El funeral de Lolita

Recuerdo siendo adolescente curiosear el blog de Luna Miguel y sorprenderme de su sensibilidad y de sus lecturas (tan exóticas y luminiscentes para mí en aquel momento de búsqueda e inspiración donde solo quería convertir en palabra única las vivencias distorsionadas del comienzo de la vida de verdad). Eso mismo le ocurre a la protagonista de su novela, Helena, quien una vez pasada su adolescencia, tiene que lidiar con el poso de unos recuerdos desagradables pero configuradores.

Asistimos, salvando las distancias, a una reminiscencia del personaje de Lolita del clásico de Nabokov, pero contado desde la perspectiva de ella y desde el marco de la actualidad. El libro comienza cuando Helena se entera de la muerte de su profesor y tras asistir a su funeral se revolverán las aguas pantanosas en las que se estaba desarrollando su existir, marcado principalmente por la pérdida de sus padres y de una relación que no está pasando por su mejor momento. El funeral no consigue matar la historia que vivieron, sino que confronta a Helena a partes de su pasado que estaban sepultadas a base de copas de vino y reseñas gastronómicas.

Para mí lo mejor del libro es la recuperación del diario de Helena, unas páginas vibrantes donde se desgarra mientras cuenta cómo vivió ella la relación con su profesor y cómo incorporaba esta insólita vivencia en un mundo propio aún balbuceante.

La escritura de Luna es fresca, sin despeñarse en las formas de la poesía pero permitiendo una parcela del lenguaje donde tiene cabida la profundidad descriptiva de una situación que no siempre se entiende independientemente del lado desde el que se mire. Pese a todo ello es una lectura ligera que recoge un tema inhóspito.

La autora no juzga, no expone a víctima y verdugo, y eso es algo que le achacan desde otras críticas. En mi caso, me acerqué a la novela por curiosidad de leer la prosa de Luna, sin demasiadas expectativas y creo que eso ha jugado a mi favor a la hora de no demonizar una obra que por supuesto que podría haber ofrecido más, pero que a mí me ha durado en las manos poco más de un día.
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Helena tiene treinta años, reside en Barcelona, trabaja como crítica gastronómica y desde hace algún tiempo comparte su vida Sébastien, un chico francés. Y diríamos que, a pesar de ser huérfana de padre y madre, de no mantener contactos con sus amistades de adolescente, tiene una vida cómoda, completa, ordenada. Todo parece discurrir por cauces normales hasta que la llamada de Rocío, una íntima amiga del instituto, y a la que hace más de una década que no ve, va a poner en jaque todo cuanto ha conseguido hasta ahora, desestabilizándola por completo.

Rocío comunicará a Helena una noticia que será como un mazazo para esta: Roberto, el que fuera su profesor de literatura en el instituto y del que estuvo enamorada, acaba de fallecer. El funeral será en Alcalá de Henares, localidad natal de Helena y hasta allí acudirán algunos antiguos alumnos para dar el último adiós al fallecido. También allí Helena conocerá a la mujer de Roberto.

Con este inicio tan desconcertante, Helena iniciará un viaje no solo físico sino también emocional que la llevará a enfrentarse en el presente con una ciudad y unos amigos que hace mucho tiempo dejo atrás y, a través flashes de sus recuerdos, nos dará a conocer la niña que fue muchos años atrás y que acabó, con tan solo catorce años, enamorándose de un hombre de treinta y nueve: su profesor de literatura.

Alternando pasado y presente de forma tan desordenada como las emociones de Helena, Luna Miguel con una prosa que por momentos derrocha erotismo y a ratos es poética, nos adentra en una historia que podríamos considerar una versión alternativa de la archiconocida Lolita de Navokov, esa en la que se relata la obsesión de un profesor de literatura por una alumna de doce años. Una historia original y arriesgada, la de Luna Miguel, en la que desde mi punto de vista, la autora deja demasiados espacios en blancos y de libre interpretación, que pueden ser un arma de doble filo, y que a mí me ha dejado cierto sabor agridulce. Y es que por momentos me ha cautivado mientras que en otras ocasiones he sentido que la trama daba bandazos que no aportaban nada.

