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Negrete tira de imaginación y ficciona a una adolescente cleopatra que es la gran protagonista de esta historia. La hija del nilo huye de costmbres y rechaza casarse con su hermano ptolomeo para que la dinastia perdure y se perpetue con la misma sangre ( los egipcios eran muy suyos) Entre intrigas palaciegas y malas digestiones por venenos varios discurre esta adolescencia de una cleo, cabal, rebelde, sumamente inteligente y no la más bella de lugar pero muy bien perfumada. Y yo reflexiono...es que nunca hay princesas, reinas, mujeres nobles o del pueblo, que se tiren pedos? La ventosidad en literatura es un acto puramente varonil? Quien será el primer autor que rompa la barrera del pedo femenino en la industria? Bromas aparte... La guerra por el poder esta servida y mientras tanto dos invitados de excepción, cesar y pompeyo, se enfadan y no respiran, con la consiguiente guerra civil, recreada por negrete en las batallas de dirraquio y farsalia mapas incluidos para no perdernos. Mención especial para cayo esceva, personaje real lleno de leyendas, bruto como pocos, desobediente, virtuoso de la ventosidad y catedrático en el arte de la guerra y el buen matar. Lo mejor de la novela, sin duda, es el encuentro de cesar y cleopatra, y los pasajes que comparten donde el autor nos sacará más de una sonrisa, enfrentando toda la pompa y protocolo egipcio con las bárbaras maneras de cesar, practico y ahorrador de tiempo, con métodos poco sutiles. La reina del nilo es una novela histórica fresca, muy divertida que narra como dos grandes personajes de la historia se alzan con el poder. Desconozco si la intención de Javier negrete era realizar una trilogía o no, ya que el libro no recoge más allá del cruce de caminos de cleopatra y cesar y uno se queda con ganas de mucho más. Pese a que los personajes principales son en exceso perfectos, no los diviniza haciéndolos accesibles en las distancias cortas y, como consecuencia, cercanos al lector. Me ha gustado el autor, porque dentro del género, es diferente tanto en prosa como en intención, renuncia un poco a la epica pero a cambio nos ofrece mucha diversión. Lastima no abarcar un poco más de la vida común de la parejita y el escaso protagonismo de marco Antonio, pero es que hasta entonces el toni solo pasaba por allí. + Leer más |
A toda hybris sigue su némesis. Toda injusticia merece castigo.
La injusticia la cometió Atenas. Atenas incitó a la rebelión contra Persia y amontonó la leña para los incendios que devoraron ciudad tras ciudad. Y el ateniense que prendió la llama fue Ameinias de Eleusis. Por eso Atenas también debe arder. Por eso Ameinias debe morir.
Siglo V a. C. Artemisia de Caria es una mujer singular. Última de su dinastía, gobierna Halicarnaso, ciudad leal al Imperio persa, y comanda su propio navío de guerra, el Némesis. Su llegada al poder ha sido de todo menos dulce: fuego, terror, mutilación y esclavitud sacudieron su ciudad y su linaje, y marcaron su destino. Y ahora su objetivo no tiene nada de fácil: redimir el nombre de su familia y alzar al bien sobre el mal, lo justo sobre lo injusto, la verdad sobre la mentira.
Para ello deberá encontrar al causante de todo: un marino ateniense que navega en un siniestro trirreme negro, el Tauros. Aunque tenga que enfrentarse a las tormentas, hundir las naves de media Grecia y prender fuego a la propia Atenas. Eso la llevará a recorrer el laberinto de islas, bahías y puertos que cruzan el mar Egeo desde Asia hasta Europa, y a descubrir si realmente tiene la fuerza y la voluntad necesarias para cumplir su misión. Y todo bajo la amenaza de la inminente guerra entre persas y griegos.
«Artemisia de Halicarnaso, una fascinante mujer, comandante naval, rescatada del mundo antiguo por la magnífica escritura de Sebastián Roa, uno de los mejores novelistas históricos del siglo xxi».
Santiago Posteguillo
«El fragmento de un manuscrito, atribuido a Heródoto, permite a Sebastián Roa, de forma magistral, llevarnos de la mano de Artemisia al corazón de la Grecia antigua y… al Imperio persa».
José Calvo Poyato
«Una novela épica, un relato vibrante. El pulso narrativo de Roa y su escritura en tres dimensiones me han hecho sentirme un marinero más a bordo de un trirreme griego».
Javier Negrete