Las modernas

Antes que nada quería dar las gracias a Edición Anticipada por facilitarnos el ejemplar para hacer la reseña.

Este libro me ha dejado un poco dividida. Cuando leí la sinopsis de primeras pensé que era un libro que me daría mucho que pensar por el tema del que habla. Las primeras mujeres que asistían a la universidad. Obviamente no son las primeras primeras, porque la Residencia de Señoritas está fundada y dirigida por mujeres que como ellas quisieron perseguir su sueño de tener una educación en lugar de quedarse en casa y casarse. Creo que es algo fascinante. Por eso me esperaba una trama más fuerte, más valiente, por decirlo de alguna manera. Creía que habría más acción, y por acción me refiero a ver la adaptación de estas chicas a un entorno que desconocen y que quiere dificultarles cada paso.

Y sí, tienen varias dificultades. Adaptarse no es fácil. Varios profesores ven a estas chicas inferiores y se encargan de ponerles las cosas tan difíciles como para que crean que no valen para estar en ese entorno y decidan abandonar los estudios. Además, la protagonista, Catalina, se encuentra con muchas situaciones nuevas que le abren los ojos antes todas las situaciones e injusticias que se viven fuera de la parcela en la que se crio. Me gusta ese desarrollo que tiene, las ganas de aprender, de involucrarse y ayudar a todos.

Pero más que esa trama de conflicto por los estudios he visto mucha trama romántica. No estoy en contra ni mucho menos, me encantan las historias de amor. Pero sí siento que ha eclipsado demasiado lo que podría haber sido una historia que diera la importancia que se merece al ingreso de las mujeres en el mundo universitario.

Además la familia de Catalina me sacaba de quicio, sobre todo al final. Entiendo que es la época y que el hecho de que estas chicas estudiaran en la universidad era una minoría. Pero si Catalina está centrada en estudiar, me parecería que lo lógico es seguir adelante. Obviamente no voy a hacer spoiler sobre lo que pasa, pero el final me ha dejado super fría y confusa. No sé si está hecho con la idea de que se te quede la incógnita, pero me parece un poco rebuscado y forzado.

En general me parece que el libro tiene un enfoque muy interesante y que trata dos temas que había que reflejan muy bien a las mujeres de la época, sobre todo las que decidían estudiar. Pero la ejecución y el desenlace me han parecido un poco anticlimáticos y me han dejado un poco fría cuando podría haber disfrutado muchísimo con esta historia.

-Ali
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“Las modernas” es la primera novela escrita por la periodista Ruth Prada. Plaza & Janés la ha editado en tapa blanda con una preciosa portada que evoca perfectamente la época en la que transcurre la novela, los años veinte.
Ruth Prada ha dado voz a las mujeres de finales de los años veinte del pasado siglo, cuando la finalidad de toda mujer era casarse, con un buen partido a poder ser, tener hijos y llevar su casa. Nos presenta a un puñado de personajes, los que más protagonismo tienen son los femeninos y nos cuenta una historia de superación, valores, bondad y empatía.
Me encantan las novelas que cuentan historias de España en esos años, en casi todas la protagonista principal ha sido una mujer de clase social baja y que pasa por multitud de penalidades. “Las modernas” creo que es la primera que leo en la que la protagonista es una chica de familia acomodada, y su historia es preciosa. Catalina lo que quiere es estudiar, en una España en la que la universidad era terreno para el hombre.
La autora ha colocado a la protagonista en un entorno real, la Residencia de Señoritas en Madrid, y entre mezcla a personajes ficticios con reales como pueden ser Elena Fortún, María Zambrano, Josefina Carabias o María de Maeztu, siendo ésta última la directora de la Residencia.
Con la narración de Ruth Prada es fácil impregnarse del ambiente de esos años veinte. Veremos un Madrid que ya es historia, sus calles, su universidad e incluso sus gentes.
Hablando de sus gentes, la autora ha sabido darles vida conforme a las costumbres y normas de la sociedad de la época. Hay detalles que hoy en día podría parecernos totalmente anticuados, como por ejemplo, una vez que la mujer se casara, le debía total obediencia al marido, limitando así su libertad. Esas mujeres que vivieron en aquella época y fueron valientes son las que nos abrieron paso a las generaciones actuales, por ellas disfrutamos de los derechos que tenemos hoy en día las mujeres. Por ello, “Las modernas” sería un buen regalo para una chica joven. Con su lectura creo que apreciará más aún a esas mujeres, y a la vida que tenemos hoy en día.
Está narrada en tercera persona, lo que le da a la historia un encanto especial, ya que como lectores nos situamos en todo momento como espectadores.
El amor juega un papel muy importante en la historia, también lo juega el sistema político de la época, dando paso a una intriga que le da un punto de intriga a la novela.
Ruth Prada resalta entre otros temas la importancia de la amistad. Catalina tiene la gran suerte de rodearse de buenas amigas e incluso de un gran amigo. Incluso la amistad se ve diferente un siglo después. La autora ha creado una subtrama preciosa con este ingrediente.
Por decir un punto quizá no tan positivo, he de decir que según se acercaba el final de la historia, veía que me faltaba algo y es que he echado en falta un epílogo donde veamos a nuestra protagonista equis años después. Hubiera sido muy bonito saber de ella, aunque la autora nos da los datos y sepamos qué fue de ella, me gustaría haber leído esos detalles.
En resumen, “Las modernas” es una bonita historia de superación en una España donde la mujer no tenía ni voz ni voto, una historia de amor, de amistad y de humanidad que me ha gustado mucho. Muy recomendable.

