-Bueno, supongo que si pudiera dominarte, no valdría la pena casarme contigo.
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-Bueno, supongo que si pudiera dominarte, no valdría la pena casarme contigo.
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Eso lo encontraba un enigma horrorosamente injusto. Los hombres quienen castas e intactas a sus mujeres y luego se burlan de su falta de experiencia. |
Te pido que te cases conmigo porque te amo, porque no puedo imaginarme la vida sin ti. Deseo ver tu cara porla mañana, por la noche y cien veces entre medio. Deseo envejecer contigo, deseo reír contigo y deseo suspirar ante mis amigos quejándome de lo mandona que eres, sabiendo secretamente que soy el hombre más afortunado de la ciudad
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Hay ciertas cosas que un hombre tiene que hacer como un caballero.
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¿Hyacinth Bridgerton? ¿No para casarte con ella, supongo? Tendrías que estar loco.
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No sabía muy bien cuando ocurrió. No ocurrió como su decisión de casarse con él, que fue repentina y clara, instantánea. El amor, ese amor, se le había ido insinuando sigiloso, poco a poco, adquiriendo impulso, hasta que un día estaba ahí.
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—No sé cómo lo haces, Hyacinth, pero por irritante que seas, siempre te las arreglas para ser encantadora.
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Y de repente Gareth se enteró de que algunas cosas llegan como un relámpago; y que hay ciertas cosas que uno simplemente las sabe si ser capaz de explicarlas. Porque mientras la miraba, lo único que podía pensar era «no». No. Sería bastante fácil amar a Hyacinth Bridgerton. |
Y entonces Hyacinth se enteró de que ciertas cosas llegan como un relámpago, y que algunas simplemente se saben sin tener la capacidad para explicarlas. Porque en ese momento supo que se casaría con ese hombre. Era el candidato ideal. |
Pero uno solo tiene una vida y, Dios mediante, un solo marido. Y qué agradable es que a uno realmente le caiga bien el hombre con el que se compromete de por vida.
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¿Cuál es el título nobiliario de Anthony?