La historia de Rafael Guastavino visto desde los ojos de su hijo Rafaelito, que lo admira y adora. Emigran a los Estados Unidos desde la ciudad de Barcelona, donde se había hecho un nombre con construcciones como la fábrica textil Batlló, convirtiéndose sus días en una vida de novela.
Su sueño de hacerse famoso en el país de las oportunidades, le hizo trasladarse con su familia a la gran manzana. Pero como la mayoría de los inmigrandes de EEUU se encontró con la realidad, el duro trabajo, la escasez, el desconocimiento del idioma y las dificultades para labrarse un camino hacia la fama.
Se encontró una ciudad muy activa, con grandes construcciones, pero con un problema, preocupaba la seguridad de las estructuras de madera con las que se construía. Guastavino tenía una solución a este problema con las bóvedas tabicadas españolas, y los edificios ignífugos.
El libro nos sumerge en las vidas de los arquitectos y constructores de Estados Unidos, nos permite ver los logros de Guastavino, un genio emprendedor nacido en Valencia.
El libro resulta entrañable, muy agradable de leer y que deja un buen sabor de boca. Lo recomiendo.
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