Así habló Zaratustra o el Predicador de la Salvación. Con su habitual doctrina nihilista que rechaza cualquier existencia de un Dios y condena los grupos sectarios que pierden su cualidad como individuo, Nietzsche se adentra en agrupaciones de relatos alegóricos con el fin de compartir su descubrimiento del “Übermensch” o “Suprahombre” mediante máximas filosóficas. Junto con las guardas del libro que actúan de moraleja en el proceso de forja del superhombre, 12 ilustraciones a doble página repartidas entre los textos narran una síntesis de la obra, haciendo a su vez de apóstol que representa y divulga las doctrinas proféticas. Escandell demuestra claramente sus dotes como ilustrador y su ineficiencia como escritor. No sólo resulta una crítica hacia el mazdeísmo, sino a todas las religiones que son veneradas, especialmente las monoteístas (ya que la admiración por una única divinidad se encuentra más lejana al rezo de la pluralidad del propio ser que el politeísmo). Se establecen diferenciaciones entre la nobleza (genuina virtud) y la bondad (virtud aprendida). Las cuatro partes que componen el escrito nacen inmediatamente después del rechazo amoroso definitivo por parte de Lou Andreas-Salomé y poco antes del suceso del caballo de Turín, que precedió a su última década en vida, torturado por la neurosífilis. Se expone la creencia de que todo cariño se envuelve con una capa de adamantio, por lo que toda relación mínimamente íntima implica un alto grado de dureza en las palabras y el trato. La destrucción es también bienvenida al visualizarse como una necesidad para la superación de uno mismo y de su propia percepción, es decir, como primer paso para la verdadera creación. Se prefiere la meditación en soledad a la pertenencia a un rebaño de conformistas en el que se hace prácticamente imposible cualquier crecimiento personal, debido a las trabas que sus zancadillas morales establecen. En definitiva, se intenta un llamamiento a los lectores ávidos de expansión intelectual para el establecimiento de un nuevo orden ético. Also sprach Zarathustra.
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Anna Pagés presenta su libro «Queda una voz» en la Llibrería Byron de Barcelona, junto al editor Raimund Herder y una actuación especial de Mariona Sagarra.
En este libro se exploran distintas dimensiones de la voz más allá del logos filosófico que tan bien conocemos como razonamiento, argumento o idea. A través de un coro de autores de la literatura, la filosofía y el psicoanálisis, la voz se desliza entre las letras y acoge otras tonalidades: Sócrates, Aristóteles, Barbara Cassin, Jacques Lacan, Hélène Cixous, Anne Carson, Friedrich Nietzsche, Helmut Plessner, Roland Barthes…
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