Gracias a Edición Anticipada, he podido disfrutar de su lectura días antes de que saliera a la venta.

Con una prosa cuidada y elaborada, la autora nos transporta a través de "Las modernas" al mundo de las primeras universitarias españolas, dando inicio en el primer capítulo al Madrid de finales de los años 20.

Narrativa en tercera persona atrayente con títulos sugerentes a cada inicio de capítulo, que te atrapa desde el comienzo a través de sus personajes porque, además de una trama muy bien lograda en la que nos imaginamos dentro de la época gracias a su veracidad y excelente documentación, esta es una historia de personajes muy especiales y entrañables. 

Da pena terminarla, de verdad, una vez te adentras en sus vidas y en la época, admiras lo mucho que las mujeres lucharon para conseguir lo que hoy en día y desde hace años nos parece algo tan sencillo como el acceso a la educación. Las mujeres tenían que elegir entre el matrimonio y su vocación profesional, algo que tampoco nos es tan ajeno, al resultar complicado la conciliación familiar en según qué trabajos, pero en 1929, difícilmente ambas facetas eran compatibles. 

Es, tal y como indica su descripción, un apasionante desafío de una valerosa mujer en el mundo de las primeras universitarias españolas. Sí, efectivamente, es una historia apasionante, no tan lejana en el tiempo aunque nos lo parezca, en la que la autora logra que empatices con las mujeres de la época y, especialmente, con Catalina, nuestra protagonista, que es quien viaja a Madrid para estudiar Farmacia contra los deseos de su madre, instalándose en la Residencia de Señoritas, fundada en 1915. Catalina entraré en contacto con iconos feministas como María de Maeztu y Elena Fortún. La evolución de nuestra protagonista es sublime; en las páginas finales, no es la misma que conocemos al principio. Vemos cómo pasa de ser una adolescente inocente a una mujer con las ideas muy claras, además de destacar el triángulo amoroso que la traerá de cabeza con dos chicos que representan mundos totalmente opuestos. 

Lectura muy recomendable, entretenida e imprescindible si te interesa la temática. 

