Así habló Zaratrustra (Ilustrado)

Inexpresable y sin nombre es lo que atormenta y dulcifica mi alma y es además el hambre de mis entrañas.

Que la compasión por el amigo se oculte tras una dura cáscara, mordiendo en ella has de dejarte un diente. Así tendrá su delicadeza y su dulzura.

Lo que reconocemos en un hombre lo reavivamos también en él.

Hay muchas almas a las que nunca se descubrirá, a no ser que antes se las invente.

Valerosos, despreocupados, sarcásticos, violentos, así nos quiere la sabiduría: esta es una mujer y no ama más que a un guerrero.

El que escribe en sangre y aforismos, no quiere ser leído sino aprendido de memoria.

Hay que ser un mar para poder recibir a un río sucio y no ensuciarse.

En el amigo ha de tenerse al mejor enemigo. Tu corazón ha de sentirse lo más próximo a él cuando le opones resistencia.

Y con qué gentileza sabe la perra sensualidad mendigar un trozo de espíritu cuando se le niega un trozo de carne.

Jamás la verdad ha ido del brazo de un incondicional.