Las modernas

Catalina vive en El Bierzo y desea, más que nada, ir a la Universidad para estudiar Farnacia. Con el apoyo de su padre y contra los deseos de su madre se traslada a Madrid para cursar la carrera, alojada en la Residencia de Señoritas que dirige María de Maeztu. Es el final de los años 20 y allí vivirá, de primera mano, las revueltas políticas de la época pero también descubrirá el amor.

Desde que leí la sinopsis de Las modernas supe que quería leerla. Porque el mundo universitario me es muy cercano y me apasionan las historias sobre aquellos años en los que las pocas chicas que estudiaban serían mayoritariamente maestras. Lo importante entonces era casarse, conseguir un buen partido, sobre todo si como Catalina habías nacido en una familia "de posibles". Querer estudiar y formarse para algún día trabajar en ello constituía una cierta aberración, no era lo que la sociedad tenía previsto para las niñas bien de la época, que debían elegir entre el matrimonio y la vocación profesional.

Esta historia, que transcurre durante la Dictadura de Primo de Rivera, recoge episodios con figuras relevantes de la época: García Lorca, Baroja, Unamuno... Pero sobre todo nos muestra a mujeres inolvidables como Elena Fortún, María de Maeztu o Maria Zambrano, quienes ya entonces lucharon por conseguir la libertad femenina y por igualar nuestros derechos a los de los hombres. Mujeres que abrieron el camino que hoy recorremos, a pesar de la férrea oposición social del momento y la supremacía masculina imperante.
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