Helena es una chica aparentemente fuerte, con una vida ordenada, pero la muerte de Roberto la sacudirá por completo y veremos que, en realidad, es una persona muy emocional y que lleva mucho guardado que necesita arrojar fuera. Tendremos que bucear en su pasado, en los traumas de su infancia para lograr entender a la mujer que es hoy y como ciertas experiencias han marcado el desarrollo de su personalidad.

El funeral de Lolita es una de esas historias que no me atrevería a recomendar a la ligera. No creo que sea para todos los gustos ni para cualquier lector. Tiene su punto de originalidad, tiene fuerza, y me ha resultado por momentos cautivadora, pero esa trama tan abierta que, en ocasiones, permite tantas interpretaciones como lectores no me ha convencido de igual forma. Quizá, si sentís dudas, lo mejor sea acercaos a ella y sacar vuestras propias conclusiones.
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La historia me enganchó nada más empezar, de hecho no me duró ni dos días y me dejó dándole vueltas durante un tiempo. La historia de Helena es una alusión a la Lolita de Nabokov y en ella he encontrado a una niña perdida, vulnerable y víctima de sus circunstancias familiares, que necesita a alguien que le preste atención y le quiera, y sin ningún apoyo ni nadie a quien pedir ayuda cuando se da cuenta del error. Y también he visto a una mujer adulta presa de lo que ha vivido, con muchas inseguridades, miedos, desconfianza y ansiedad. de todo esto he sido consciente después, al pasar los días, porque en la narración va todo rápido, sin apenas parar, y mostrando sólo pequeñas pinceladas de su vida, aparentemente superficiales, pero que esconden mucho en el fondo.

Sinceramente a mi me habría gustado que profundizara más en sus pensamientos, en los diálogos... creo que todo podría haber dado mucho más de sí, y en algunas partes no me ha gustado la forma de contarlo, demasiado visceral y explícito para mí. Pero en general me ha parecido que está bastante bien, no es una maravilla ni va a pasar a ser de mis favoritos, pero tampoco lo he visto tan malo como han dicho, y más teniendo en cuenta que es una primera novela. Es un libro que te hace pensar, que te enseña otro punto de vista y te provoca sentimientos, para bien y para mal.

Desde aquí una llamada a @lunamonelle para que venga a Almería pronto y podamos disfrutar de su presencia, tener porfin "El funeral de Lolita" dedicado por ella y que está su ciudad, su casa le sirva de inspiración para seguir escribiendo tan bonito.

Comencé su primera novela sin saber muy bien que me iba a encontrar y desde luego resultó ser una historia increíble que consiguió atraparme desde el primer capítulo. Es una novela breve, con un lenguaje eficaz y directo y magistralmente construida.

Luna Miguel, por si alguien anda despistado es una joven escritora ("El dedo. Breves apuntes sobre la masturbación femenina" 2016, "El funeral de Lolita" 2018),poeta ("Estar enfermo" 2010, "Poetry is not dead" 2010,  Pensamientos estériles" 2011, "La tumba del marinero" 2013, "Los estómagos" (2015) y  "El arrecife de las sirenas" 2017), redactora y editora (ahora tiene su propio proyecto editorial junto a @antonioJrodriguez en #caballodetroya19 entre otros muchos proyectos que ha desarrollado a lo largo de su todavía corta vida. También podéis seguir sus recomendaciones y sus reseñas en @loslibrosdeluna.

No dejéis de seguirla porque es una de las voces más prometedoras de la literatura española actual.

Helena, una joven periodista que vive en Barcelona y que ha triunfado por sus rupturistas críticas gastronómicas, recibe la noticia de la muerte de su profesor de literatura en el instituto, Roberto, 24 años mayor que ella y casado, con el que tuvo una relación amorosa. Conmocionada y sorprendida por la noticia, decide acudir al funeral y lo que ello conlleva: volver al pueblo de su infancia y adolescencia y encontrarse allí con sus antiguas compañeras y con la viuda de su examante.

