Hoy os hablo de una novela que se ha convertido en todo un bestseller:
La paciente silenciosa, de
Alex Michaelides, publicada por Alfaguara en 2019. En cuanto la vi aquel año entre las novedades y leí la sinopsis, la compré y la devoré, aunque después no hice la reseña. Estos días un amigo me ha prestado el segundo libro del autor,
Las doncellas (Alfaguara 2021), y me he dado un atracón para leer no solo este, sino también el primero —por segunda vez— y aprovechar para subir ambas reseñas a la web. Y ahora no sé si es por haberlos leído uno tras otro, en un par de tardes, que
La paciente silenciosa me parece fantástico y
Las doncellas, ya no tanto.
El argumento de
la paciente silenciosa nos cuenta la historia de Alicia Berenson, recluida desde hace varios años en un centro psiquiátrico, The Grove, ubicado en el norte de Londres, por intento de suicidio tras ser acusada de matar a su marido. Desde que sucedieron los hechos, Alicia se ha negado a hablar, ni siquiera para defenderse de las acusaciones. Los responsables del centro ya la han dado por perdida. Sin embargo, Theo Faber, un psicoterapeuta forense fascinado aparentemente con el caso, solicita una plaza vacante en el centro y, tras conseguirla, se empeña en tratar a Alicia convencido de que puede persuadirle para que hable.
Me ha encantado la forma en que
Alex Michaelides presenta el misterio a resolver: sin exageraciones ni rodeos, pero tan rotundo que atrapa irremediablemente al lector desde las primeras páginas. Respecto al género, es un thriller que explora la psique tanto del psicoterapeuta forense, Theo, como de la paciente, Alicia; no obstante, se desarrolla lento al comienzo, para tomar velocidad según avanza la historia.
Hay una trama principal narrada con la voz de Theo, en la que se intercalan fragmentos de la vida de este, así como otros correspondientes al diario de la propia Alice.
Los personajes están bien construidos, algunos de ellos, como no podía ser de otra manera, cumplen la función de despistar al lector.
Los temas que aborda la novela son complejos e interesantes: los traumas en la infancia, la salud mental, la violencia doméstica, el amor, la infidelidad y la muerte.
Y me gusta mucho las numerosas referencias a mitos y tragedias griegas, en especial, el modo en que el autor relaciona el silencio de Alicia con el mito griego de Alcestis. Asimismo, que todas las piezas del puzle encajen a la perfección al final.
La paciente silenciosa ha sido traducida a cuarenta países y será llevada al cine por la productora de Brad Pitt. Un thriller psicológico con un final redondo e inesperado, tan inteligente, que no me extraña nada las buenas críticas que ha cosechado.
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