Esta novela ambientada en la España de finales de la década de 1920 nos pone en la piel de las primeras mujeres universitarias y el funcionamiento de la Residencia de Señoritas de María de Maeztu, el equivalente a la masculina Residencia de Estudiantes.
Desde las primeras páginas, Ruth Prada, la autora, nos dibuja la mentalidad de la Sociedad española de la época respecto a las mujeres, considerándolas poco menos que condenadas a las labores domésticas y la incultura. Sin caer en el presentismo histórico que nos invade actualmente, se puede afirmar que en aquellos años eran o tenían comportamientos machistas según nuestros valores actuales.
Respecto a las universitarias, sufrían el acoso y el bullying de sus compañeros y el profesorado, aunque ellas demuestran que son más fuertes e inteligentes, así como descubrimos a muchas ilustres mujeres de la cultura española del siglo XX.
Durante su lectura se nos plantean una serie de cuestiones sobre la lucha que tuvieron que llevar a cabo unas mujeres, las cuales además de lidiar contra los prejuicios de la Sociedad de su tiempo, también tenían que demostrar que eran igual de válidas, o mejores, que sus compañeros de estudios universitarios. Pero por otro lado nos imbuye en el ambiente cultural tan adelantado de la Residencia de Señoritas. Y aunque parezca difícil de creer en nuestra época, la Sociedad las veía como futuras solteronas y mujeres desviadas de las convenciones sociales, aunque en realidad era todo lo contrario, pues también estaban interesadas en tener un buen matrimonio.
En otro orden de cosas, nos va llevando por el viaje que la protagonista, Catalina, hace desde sus creencias provincianas a otras más progresistas durante su estancia en Madrid. Así pasa de ser una remilgada señorita a la protectora de unos huérfanos y desvalidos niños. Valiendo esto como ejemplo para ver la evolución personal y mental de una persona cuando va adquiriendo conocimientos superiores, o simplemente conocimientos, pues se va haciendo más empática y transigente con otras creencias, culturas y afinidades políticas. A su vez, la novela nos relata la tremenda confrontación política que vivía el país, la cual derivó en la 2ª República española y la desastrosa Guerra Civil de 1936-1939.
Y hablando únicamente de la protagonista, tiene que elegir entre dos opciones que marcaran el resto de su vida, por un lado casarse con el hombre al que ama y estar bajo su yugo. Y por otro, seguir siendo libre y terminar sus estudios universitarios, que le hace tremendamente feliz. Esta decisión es la gran reflexión que nos proporciona la lectura de esta novela y nos permite observar cómo ha evolucionado la sociedad española en este siglo con respecto a los derechos de las mujeres.
Personalmente me ha parecido una lectura muy interesante y que está muy ambientada.

En "Las Modernas" acompañamos a Catalina Fernández de León, una de las primeras jóvenes que acude a Madrid para estudiar en la Universidad. Cronológicamente nos encontramos en la España de principios del siglo XX, concretamente a los últimos años de la dictadura de Miguel Primo de Rivera (finales años 20) con todos los contrastes sociales y económicos que ello supone.

Aunque es una novela de ficción histórica, no es nada pesada, al contrario, su lectura es muy fluida y con todas las explicaciones y descripciones de Catalina, te sientes dentro de la historia. La trama engancha no por su gran acción, sino más bien por la historia de “vida cotidiana” que se nos transmite y la evolución personal de Catalina, a la que conocemos como una niña sin voz y se desarrolla a mujer dueña de sí misma.

En esta novela no solo encontramos unas primeras voces feministas y hechos históricos, sino también un romance, mucha amistad y, sobre todo, la incertidumbre o el miedo que casi todos hemos sentido al escoger algo que no es lo “habitual”.

Me ha gustado mucho lo bien documentada históricamente que está, dando pequeñas pinceladas como "lecciones de historia" pero tan bien entretejidas con la trama del libro que no sobran ni ralentizan la lectura. Encontramos menciones a personajes reales como Victoria Kent, Clara Campoamor, Federico García Lorca, Pio Baroja, Miguel de Unamuno o María de Maeztu, que personalmente, me ha motivado para buscar más información sobre ellos y ampliar así conocimientos.

Por otra parte, si tuviera que decir algo negativo de la novela sería el final. Esperaba un poco más y me ha dejado un poco fría ese cierre, aunque es totalmente válido y muy realista.

En cuanto a la edición, es de tapa blanda con solapas, algo que me encanta porque da solidez al libro a la vez que es ligero de peso. Además, el diseño de portada y contraportada me ha parecido un acierto porque con la vestimenta ya te sitúa en un momento histórico, te da pistas de la trama y te presenta a su protagonista.

En definitiva, una novela muy entretenida con una historia bonita donde lo que más sobresale es la amistad y la superación de uno mismo. Recomendada especialmente si te gusta la novela histórica que no sea pesada o si quieres conocer más sobre las primeras mujeres que fueron a la universidad.

Catalina vive en El Bierzo y desea, más que nada, ir a la Universidad para estudiar Farnacia. Con el apoyo de su padre y contra los deseos de su madre se traslada a Madrid para cursar la carrera, alojada en la Residencia de Señoritas que dirige María de Maeztu. Es el final de los años 20 y allí vivirá, de primera mano, las revueltas políticas de la época pero también descubrirá el amor.