Un camino hacia la aceptación de tu pasado que es el que, al final, te ha convertido la persona que eres en el presente. Helena ha ido sobreponiendo parches en su vida para superar los momentos difíciles. La lectura y la comida son sólo algunos de ellos. Pero ahora que una parte de su pasado ha muerto se siente innegablemente perdida y sin la capacidad para hacerle frente. Ella es una víctima, y aunque en el fondo lo sabe, no quiere verse como tal. Pero el pasado le pesa tanto que también le impide avanzar hacia adelante y condiciona su vida actual y sus relaciones consigo misma y con los demás.
Una reinterpretación de Lolita de Nabokov, con una aproximación más ‘millenial' y un mensaje de crítica hacia la relación tóxica e inmoral que describe el autor. Dividido en capítulos que mezclan el pasado con el presente, tiene un ritmo muy veloz a veces y muy lento otras.

Una novela de lectura rápida y adictiva pero con un final bastante “peculiar” que me deja con una sensación de sentimientos encontrados.
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El reloj del móvil marca las 4:50 de la mañana. Acabo de terminar el funeral de Lolita y, al igual que Helena, siento como el día comienza a despuntar. Creo que he entendido su final tan enigmático y velado. Y es muy doloroso haberlo comprendido.

Cuánto dolor en tan pocas páginas, en el diario de Helena, en toda la novela. No querida Lena, no fue tu culpa. El cabronazo bastardo era él. El fogonazo fue cosa suya. ¿Cuántas niñas y adolescentes han pasado por esto? Qué sabor tan amargo, tan a alquitrán, a basura.

Pienso en Nabokov y en su Lolita, y en lo pequeña que era cuando la leí. No llegaría a los 15 años. La misma edad de Helena, un poco mayor que Dolores Haze. Recuerdo que me pareció una novela condenadamente bien narrada, con una voz muy lírica. Sí, yo ya sabía que eso era pedofilia, pero estaba tan bien escrita, daba hasta miedo sentir que podías llegar a entender la desdicha de un pederasta. Cómo me impacto la metáfora: "agarrarle de su cetro". Y es que Humbert no había elegido su condición. Qué equivocada estaba, qué mitificación hizo Hollywood de algo tan gris. Porque la única que no había tenido oportunidad de elegir era ella, Lolita.

Luna ha dado voz a todas las Lolitas, para poner en palabras toda su rabia, la incomprensión, para que sintamos el horror que supone destrozar una vida tan temprano. Para que no sintamos compasión por el "enfermo" sino por la víctima.

Cuánta falta hacía una novela así, aunque muchas personas la hayan tildado de "simplona" o "vacía". Para mí, el diario de Helena es desgarrador, no tengo otra palabra para definirlo. La fuerza con la que escribe Luna en esta primera novela está, como no podía ser de otra manera, a la altura de su poesía. Y hay pasajes que son poemas. Todo va in crescendo, poco a poco, hasta un final arrollador cómo hacía Nabovok, que corta la respiración, el aire, cómo cuchillas de plata muy afiladas, como el fogonazo de una bala.

Gracias Luna, por haber dado un lugar a todas las Lolitas. Que no eran sino niñas corrompidas, rotas, destruidas.

Este libro me ha sorprendido para bien. Después de haber leído numerosas opiniones y reseñas del mismo, tenía miedo de que no fuera para tanto, pero me ha gustado. Lo que en un principio puede parecer una novela para adolescentes, se convierte a las pocas páginas en un libro maduro, con la vista puesta en el pasado, lo cual es del todo necesario. Helena, al fin y al cabo, es una mujer ya de treinta años, y piensa y actúa como tal.

Además, antes de leer la novela, pensaba que iba a hacer mucha referencia a Lolita de Nabokov, pero realmente solo se basa en la idea de la Lolita que todo el mundo sacó después. al fin y al cabo se trata de una niña a la que le gusta un hombre maduro, y después de Nabokov este personaje se ha usado en más de una ocasión.

El pero que tengo que decir, es en mi opinión el final: se trata de una situación surrealista que no es muy exagerada, pero que para mí no ha encajado del todo. No obstante he de reconocer que el resto del libro me ha sorprendido para bien.

Reseña de El funeral de Lolita, de Luna Miguel

Una historia que busca la superación y el cerrar las etapas de la vida.

Ante todo estamos ante una novela que juega con el pasado y con las circunstancias que en muchas ocasiones no llegamos a cerrar totalmente y que sirven más que como acicate hacia la superación, nos entorpecen y siempre están presentes en cada una de nuestras decisiones.....

