Gótico de Silvia Moreno-García
Notó el latido contra la palma de la mano al apoyarla contra la pared. El papel tapiz se humedeció, se volvió resbaladizo. Era como un músculo tenso. El suelo bajo sus pies también estaba húmedo, suave. Carne viva. Un montón de carne viva sobre la que caminaba. Los muros también eran de carne viva. El papel tapiz se desprendía, para revelar órganos enfermizos en lugar de tablones de madera. Venas y arterias taponadas con vicios secretos.
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