Desde que leí la sinopsis de Las modernas supe que quería leerla. Porque el mundo universitario me es muy cercano y me apasionan las historias sobre aquellos años en los que las pocas chicas que estudiaban serían mayoritariamente maestras. Lo importante entonces era casarse, conseguir un buen partido, sobre todo si como Catalina habías nacido en una familia "de posibles". Querer estudiar y formarse para algún día trabajar en ello constituía una cierta aberración, no era lo que la sociedad tenía previsto para las niñas bien de la época, que debían elegir entre el matrimonio y la vocación profesional.

Esta historia, que transcurre durante la Dictadura de Primo de Rivera, recoge episodios con figuras relevantes de la época: García Lorca, Baroja, Unamuno... Pero sobre todo nos muestra a mujeres inolvidables como Elena Fortún, María de Maeztu o Maria Zambrano, quienes ya entonces lucharon por conseguir la libertad femenina y por igualar nuestros derechos a los de los hombres. Mujeres que abrieron el camino que hoy recorremos, a pesar de la férrea oposición social del momento y la supremacía masculina imperante.
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Una novela entretenida, sin más. Así es como calificaría el debut narrativo de la periodista Ruth Prada, en este libro editado por Plaza Janés.
Las modernas cuenta la historia de una joven de clase alta, Catalina; agobiada por la asfixiante atmósfera de una ciudad de provincias, una madre melancólica y profundamente tóxica, y una vida social anodina y tradicional, decide embarcarse en la aventura de estudiar Farmacia en Madrid, mientras reside en la reconocida Residencia de Señoritas.
Así, Catalina se convertirá en una de las primeras estudiantes universitarias españolas, y a través de su mirada podremos reconstruir una pieza de la historia de nuestro país que, hasta hace relativamente pocos años, apenas había sido narrada. A finales de los años 20, un nutrido grupo de jóvenes, de diversas procedencias y clases sociales, dibujaron un nuevo horizonte para la mujer española, representando con sus vidas el anhelo de cultura, emancipación y libertad. La Residencia de Señoritas, dirigida por María de Maeztu, fue uno de los lugares que más definió aquella época, pues por ella pasaron nombres hoy día tan ilustres como los de Elena Fortún, Delhy Tejero o Josefina Carabias; fue, además, un lugar de participación de notables docentes y conferenciantes como María Zambrano, Maruja Mallo, Zenobia Camprubí, Clara Campoamor, Pío Baroja o Federico García Lorca, entre otros.
Todos los personajes citados, y algunos más, entran en las páginas de esta novela como figuras secundarias y es, de hecho, una de las mayores decepciones que he recibido en la lectura, pues en mi expectativa entraba la posibilidad de que, alguno de ellos, tuviese mayor relevancia que la mera cita de sus nombres como parte del “decorado” de la historia. Creo que puede servir como materia de difusión, promoción y apertura de interés de cierto sector de los lectores hacia este capítulo de la historia y sus protagonistas pero, para quienes reconozcan parte del relato, la novela se queda claramente descafeinada.
En todo caso, se incluye la consabida historia de amor, relatada con interés y agilidad, y algunos toques –menos de los esperables- de referencias a la emancipación femenina, el patriarcado o la justicia social. Sí se retratan con notable precisión las dificultades que aquellas jóvenes pioneras tuvieron en el seno de la universidad española, los retos a los que se enfrentaron, y las múltiples contradicciones nacidas, cómo no, de una educación infantil fuertemente lastrada por el peso de la tradición y el machismo.

De la mano de Catalina, la autora nos traslada al Madrid de finales de los años 20, donde una mujer decide luchar por sus sueños, lo que conlleva ir a la universidad.

Refleja perfectamente cual era el papel de la mujer en esa época, que es lo que se esperaba de ellas, prepararse para el matrimonio, así como un excelente contexto político y social.

Pero Catalina es una mujer adolescente, llena de fuerza, con ganas de comerse el mundo que quiere luchar por su futuro y por su pasión y derechos como mujer, aunque aún una joven ingenua que también descubre el amor y se ve en la tesitura de si seguir luchando por sus sueños o elegir el matrimonio abandonándolos pero haciendo lo que la sociedad espera de ella.