Reseña completa --> https://miscriticassobrelibrosleidos.blogspot.com/2019/07/el-funeral-de-lolita-de-luna-miguel.html

Un saludo
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Si hubiera tenido que elegir este libro viendo el título y la portada casi con toda seguridad no lo hubiera comprado, pero como me llegó en la caja mensual de Bookish pues me lo dieron hecho y es una forma de leer cosas que de otra forma posiblemente no hiciera.
La palabra Lolita en el título ya me tiraba hacia atrás y durante gran parte del libro me siguió chirriando y dando rabia pero, según se avanza en la lectura y sobre todo con el desenlace final, me fui dando cuenta de que nada es lo que parece y que es fácil confundirse según la perspectiva de la historia que se tenga pues la propia protagonista ha generado una historia paralela para seguir con su vida que vemos que no responde a la realidad ni a lo que ella de verdad sintió en el pasado y que acaba dando una doble lectura al título.
No está mal el libro. Está bien escrito, usa un lenguaje muy actual y resulta una lectura rápida o profunda según se quiera tomar. Aunque está escrito en tercera persona el relato sigue el pensamiento de la protagonista y parece más un relato personal.
Helena, la protagonista, recibe un whatapp de una antigua compañera de instituto que no obstante el tiempo transcurrido debe conservar el número de móvil de Helena, que ya con treinta años no debe haber cambiado desde entonces de teléfono. Aunque bien pensado podría ser un mensaje de Facebook o de Messenger porque dice que podría haber encontrado su contacto al azar... Pero bueno que el mensaje le comunica la muerte de un tal Roberto lo que provoca un cataclismo en la protagonista que además nunca ha estado en duelo.
Aunque parece hacer mucho tiempo que Helena no tiene contacto con el difunto se siente obligada a asistir al tanatorio donde teme encontrarse con la esposa de Roberto lo que nos informa de que la relación que tuvieran lo fue cuando ya estaba casado. Seguimos los erráticos pensamientos de Helena en un vaivén por el pasado en el que se sintió Lolita y nos va convenciendo de que fue así hasta que aparece una especie de diario que escribía en la época y que entregó a su amiga Rocío y la historia experimenta un sorpresivo giro que me reconcilió con la protagonista y hace reflexionar sobre los efectos de los abusos y las relaciones tóxicas. Ya digo, no está mal.
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Descubrí este libro gracias a las redes sociales y gracias al “Club de lectura” que la propia autora, Luna Miguel, ha creado. He leído varios de los libros que dicha autora recomendaba y me gustaron bastante. Así que al conocer que había sacado una novela me lancé a por ella.
He comenzado el año con esta novela y he de decir que no ha sido una de mis lecturas favoritas, pero si bastante amena. al no tener abundantes páginas, se puede leer rápidamente. Prácticamente, durante el trayecto en AVE de Córdoba a Barcelona lo devoré de una sentada.
A través de sus capítulos, alternando entre el presente y pasado de la vida de Helena, la protagonista, nos cuenta la historia de amor que vivió con su profesor de literatura del colegio, un hombre mucho mayor que ella del cual estuvo enamorada de adolescente. Todo comienza con la noticia de la muerte de su profesor, lo que conlleva a Helena a presentarse en su funeral. Nos desvela su pasado contándonos, en primera persona y a través de las páginas del diario que escribió en su adolescencia, sus emociones, el descubrimiento del amor, el deseo y cómo se enamoró del profesor cuando tan solo tenía 15 años; así como la secreta relación que mantuvo con él.
Ella misma se describía como una “Lolita”, al comparar su historia de amor con la protagonista del famoso libro de Vladimir Nabokov, ya que vivió una historia similar, siendo víctima de abuso sexual por parte de su profesor. de ahí, el título del libro. Los temas recurrentes del libro son la muerte, la comida, el abuso sexual y lo que este le provoca.
Resumiendo; me enganchó la primera parte del libro pero según avanzaba, cerca del final, fui perdiendo interés. Aun así la recomiendo si quieres pasar un rato entretenido y meterte en el mundo de las nínfulas. Como anotación, me recordó a la forma de escribir de Amélie Nothomb, en la que incluso Luna Miguel, usa una foto de ella misma en la portada de libro, al igual que suele hacer Amélie.
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