El amor no es nada del otro mundo

Este libro la verdad que es de todo menos de amor perfecto. El título lo deja muy claro, y es que el amor no es nada del otro mundo, o igual sí. Alomejor hay que abrirle la puerta a otros mundos para darte cuenta de lo que tienes en el tuyo.

Facebook juega un papel muy importante durante toda la novela. Y es que quién sabe si será una predicción de lo que nos espera en un futuro no muy lejano. Quizás haya mundos paralelos donde tengamos a nuestros gemelos viviendo una vida parecida a la nuestra.

Los dos protagonistas, Samuel y Amanda, empezaron una amistad cuando solo tenían 2 años y después de 20 años han vuelto a reencontrarse. Desde ese momento no pararán de vivir cosas juntos o al menos eso es lo que intentarán, si el mundo paralelo se lo permite.

A todos nos gustaría saber qué hubiese pasado si hubiésemos tomado la decisión correcta en ese trabajo, con nuestra familia o si las cosas hubiesen ido de otra forma. En esta historia podrás ver que hay que aprovechar la vida día a día, disfrutarla y sobretodo, no volvernos locos con las redes sociales.

El libro está bastante entretenido. Merece la pena por el mensaje/recordatorio que nos manda y es perfecto para pasar un buen rato. Los personajes no son lo más amable y agradable del mundo, pero están bien construidos y nos garantizan alguna que otra risa y frunce de ceño. La premisa de los multiversos paralelos está muy bien pensada e hilada con la trama. Así que os la recomiendo si queréis leer una historia de amor un tanto frustrante, pero divertida y para nada empalagosa.
La idea de los multiversos me parece muy buena y que funciona muy bien en medio de esta historia de amor. Si bien no nos encariñamos demasiado con los personajes, sí que resulta interesante ver cómo se desarrolla las relaciones entre estos personajes tan distintos. Además los personajes secundarios me han resultado muy curiosos y añaden más humor (un tanto ácido en ocasiones) a la historia.
Sin embargo, lo que realmente brilla aquí es la crítica que hace. Nos enseña de forma alta y clara que aparentar en Facebook no sirve de nada, pues no va a resolver nuestros problemas. de igual manera, no todos los que se ven pasándolo en grande y la mar de felices en las fotos realmente lo son. También nos recuerda el valor de las amistades de carne y hueso en una sociedad que cada vez está más digitalizada. ¿Y lo más importante? Nos enseña que si queremos algo, debemos esforzarnos por conseguirlo en esta vida, y no esperar a que nos caiga en gracia desde un universo alternativo. Tenemos solo una vida, así que no es plan de dejar que se nos escape de entre los dedos, ¿no creéis?
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Ni dos capítulos he necesitado para odiar a Ismael. Personaje con tanto ego y prejuicios que no le entran en su cuerpo. Con una idea de la vida totalmente absurda en la que no entra el amor ni la empatía por ningún lado.

No sé cómo calificar este libro...
Me ha parecido entretenido y divertido pero, al mismo tiempo, una "ida de olla" importante. ¿Ciencia ficción? ¿Fantasía? No lo sé, pero raro es un poco.
Por otra parte, es muy fácil de leer y es ameno. Además, tiene hasta moraleja.

Una novela divertidísima, no sólo por las aventuras de Ismael (el protagonista) sino también por las actitudes y descripciones de sus compañeros de trabajo (unos personajes muy bien definidos). Además, trata temas de mucha actualidad que harán reflexionar a todo el que la lea. Es de ese tipo de historias que dentro de veinte años nos seguirán gustando porque nos recordarán a una época... A las primeras décadas del siglo XXI, cuando todos estábamos obsesionados con las redes sociales.

En definitiva, es una historia fresca, amena y adictiva, que le recomiendo a cualquiera que quiera pasar buenos ratos de lectura y soltar más de una carcajada.
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