La camarera

Una amiga me dijo: " este libro parece de los tuyos"... y vaya si lo era😁❤. Definitivamente me gustan mucho, los libros protagonizados por  gente extraña con todos los patos volados, que hacen cosas raras y cuyos motivos son bien enrevesados😁😁😁.
En este pequeño librito una chica recién salida del psiquiátrico, se pone a trabajar como mucama en un hotel. La cuestión es que se esmera tanto en hacer bien su trabajo, que no solo limpia y recontra limpia absolutamente todo hasta el limite de la cordura, sino que además se obsesiona con las vidas "normales" de toda esa gente "normal" que se hospeda en el hotel. Debido a esto, un día se le ocurre tirarse debajo de la cama toda la noche para espiar a los  huéspedes🙊🙊🙊. Ahora...imaginen que están en su hotel, en bata, despatarrados mirando la tele, sin inhibiciones porque obviamente, creen estar solos. Y ahí andan rascándose impudicamente aquello que en público nunca se rascarían, liberando gases alegremente o incluso hablando solos... y no va que en medio de este bacanal de pura intimidad, te sale la desquiciada de la mucama de debajo de la cama😱. Como minimo te haces pis encima!😱. ( si quieren saber por qué lo hace...lean el libro💃).

En fin, el relato está muy bien escrito ya que transmite de forma certera, toda la locura, la desesperación y la soledad de esta mujer que parece siempre al borde del colapso.
A mí este tipo de delirios me fascinan y lo leí totalmente enamorada, exaltada y emocionada... hasta que llegué al final🤦‍♀️donde este muchacho que venía tan pero tan bien me terminó dejando demasiados cabos sueltos😑😑😑. Involucrar al lector para que re- signifique la obra, debería tener un límite. Yo quiero participar del proceso creativo como lectora. Quiero leer y si es posible, interpretarlo y relacionarlo con mi vida. Pero de ahí a tener que andar adivinando aquello que el escritor no se digna en responder, hay un largo trecho.

P.d: leido con LauraFigueroa😍, y que conste en acta que ella eligió el libro😄.

No conocía a este autor, Markus Orths, como tantos otros que nos pasan desapercibidos, y otros tantos que simplemente no llegaremos a conocer jamás, algo que hay que aceptar, que no podemos leerlo todo ni conocer a todos los autores y autoras.

No obstante, cayó en mis manos esta novela corta, ligera pero audaz, sobre la soledad, sobre el aislamiento socia y aquellos que no encuentran su sitio en el mundo. Me ha recordado muchísimo a “La dependienta”, de Sayako Murata, una obra que habla de aquellos que no fluyen con la mayoría, que ven otras realidades, que se aferran a una rutina para no sentirse caer. Esta novela de Markus Orths tiene mucho de eso.

Lynn Zapatek acaba de incorporarse a la sociedad de nuevo. No quiere volver a vivir con su madre, así que busca un trabajo y vuelve a su piso, sucio y descuidado después de algún tiempo. Comienza a trabajar en un hotel como camarera de piso y no solamente hace bien su trabajo, sino que de tanto limpiar y ordenar, comienza a desear saber más y más acerca de los huéspedes que habitan las habitaciones: desde adivinar la vida de cada uno de ellos hasta esconderse en algún lugar para observar más de cerca.

Una novela muy corta pero con una sombra muy larga. Un acercamiento a la incomprensión, al bloqueo y a los sentimientos guardados en un cajón. Una historia algo azul, que una vez más nos recuerda la fragilidad del ser humano y la necesidad de sus vínculos.

Nos encontramos en una ciudad alemana en una época actual, poco se dice de donde estamos, apenas cuatro detalles ya que lo importante es ella: Lynn María Zapatek.
Se trata de una joven que acaba de salir de un centro médico después de seis meses interna, aunque aún tiene citas con su terapeuta. Tampoco conoceremos exactamente porque entró, pero si que, con el paso de las páginas, vamos intuyendo algunas de las posibles causas.

Su vida es muy solitaria, y eso es algo que, por un lado le agobia pero por otro es como que lo busca, tal vez porque no ha conocido otra cosa.
Su madre aún vive, aunque en otra ciudad, y la relación de ambas es más bien inexistente.
Pronto encuentra trabajo como camarera de piso en el hotel Eden, veremos como la limpieza es algo que le obsesiona, en realidad hay varias cosas en su vida que le preocupan hasta extremos insospechados.
En su rutina es feliz, o todo lo feliz que cree que puede ser, le gusta seguir un orden, hacer las mismas cosas los mismos días, una joven bastante particular y como tal encuentra un pasatiempo de lo más peculiar, que yo no os voy a desvelar.
Es una novela que se lee fácil, tanto por la forma como está escrita como por su brevedad pero que te deja con una sensación extraña y un poco surrealista, al menos el comportamiento de la joven se puede calificar como tal.
Una historia rodeada de un halo de tristeza y soledad que acaba por llegar al lector, aún cuando no llegas a comprender todo lo que pasa o por lo menos a mí me ha sucedido, sientes ese aislamiento y esa soledad que muchos en la actualidad sufren pero que intentan esconder, Lynn ha encontrado una forma bastante original de rellenar ese vacío. Pero pienso que tal vez el escritor debería habernos dado alguna pista más de las razones por las que la protagonista hace lo que hace, para no sentirnos tan perdidos por momentos como ella.
Ha habido dos o tres detalles que me han encantado, como el de poner color a los días y no cualquier color así por ejemplo el martes es color cáscara de huevo o el sábado negro terciopelo. Pero en líneas generales ha sido una lectura que me ha dejado bastante sorprendida, desconcertada y con la sensación de que nos cuenta solo una mínima parte de lo que esconde esa joven dejándonos a nuestra imaginación el resto de la historia.

“La camarera” una novela diferente, que nos habla de la soledad y de lo fácil que es perderse en este mundo. Su lectura da que pensar y dependerá de cada lector extraer unas u otras conclusiones.
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