Una novela interesante, evocadora, bien escrita, que nos acerca a las mujeres feministas de la época y a las dificultades que se enfrentaron las primeras mujeres que decidieron ir a la universidad.

Desde que tiene uso de razón, Catalina ha soñado con ir a la universidad para estudiar Farmacia y así poder ayudar en un futuro a su padre con el negocio familiar. A partir de ese entonces, solo encontrará obstáculos para cumplir su sueño pero ella no se quedará atrás e intentará luchar para lograr aquello por lo que desde muy pequeña ha soñado con hacer. Una vez que consiga la aprobación de su familia y se instale en la Residencia de Señoritas de Madrid, la vida de Catalina dará un gran giro que sólo la ayudará a evolucionar hasta finalmente convertirse en una mujer fuerte, valiente y decidida.

Como protagonista de esta historia tenemos a Catalina. Ella es un personaje que desde el primer momento en el que aparece ya te está sorprendiendo por querer hacer eso que lleva tanto tiempo soñando a pesar de saber que eso le puede costar el ser señalada por no ser "lo correcto" en una mujer de 1928. A lo largo de toda la trama, su evolución es impresionante por no dejarse pisotear en los varios intentos en los que quieren que tanto ella como el resto de mujeres, se desmotiven pensando que ese no es su lugar y dejen sus estudios.

También encontraremos otros personajes como sus compañeras de la Residencia de Señoritas y como entre todas se apoyan para lograr sus metas o los padres de Catalina y las distintas etapas por las que pasan entre aceptar o negar que su hija no quiera seguir el modelo que supuestamente es el correcto (casarse y quedarse en casa esperando al marido y cuidando de los hijos) e irse a estudiar a la universidad.

A través de esta historia, Ruth Prada ha dado voz a miles de mujeres que durante la época de 1928 no podían hacer cosas que hoy en día nos resultan tan fáciles como ir a estudiar. Un ejemplo de la limitación que tenían la podemos encontrar desde el primer momento en el que nuestra protagonista, Catalina, expresa sus sentimientos de ir a la universidad. También veremos esa limitación cuando a la hora de una excursión de la universidad, solo las mujeres necesitan el permiso de su padre para poder ir o cuando tengan que hacer un examen separadas del resto de la clase.

A lo largo de toda esta historia he estado maravillada de todo lo que transmite la autora con su pluma y la manera que tiene de desarrollar hasta el más mínimo detalle pero sí que es cierto que con respecto al final, me hubieran gustado un poco más de páginas para que este no resultara tan abierto.

Una historia ágil, emotiva y llena de superación por querer lograr aquello que tanto hemos soñado a pesar de no ser “lo correcto”. Muy recomendada para los amantes de la novela histórica.
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Me ofrecieron este libro en Edición Anticipada y lo cogí porque me parecía interesante sin ser un género que yo suela leer. No está mal pero no ha sido lo que esperaba.
Una chica decide que antes de casarse y tener que centrarse en su familia quiere estudiar farmacia, su madre no está para nada de acuerdo porque ya le está buscando marido pero con la ayuda de su padre conseguirá convencerla para que le deje ir a estudiar a Madrid a estudiar y vivir en una residencia de mujeres.
Además de porque a la chica se le da bien estudiar y le gusta ayudar a su padre en la farmacia su mayor motivo para ir a estudiar es salir de su pueblo donde se ve atrapada.
Para ella, llegar a Madrid será un choque de realidad y vera que allí es más libre que en su pueblo, hará amigas nuevas y también algún amigo, se reencontrara con su amiga de la infancia, y también ayudara a una pobre niña enferma.
Lo que no me ha terminado de gustar es la historia de amor, que supongo que en esa época casarse por amor sería algo utópico, pero la muchacha solo ve y dice: ‘uy que guapo, me enamoro'. Además, se pega casi todo el libro dudando de él y haciéndote dudar a ti de todo lo que hace el chaval para que al final te tengas que creer que es el más bueno de todos. Y en sinopsis ponía que había un triangulo amoroso que yo no he visto, supongo que se refería al amigo que hace la muchacha en la universidad pero en ningún momento parece que lo vea más que a un amigo.
En resumen, es un libro entretenido que para mi va de mejor a peor y me ha acabado decepcionando un poco.
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