"Vicio" , pensó Noemí. Se acordó de las monjas que habían supervisado su educación. Había aprendido lo que era la rebelión al tiempo que murmurar el rosario.
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"Vicio" , pensó Noemí. Se acordó de las monjas que habían supervisado su educación. Había aprendido lo que era la rebelión al tiempo que murmurar el rosario.
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En cierto sentido, todos los sueños son predicciones, si bien algunas son más claras que otras.»
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El futuro, pensó ella, no podía predecirse. No se podía adivinar la forma de las cosas. Pensar de otra manera era absurdo.
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Me embarga el pavor hacia estos muertos impertinentes, estos fantasmas, estas criaturas descarnadas. La serpiente que devora su propia cola, el putrescente suelo bajo nuestros pies, los rostros falsos con falsas lenguas, la red sobre la que camina la araña haciendo vibrar los hilos.
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Notó el latido contra la palma de la mano al apoyarla contra la pared. El papel tapiz se humedeció, se volvió resbaladizo. Era como un músculo tenso. El suelo bajo sus pies también estaba húmedo, suave. Carne viva. Un montón de carne viva sobre la que caminaba. Los muros también eran de carne viva. El papel tapiz se desprendía, para revelar órganos enfermizos en lugar de tablones de madera. Venas y arterias taponadas con vicios secretos.
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La casa pareció saltar desde la niebla para recibirlos con brazos ansiosos. ¡Qué extraña era! Su estructura parecía del todo victoriana, con sus tejas rotas, su recargada decoración, sus ventanales mugrientos. Noemí no había visto nada igual en la vida real. Era del todo diferente de la moderna casa de su familia, de los apartamentos de sus amigos y de las casas coloniales con fachadas de tezoncle. La casa se cernía sobre ellos como si se una gárgola enorme y silenciosa se tratase. Podría haber evocado imágenes funestas de fantasmas y lugares embrujados, pero lo cierto es que el lugar tenía un aspecto más bien cansado |
O sea, que me voy a casar en la iglesia del Santo Hongo Incestuoso.
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Noemí, aunque los fantasmas no existan, se puede estar embrujada. Es un asunto serio, hay que tenerle respeto. Tú no tienes miedo. Mi padre era como tú y pagó un alto precio.
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Hay gente. Y hay voces. A veces veo a la gente de las paredes. Están muertos.
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En este lugar, es muy difícil discernir lo real de lo falso.
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Es un cuerpo creado a partir de la unión de distintas partes de cadáveres diseccionados, escrito por Mary Shelley a partir del reto literario de Lord Byron.