición matrimonial más romántica del mundo, pero Nicholas nunca pensó que ella diría que no. Georgie no quiere que nadie se sacrifique por ella, y además, ellos dos nunca pensaron el uno en el otro como nada más que amigos de la infancia… ¿o sí? Pero mientras se embarcan en un cortejo poco convencional, descubren un nuevo giro de su lejana relación. Primero llegó el escándalo, luego el matrimonio, pero después… después llegó el amor.

Ha sido una historia bonita y entretenida aunque la trama me ha parecido algo sosa, no me ha emocionado en ningún momento, y los personajes me han caído muy bien pero nada más, no me parecen memorables. Como siempre digo, me encanta leer cualquier cosa de esta autora porque me hace feliz y seguiré haciéndolo, pero creo que este libro lo voy a olvidar muy pronto.
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Estar soltera a los veintiséis años no convertía a Georgiana Bridgerton en una persona propensa a caer en la labia de cualquier hombre, sólo para adquirir un respetable estado de casada. Con una familia cuyos matrimonios se basaron en el amor, no en las conexiones o intereses familiares, está decidida a no aceptar menos que eso.

Pero un pretendiente insistente, que no acepta un “no” por respuesta, tiene la desafortunada idea de secuestrarla para obligarla a contraer matrimonio. Por supuesto, Georgie no necesita un caballero de brillante armadura para deshacerse de su secuestrador, lo soluciona con sus propias manos. Pero, desafortunadamente, la sociedad está dispuesta a juzgarla y, con su reputación arruinada, tal vez realmente necesite un caballero que la rescate …

Centrado en su curso de medicina, el único objetivo de Nicholas Rokesby es completar sus estudios y seguir una carrera médica. La idea del matrimonio ni siquiera se le pasa por la cabeza. Pero cuando es convocado por su padre, quien le ordena que se case con su ahijada, Georgiana Bridgerton, para salvar su reputación, Nicholas obviamente se encuentra en una lucha interna. Después de todo, es Georgie, su amiga de la infancia, a quien nunca dirigió la más mínima mirada de interés.

Sin embargo, parece que Nicholas debería haber mirado más de cerca a Georgie, por lo que habría descubierto, antes, cuán ingeniosa, inteligente, con intereses inusuales (¿qué chica de su época estaría interesada en huesos rotos y fracturas expuestas?) y extremadamente orgullosa, hasta el punto de no aceptar un matrimonio con un amigo de la infancia solo para callar la sociedad.

Pero poco a poco, Georgiana se da cuenta de que casarse con Nicholas no sería tan mala idea. ¿Con qué otro hombre tendría conversaciones tan divertidas y mostraría interés en las cosas que despiertan su curiosidad? Es más, su amigo de la infancia se está volviendo cada vez más atractivo para ella, y llega a darse cuenta de que su matrimonio no se basaría únicamente en la mera conveniencia, sino en intereses motivados por sentimientos más profundos.

Hay historias tan ligeras, que cuando te das cuenta ya se ha acabado, Este libro ha sido uno de esos casos, una lectura agradable y atrapante.

Me gustó mucho la forma en que se desarrolló la historia: dos amigos que nunca se vieron románticamente, pero que terminan descubriéndose, lenta y gradualmente, y los pequeños descubrimientos despiertan sentimientos que son felizmente explorados por ambos.

En una narrativa divertida, Julia Quinn nos presenta un personaje astuto y muy perceptivo que claramente no encaja con su época. Lo vemos en su interés por la Medicina y en la imposibilidad de cursar el curso, y al insertarlo en la historia, la autora destaca el papel de la mujer en un momento determinado y su evolución.

La historia es un poco diferente a lo que estamos acostumbrados a leer a Julia Quinn, pero de ninguna manera provoca una extrañeza que lleve al lector a que no le guste la historia, ya que contiene esos elementos precisos que realzan una buena historia: diálogos inteligentes, personajes secundarios que se ajustan a la historia, una narrativa dinámica, sin mencionar la apariencia de los personajes que amamos. Me encantó la aparición de Edmund y Violet junto con los niños Anthony, Benedict y Colin.

A pesar de haber esperado un epílogo más largo y completo, creo que este libro es el broche de oro para cerrar la serie Los Rokesbys.
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